Imágenes que cambian con la lectura ilustran escenas de 'El Quijote' vinculadas a Aragón

La obra de Juan Agustín Baldellou se expone en el Pablo Serrano de Zaragoza

Imágenes que ilustran escenas de El Quijote vinculadas a Aragón y que evolucionan al ritmo de la lectura con la técnica del 'evoluciograma', componen una exposición en Zaragoza que conmemora el cuarto centenario de la segunda parte de la novela cervantina.


Precisamente por que más de la mitad de esta segunda parte del Quijote tiene como escenario las tierras aragonesas, el Gobierno de Aragón ha impulsado un programa cultural que se inicia con esta muestra en el IACC Pablo Serrano y que se ha inaugurado con la presencia de autor Juan Agustín Baldellou.


Fue este artista aragonés quien hace ya una década ideó la técnica del 'evoluciograma' con la que ha diseñado las ilustraciones del Quijote que se muestran en esta exposición que podrá verse en Zaragoza hasta el 4 de abril y que, a partir de esta fecha, se expondrá en Pedrola, Jaca y Alcañiz.


A través de un algoritmo y un programa informático desarrollado por José Alfonso Solera, cada una de las imágenes que ilustran los capítulos del Quijote da paso a la siguiente con cambios casi imperceptibles, que acaban siendo significativos con el paso de las páginas.


Son ilustraciones ideadas para una pantalla que se proyectan junto al texto, como un libro electrónico ilustrado, pero con la ventaja de que van evolucionando de una forma natural y espontánea, sin saltos bruscos, como ocurre en la imaginación del lector.


La proyección de esta combinación de imágenes y texto se puede ver en la exposición, además de en la página web film.aragon.es, donde también se muestran parte de las 136 imágenes estáticas que el autor ha utilizado para la construcción de este 'evoluciograma', cuatro por capítulo. "Supone la introducción del tiempo en la obra estática mediante la realización de cambios imperceptibles y cuantitativos que acaban siendo cualitativos", ha puntualizado a Efe con motivo de la inauguración.


Baldellou ha puesto como ejemplo los cambios que se producen en el rostro humano con el paso del tiempo, ya que no se detectan de un día para otro, pero sí al cabo de los años.


"Si haces cambios en la forma de una imagen a otra el ojo lo detecta, pero si, por ejemplo, varías un 1 por ciento la luminosidad no se capta al momento", ha señalado.


Con este método se han ilustrado pasajes de la novela de Miguel de Cervantes vinculados a Aragón: el capítulos de maese Pedro y su retablo titiritero; la escena del barco encantado en el que Don Quijote y Sancho Panza, su fiel escudero, navegan por las aguas del Ebro o la estancia en el palacio de los duques de Villahermosa en Pedrola.