'El cabaret de los hombres perdidos', obra musical transgresora que cuenta con dos premios Molière y seis premios Hugo, presenta la lucha de un personaje por alcanzar unos sueños, unas metas que tienen su precio, todo ello bajo una estética divertida, visual y sensual.

La obra, dirigida por Víctor Conde y protagonizada por Cayetano Fernández, Ignasi Vidal, Armando Pita y Ferrán González, llega este viernes a Zaragoza en la que será su primera parada en España tras su éxito en Francia y Argentina.

Cayetano Fernández interpreta a Dicky, el hombre perdido, el hilo conductor de la historia, quien llega al sórdido cabaret huyendo de una persecución aparentemente relacionada con su apariencia homosexual y de una realidad dramática.

Su sueño es el de ser cantante, pero con lo que se va a encontrar es con los tres habitantes del misterioso cabaret: el destino, el tatuador y el transexual, que le curarán las heridas y le escenificarán cómo puede ser su futuro.

El espectáculo trata de lo que está dispuesto a vender, de lo que huye, de su sueño, de sus excesivas ganas, "por eso pasa lo que pasa", dice.

"No es malo soñar, pero hay que tener cuidado con cómo se consiguen esas metas", señala Vidal, que da vida a ese "destino", el jefe del local, quien propone la partitura, quien, en un juego con un camino "perfectamente trazado", ofrece el tablero y los dados a Dicky para mostrarle su ascenso y su caída.

Un futuro ante el que solo cabe una solución: "que él tome una decisión que no tenga en cuenta su deseo, sino lo que es como ser humano", añade el actor, que confiesa también que se inspiró en el personaje de Fausto para esta interpretación.

"Destino" tiene un enfrentamiento directo con 'Tatuador', encarnado por Armano Pita, ya que da vida al "libre albedrío" e incluso mantiene una historia de amor con el hombre perdido.

Tiene sentido esta historia para el actor que interpreta al destino porque "el libre albedrío es lo que nos hace libres y aquellos que nos desean libres nos aman".

Por su parte, Ferrán González, que da vida a Lula, el transexual, define la obra como un "bombón envenenado" que, bajo esa estética cabaretera, desenfadada y con toques surrealistas, cuenta la historia, el destino de un chico que en realidad "es un drama" y provoca unas risas que minutos después se tornan amargas.

Lula, al igual que su compañero Tatuador son personajes que aparecen ahí, en el cabaret, "sin explicación", con un punto surrealista por la ignorancia de dónde vienen o dónde salen, con el objetivo de hacer ver a aquellos hombres perdidos que acuden al local, que tienen en común que algo les hace "coger el primer tren que pasa", cuál es su porvenir.

Pita destaca que es una obra con "muchísimas capas", con tintes surrealistas, con imágenes oníricas y con una gran variedad de lenguaje teatral.

También hay espacio para el amor, que aportan tanto Dicky como los dos empleados el establecimiento.

Así, Ignasi Vidal insiste en la idea de que "dentro de toda esta gran basura, hay un espacio que el amor intenta constantemente ocupar", el que ocupan precisamente estos tres personajes.

"El cabaret de los hombres perdidos" permanecerá en el Teatro del Mercado de Zaragoza el 16 al 18 de octubre, en plena recta final de las Fiestas del Pilar, antes de marchar a los Teatros del Canal de Madrid, del 20 de octubre al 8 de noviembre, y La Rambleta de Valencia, del 19 al 29 de noviembre.

Los cuatro artistas reiteran que no existe prácticamente la cuarta pared a lo largo de la obra y que por eso, más aún, necesitan al público.

También porque el hecho de que apenas no salgan de escena ninguno de los cuatro en todo el espectáculo ha hecho que no hayan podido ver casi nada, hasta el punto de que "es la primera vez" que no pueden dar a la gente las razones exactas para ir a verlo, según González.