Tendencias eco: ¿sabes qué llevas puesto?

Varios diseñadores aragoneses apuestan por unir creatividad y ecología en sus creaciones para cambiar las reglas del juego del sector de la moda.

Uno de los diseños de la marca de moda sostenible Cris B
Tendencias eco: ¿sabes qué llevas puesto?
Cris B

Una tendencia se abre camino en el mercado aragonés. Liderado por un grupo de creadores concienciados con el medio ambiente, la denominada moda sostenible suelta el lastre de ser una utopía, para ser ya una realidad.


Así, diseño, calidad y responsabilidad social se unen en un producto ‘made in Aragón’ que ofrece un valor diferencial al consumidor: está hecho a mano, utiliza tejidos orgánicos y materiales reciclados, promueve el empleo local y es respetuoso con el planeta.


“Creemos firmemente en un cambio en el sector de la moda”, asegura Lorena Gasco, fundadora junto a su colega Javier Sánchez de la marca de calzado sostenible ‘Ray Musgo’.


Ambos científicos, ella es ingeniera química y él geólogo, y apasionados de la moda y el diseño decidieron que era ya era hora de aportar su grano de arena y ayudar a resurgir la industria zapatera local; con una mentalidad diferente: “Calzar pies con productos que sumen diseño y calidad, pero que además tengan la garantía de no haber causado perjuicio al medio ambiente”, señala Gasco. 


Los datos obligan a tomar conciencia. Según el Banco Mundial, la industria textil sigue siendo la responsable de más de un 20% de la contaminación del planeta. Y, por ejemplo, para producir la materia prima que se utiliza para fabricar una camiseta se necesitan unos 2.700 litros de agua.


Además, en el procesamiento del algodón común se usan más de 8.000 sustancias químicas. La Organización Mundial de la Salud estima 20.000 muertes al año por intoxicación por pesticidas, muchos de ellos atribuidos al cultivo de algodón.


A ello, se suma que es un sector muy criticado por utilizar mano de obra barata en condiciones precarias en los países en vías de desarrollo como Indonesia o Vietnam, entre otros.

Desarrollo local 


“Apostamos por la fabricación local, no solo por hacer el producto más ecológico sino por contribuir a mantener la industria zapatera en Zaragoza”, advierte Gasco, que explica: “El hecho de fabricar aquí ayuda a reducir las emisiones de CO2 y a mantener los puesto de trabajo del taller”.


La zaragozana fundadora de la firma sostenible Cris B, Cristina Bosque, es otro ejemplo a seguir. Firme defensora de todo lo ecológico, desde muy niña se dedicaba a reutilizar la ropa para darle un uso diferente.


De hecho, con 7 años, no tuvo piedad en coger las tijeras y hacer un vestido para su muñeca con la corbata de boda de su padre. “La moda sostenible no solo implica generar menos residuos, también dar una nueva vida a los que ya tienes”.


Bosque empezó hace unos cuatro años diseñando bolsos con telas de otras prendas: “Es reciclaje. La idea es no gastar recursos de la naturaleza, algo que entra dentro de ser socialmente responsable”, explica.


En mayo, esta diseñadora gráfica de formación, dará un paso más en el mundo de la moda sostenible: sacará una nueva colección de ropa con tejidos ecológicos que venderá a través de su web. Y su confección se realizará en un taller local de reinserción laboral con gente en riesgo de exclusión social.

Consumo responsable


Frente a los modelos de producción ‘fast fashion’ (producción y consumo masivo que se incrementa al ritmo que marcan las tendencias) y ‘low cost’ (precios bajos, pero el producto pierde calidad) la moda ecológica alienta una llamada de atención: “Creemos en la necesidad de consumir menos y mejor”, defiende Miguel Mateo.


Él junto con Elisa Muresan son los promotores de la marca ecológica para mujer, confeccionada en Alfamén, municipio de la provincia de Zaragoza, que lleva el nombre de su diseñadora: ‘Elisa Muresan’.


Abrieron su tienda online hace casi un año para “pelear por nuestro sueño”, comenta Mateo. La mayoría de sus prendas se confeccionan a mano y todas están trabajadas con tejidos sostenibles como el bambú, la proteína de leche, el algodón orgánico y el plástico reciclado con cáñamo.


“Los tejidos ecológicos tiene más beneficios: son más suaves, no producen alergias ni problemas de dermatitis. Además, todos cuenta con un certificado que acredita que son tejidos respetuosos con el planeta”, asegura Mateo.


En estos últimos años, las nuevas generaciones consumen con otra mentalidad. “La crisis económica ha despertado la conciencia social y medioambiental. La gente es consciente de que no vamos por el camino adecuado”, advierte Mateo.


“Hay que salir de la zona de confort e interesarse por lo que uno está comprando: quién ha hecho esa prenda, con qué tejidos, tener en cuenta el transporte”, reivindica.  

Legislación española


En cuanto a la legislación que regula este mercado, la fundadora de ‘Ray Musgo’ explica que “en España no hay una normativa que obligue a informar al consumidor de qué tipo de material o piel está elaborado el producto”.


De esta manera, para ofrecer seguridad al cliente esta marca de calzado ecológico incorpora etiquetas con toda la información sobre los materiales que utilizan.


‘Cuidar el planeta está en tus pies’ es su slogan. El precio de sus zapatos oscila entre los 80 y los 100 euros. “Intentamos ajustar el precio todo lo que podemos”, comenta Gasco. 


Sus colecciones de calzado como los diseños de Elisa Muresan y Cris B aunan diseño, calidad, comodidad, innovación, empleo regional y, sobre todo, respeto por la creación sostenible.


Ellos forman parte de una generación de eco-diseñadores, que han sabido unir su pasión por la moda con una inquietud personas.


Son conscientes de que el único futuro posible es apostar por industria sostenible, que lejos de ser una tendencia pasajera, este modelo de consumo ha llegado para quedarse.