Coplas y versos para descubrir el cementerio en la oscuridad

Un centenar de personas se adentraron en el cementerio de Zaragoza para descubrir sus historias y escuchar fragmentos del Tenorio.

Representación de 'Don Juan Tenorio' en el Cementerio de Torrero
Coplas y versos para descubrir el cementerio en la oscuridad
GUILLERMO MESTRE

Cien personas se adentraron en el cementerio de Zaragoza para descubrir las historias que esconde su parte más antigua, en un recorrido en el que se han recitado versos y se han cantado coplas para ahuyentar los miedos y celebrar la vida.


Con un farol en la mano, los asistentes, de todas las edades y algunos de ellos con un poco de miedo, se dieron cita a las 20.30 de este viernes en la puerta antigua del cementerio, ha explicado la guía de la empresa GozARTE, Maribel Estébanez.


A lo largo del recorrido, han contemplado las esculturas con mayor valor artístico, como las esculpidas a principios del siglo XX por Enrique Clarasó, cuyo legado se encuentra en muchos cementerios de España.


Se trata de tres figuras de tamaño natural, elaboradas con mármol de Carrara, un material que ha permitido que se conserven en buen estado, a pesar del paso del tiempo.


Son "Dejando la tierra", "El tiempo pasa las hojas del libro de la vida" y "El enterrador eterno", esta última en el panteón de la familia Aladrén, conocidos en la ciudad por la joyería que tenían en la calle Alfonso y que muchos asistentes recordaban.


No muy lejos de allí, se encuentra el mausoleo del político y jurista Joaquín Costa y el panteón del tenor aragonés Miguel Fleta.


Uno de los grupos ha podido escuchar a Miguel Fleta cantar uno de sus temas, no "El adiós a la vida", sino algo mucho más alegre como "El brindis de Marina" que dice "a beber a beber las copas de licor".


También, han visitado la tumba del torero Florentino Ballesteros (1893-1917), donde una intérprete ha cantado "Romance de valentía", cuya letra "era tan poco en la vida..." va acorde con la historia de este huérfano criado en el hospicio que, con los años, llegó a ejercer el toreo.


No es la única canción que se ha escuchado en esta víspera de Todos Los Santos, en la que también se han recitado versos de Góngora y Quevedo, así como fragmentos de la obra Don Juan de Tenorio.


La velada ha estado, además, amenizada por tres curiosos personajes interpretados por actores: un guardia del cementerio; una "Manola" y la señorita "Maripili", tan aburrida por tener toda la eternidad por delante que ha contado su vida a todo aquel con quien se ha cruzado esta noche.


Después de dos horas deambulando y conociendo el patrimonio del cementerio, a la luz de un farol tembloroso, los asistentes han salido con una "sonrisa de oreja a oreja", sin un ápice de miedo, y sorprendidos de que este camposanto "de tanto de sí", ha señalado Carlos Millán, de GozARTE.


Esa es precisamente la intención de esta visita teatralizada, que los participantes se acerquen al cementerio con naturalidad, como hacían "las abuelas", y lo vean como "un auténtico acto de amor", ha concluido Millán.