Noche más allá de la noche

Una semana de repleta de promesas que concluye con una ausencia.

Portada de 'Rolde' de Pilar Tena
Noche más allá de la noche

DOMINGO, 29 de junio

La Noche en Blanco, que se ha prolongado durante más de cinco horas, arroja cifras extraordinarias: han participado en ella más de 100.000 personas. Tiene algo de noche transgresora, de noche más allá de la noche, como diría Antonio Colinas: resulta romántico oír música a deshoras, conversar al lado de Kikí de Montparnasse de Pablo Gargallo, ver exposiciones después de las doce, pasear entre las columnas que soñó Ricardo Magdalena en el Paraninfo con los cuadros de María Luisa de la Riva, descubrir los recodos y la elegancia de líneas del CaixaForum: algunos disfrutaron de modo especial de ese microespacio para Pablo Palazuelo y Chillida o con la pieza audiovisual ‘Maltrato’ de Javier Peñafiel, arte reflexivo que viene a decir que los males de la pareja, y quizá del mundo, no brotan en un instante de ira, sino que se arrastran: el deterioro avanza por acumulación.

LUNES, 1 de julio

Candaya es una editorial que se afirma en España y en Latinoamérica. Tiene los ojos abiertos a nuestro país y a sus jóvenes autores y mantiene antenas en Latinoamérica: ahí están, entre otros, Sergio Chejfec o Ednodio Quintero, un poco aragonés también: fue amigo de Philip West y adora a Goya y Buñuel. Candaya ha publicado recientemente a Miguel Serrano, de nuevo, y pronto publicará a Ángel Gracia. Presentaba en La Pantera Rossa una novela especial e inquietante, todo un torbellino de literatura de un joven y poderoso escritor: Eduardo Ruiz Sosa (Culiacán, 1981). Se trata de ‘Anatomía de la memoria’ donde reconstruye la historia de un poeta, Juan Pablo Orígenes, que participó en la revuelta universitaria del grupo Los Enfermos, que quería subvertir la vida mexicana e instaurar un mundo nuevo. Así como suena.


Cuarenta años después, a un periodista, Estiarte Salomón, le encargan que escriba la historia de Orígenes y de los hechos. Acude a él y a mucha más gente y acaba haciendo un libro torrencial, toda una exhibición de lenguaje, de puntos de vista, de tensión narrativa, de libertad de creación. Es uno de esos libros que exigen esfuerzo, una ambiciosa novela de un narrador-poeta que se reconoce en Fernando del Paso, en James Joyce, en Clarice Lispector, repleta de personajes. En el fondo, es un libro sobre la violencia y la memoria disuelta en un arsenal de voces que parecen de otro mundo, del sueño.

MARTES, 2 de julio

María José Hernández es una cantante exquisita, de hermoso timbre, delicada, personalísima. Acaba de publicar un nuevo álbum: ‘Las uvas dulces’, con canciones de José Antonio Labordeta. La intérprete y compositora, autora de varios discos de factura poética, se fija en el Labordeta más íntimo (y “poético, humano, emotivo y emocionante”, dice María José), en el que creó las mejores imágenes plásticas, y hace su versión de doce temas, e incorpora su último poema. La producción es de Gonzalo Lasheras, fue grabado en el Laboratorio Audiovisual de Zaragoza por Carlos Estella, y cuenta con la participación musical de Sergio Marqueta, Daniel Escolano, JulioCalvo y Joaquín Pardinilla. Entre los temas, cantados con la suavidad de las gargantas indelebles, destaca ‘Mar de amor’. Labordeta se lo oyó en vida y decía, medio en serio, medio en broma, que “María José ha mejorado mi versión”. El disco se presenta el jueves diez en el Teatro Principal.

MIÉRCOLES, 2 de julio

Con portada de Pilar Tena, ‘Rolde’ (148-150) publica un número triple. Hay mucho que leer en 128 páginas: ‘El siglo de oro de Saraqusta’ de Javier Peña; ‘Relojes y relojeros en el Aragón Medieval’ de Cristina Pérez; ‘Jerónimo de Blancas’ de Eduardo Martín, ‘Sebastián Banzo Urrea. Primer alcalde de la II República’ de Héctor Vicente; algunos recuerdos de Desideri Lombarte a cargo de Nacho López Susín y Carlos Serrano; Fico Ruiz recuerda a Antonio Gavín y al payaso Marcelino; publica sus poemas Enrique Cebrián, con fotos de María Lanuza, y un cuento Marina Pérez Heredia, ilustrado por David Guirao. Y, entre otros asuntos, Vicky Calavia entrevista a Luis Alegre, que le dice: “... aquí viven muchos de mis seres queridos; aquí siempre quiero volver cuando no estoy. Zaragoza es la ciudad más alegre y más confortable para vivir que conozco”.

