Escrita para ella por su hermano Juan Diego Botto, dirigida por su madre Cristina Rota, y con música final de su hermana Nur Levi, María Botto protagoniza 'Entre tu deseo y el mío', una obra sobre la relación de una madre con su hija y la presión por "ser alguien" en la sociedad.

"Auténticamente es un regalo, es como si fuera una parte de mí", ha explicado la actriz argentina María Botto durante la presentación de una obra que Juan Diego le envió una semana después de una conversación "mítica" entre los dos hermanos, y que se estrena el jueves en la sala El mirador.

"Fue una conversación de esas de que a partir de aquí nuestra vida va a ser diferente", revela María Botto con una sonrisa, en ausencia de su hermano que está inmerso en el rodaje de su última película en Carolina del Norte.

Con María tragando pastillas frente al espejo del baño decidida a cambiar de vida comienza un montaje en el que el personaje recuerda momentos decisivos de su existencia, marcados todos ellos por la relación que tiene con su madre, basada en el deseo frustrado de triunfar y de "ser alguien".

"Parte de ese personaje es parte de mi alma, y aunque no tiene que ver conmigo, la esencia de la obra tiene recuerdos de nuestra adolescencia y de nuestra infancia juntos", explica la mayor de los hermanos, que ha reconocido que "sopesó mucho" la decisión de enfrentarse a esta obra en un principio.

Con Carmen Balagué en el papel de Madre y Mateu Bosch en el de Muchacho, la pieza reflexiona, con una importante carga de humor negro, sobre el deseo como motor de vida y la influencia de la sociedad en una madre y una hija que tienen como referencia la fama y el dinero como señal de triunfo.

"Yo propongo siempre a mis alumnos y a mis hijos que estén comprometidos con la realidad en la que viven. La mirada de Juan siempre es una mirada a lo que está pasando, lo que sucede, lo que destruye la naturaleza humana, que son las imposiciones de una sociedad que va en un camino autodestructivo", subraya Rota.

La "profesora" de actores, desde Penélope Cruz a Cristina Marcos han pasado por sus aulas, no ha valorado la historia desde un punto de vista personal porque, según sus palabras, ella cuando lee un texto no lo juzga sino que lo siente. "Me entra por el alma o no", agrega.

Y este le "impresionó" por la mezcla de dramaturgia contemporánea, algo usual en las obras de su hijo, con tintes de autores de todos los tiempos que le llevaba a recordar a creadores como Chèjov o Williams, ha enumerado.

"No es que estuviera de acuerdo o no con el texto. Lo que dudé es si yo era capaz de distanciarme para dirigir la relación de una madre y una hija donde la hija es mi hija", reconoce la directora artística que trabaja por primera vez con sus tres hijos en un mismo proyecto teatral.

"Las canciones son las mismas que las de las películas que veían cuando eran pequeños, las charlas sobre teatro... Tuvieron una infancia muy creativa", recuerda Rota, quien ha anunciado el cambio de nombre de su productora "producciones Cristina Rota" por "La Rota producciones" porque así es como la conoce todo el mundo.

Con el compositor Alejandro Pelayo como creador musical, la obra concluye con la canción "Nunca tuvimos nada", escrita para el montaje por Nur Levi a modo de epílogo sobre lo que le pasará en el futuro al personaje principal.