JUEVES, 3 de julio

Jesús Rubio, ese profesor infatigable que trabaja sobre mil asuntos, publica dos libros casi simultáneos sobre los Bécquer: ha sido un activo protagonista en el rescate de ‘El talismán. Una zarzuela inédita de Bécquer’, que publica Visor Libros. Con él intervienen Manuel Márquez de la Plata, Víctor Infantes, Juan José Jiménez, Miguel Ángel Lama y Amy Liakopoulos. Se trata de una pieza de 1859, con música de Joaquín Espín, padre de Julia Espín, una de las primeras enamoradas del vate sevillano, y el libreto –de Bécquer y su amigo Luis García Luna- “vendría a confirmar las visitas asiduas del poeta al salón musical de los Espín, la relación con la joven y sus años iniciales en el teatro”.

VIERNES, 4 de julio

Día de poesía. Antonio Orihuela visita Zaragoza con ‘Esperar sentado. Poesía completa’ (La Baragaña. 862 páginas) y actúa este domingo en La Pantera Rossa y el lunes en La Casa de Zitas. Es un poeta social y libertario, que nació en Moguer en 1965, en el pueblo de Juan Ramón Jiménez, a quien considera un poeta comprometido. “El propio Juan Ramón Jiménez decía que entre 1936 y 1950 había escrito más de política que de poesía”. Orihuela cita un libro extraordinario como ‘Guerra en España’ o ‘Platero y yo’.


“Se celebra año el centenario de ese libro. Cuando se publicó la versión completa, en 1917, en Moguer desató la polémica y críticas airadas. Juan Ramón fue insultado. La burguesía se sintió atacada”, dice. Confiesa cuánto le deslumbró Jaime Gil de Biedma y sostiene que la crisis ha llegado para quedarse: “No es un acto pasajero. La sociedad se ha transformado y estamos en un tiempo nuevo y desolador, en un tiempo de mudanza. El estado del bienestar pertenece a otro tiempo”.


En La Almunia de Doña Godina se celebraba su XI Festival de Poesía Erótica, que organiza el Club de Lectura en colaboración con el ayuntamiento. Es una noche de amor a la palabra, a la pasión y a la picardía. Suenan muchas voces, cada vez más hermosas y timbradas, y hay instantes de intensa emoción. La Almunia, tierra de cine, de pedagogía y de literatura, ha consolidado este encuentro. Se oyeron poemas de Rilke, Cernuda, Samaniego, Gloria Fuertes, Fernando Sarría, Gonzalo Rojas, Miguel Ángel Yusta, Carmen Aliaga, Oliverio Girondo. Al final, fruta y repostería.

SÁBADO, 5 de julio

Mientras asistía a un homenaje, en el Teatro Principal, a la pintora Aurora Charlo, esencialmente acuarelista y viajera en pos de un paisaje o una ciudad, recibí una terrible noticia, de la que ya me había alertado Encarna Samitier: la muerte de Ignacio García-Valiño (Zaragoza, 1968-Marbella, 2014), a consecuencia de un tumor cerebral. Es un escritor versátil, de libros inesperados, meticuloso, que trabajaba sin prisa y con conciencia de ser un solitario al que le entusiasmaban los misterios del aula.


Uno de sus temas capitales era la compleja psicología de los seres humanos, especialmente en la infancia. Le preocupaban las raíces el mal, el origen de la violencia, como se ve en novelas como ‘Querido Caín’ (2006) o ‘El ruido del mundo’ (2014) o en el ensayo ‘Atrapar a la pantera’ (2010). Se movía muy bien en una novela intensa que avanzaba siguiendo las reglas de la intriga psicológica. También escribió dos hermosas novelas históricas: ‘Urías y el rey David’ (1997), de asunto bíblico, y ‘Las dos muertes de Sócrates’ (2003). Era un buen escritor, con mucha personalidad y oficio, un apasionado de la amistad y de la enseñanza.