Aventuras de verano

"En 2008, Zaragoza era una fiesta. Algo irrepetible"

Gaizka Urresti (Portugalete, 1967) es director y productor de cine. Con 'Chevrolet', que él produjo, logró un Goya; hizo con Javier Espada 'El último guión'. Ha firmado, además, varios cortos como 'Un dios que ya no ampara' o 'Absténganse agencias?. Acaba de terminar, con Victoria Calavia, un corto sobre el escritor Félix Romeo: ?¿Por qué escribo?'

- ¿Qué hace un cineasta y productor en verano?

Como cineasta uno es autónomo por lo que nadie nos da las vacaciones. Las producciones tienen su propio ritmo y el verano es una época con muchas horas de luz natural por lo que me ha tocado rodar o plantear algún estreno. No obstante, trato de conciliarlo con la familia y en agosto siempre cae algún viaje y alguna estancia en la playa.


- ¿Dónde descansa?

Yo soy más de playa y siesta veraniega. La montaña me parece que requiere un mayor esfuerzo y el mundo pueblo me es lejano. Mi pueblo sería Portugalete y viven más de 50.000 personas con lo que no es el icono de algo rural precisamente.


- ¿Qué hace diferente al resto del año?

En verano leo todo lo que me he ido dejando pendiente durante el año. También es una época muy fértil para dar a luz ideas y proyectos.


- ¿El viaje de verano de su vida? ¿Y la ciudad preferida?

El término “Verano de mi vida” es algo demasiado grande. Recuerdo con mucho cariño el 2008 en el que no salí de Zaragoza por la Expo. La ciudad era una fiesta. Algo irrepetible. El viaje de verano que más recuerdo fue Vancouver y Seattle. La ciudad canadiense sería para mí, aparte de España, uno de los pocos lugares ideales para vivir en el mundo por la composición de estado social, modernidad, clima y paisaje.


- El verano está asociado a la infancia y a la adolescencia. ¿Le persigue algún recuerdo especial?

Yo era un adolescente un tanto retraído que no salía los fines de semana con amigos. El verano del paso de 3º de BUP al COU, de 16 a 17 años, comencé de golpe a salir a todas las fiestas y verbenas de Portugalete y alrededores y no llegaba hasta la madrugada. Si, se puede considerar ese verano como de iniciación, por lo menos en lo de salir y beber.


- ¿Cuál ha sido la película de un verano inolvidable?

El verano no es una estación muy propicia para ir al cine si exceptuamos los cines de verano. La vida está en la calle. Quizás el otoño y el invierno sean estaciones más cinéfilas. Pero recuerdo el verano de 1997 cuando presentamos mi primera película como productor 'Chevrolet' en el festival de Moscú. En él, Isabel Ordaz ganó el premio a la mejor actriz y se lo entregó Robert de Niro. A finales de agosto estrenamos la película en España. Ese si fue un verano de película.


- ¿En qué estado está la película sobre Félix Romeo? ¿Cómo definirías al escritor, qué te ha dado, por qué has sentido la necesidad de hacer una película sobre él?

'Por qué Escribo', la película que hemos realizado Vicky Calavia y yo al alimón, está casi terminada. Faltan procesos de etalonaje, mezcla y masterización. Hemos enviado una copia de trabajo a varios festivales que buscan estrenos como la Seminci o Gijón y estamos pendientes de respuesta. Esperamos que a finales de octubre se pueda ver en Zaragoza. Vicky yo sentimos al unísono la necesidad de hacer algo con ese texto de Félix tras la lectura que realizó Luis Alegre en la presentación de su novela póstuma. Félix era un entusiasta enamorado de Zaragoza y de la amistad, y eso debería ser contagioso.


- ¿Qué significan Aragón y Zaragoza en su vida? 

Zaragoza es la ciudad en la que he decidido vivir y desde la que me encanta crear. Vine por amor a mi mujer, de aquí es nuestro hijo y creo que es una ciudad mejor de lo que a veces los zaragozanos consideran.


- ¿Cuál sería el menú de un día perfecto?


Desayunar en un bar leyendo en el HERALDO la noticia de que, por fin, las instituciones aragonesas consideran como una de las fortalezas de esta comunidad la cultura y como una fuente de riqueza y empleo por lo que van a invertir en ello una cantidad proporcional al de otras comunidades de nuestro entorno como Navarra, Cataluña, Euskadi o Valencia. Ponerme delante del ordenador y escribir diez páginas estupendas de un guión o montar diez minutos de un documental. Comer con mi familia en la terraza. Por la tarde releer las diez páginas o ver los diez minutos y darme cuenta que no eran tan estupendos pero que se pueden mejorar y hacerlo. Acudir a la presentación de una novela, a un acto de la Buena Estrella organizado por Luis Alegre, o a un concierto o a una obra de teatro que me atrape. Terminar cenando con amigos en Casa Emilio celebrando el arte, la vida y la amistad.


- ¿El director de su vida? ¿Y las películas que más veces ve?


Yo no soy mucho de hacer listas ni de ver muchas veces las misma película porque me gusta demasiado el cine para hacer de ello algo excluyente, pero en mi adolescencia un director al que admiraba y admiro por su capacidad de conjugar comercialidad con una visión muy personal de la naturaleza humana es Alfred Hitchcock. Cualquier película suya pero 'Vértigo', sin duda, es muy especial.


- ¿Cómo fue su primera vez?

En este momento de mi vida voy a recordar mi primera vez con la paternidad que me ha llegado a una edad madura y estoy aprendiendo día a día a ser feliz.


- ¿Hacer cine en España ahora es llorar, es soñar, en creer en la utopía?

Hacer cine en España siempre ha sido complicado pero en estos momentos es todavía más difícil. Se recorta indiscriminadamente de todo y la cultura y la creatividad paga proporcionalmente más por una culpa que no es suya. Cine seguirá existiendo. Lo que no sé si se podrá vivir de ello, algo a lo que las personas que nos dedicamos a trabajar también tenemos derecho.


- ¿Cuál es la mejor anécdota veraniega vinculada a tu profesión?

Por no irme muy atrás en el tiempo, el verano pasado estaba en agosto con mi mujer y nuestro niño Jon en Lugo con la idea de pasar unos días en Galicia. Recibí una llamada de Almuñécar comunicándome que mi corto 'Abstenerse agencias' había ganado el primer premio en el Festival de cine y que era condición imprescindible estar en la clausura para poder obtener la dotación económica. Planeamos con la familia una road-movie desde Coruña hasta Almuñécar por la Ruta de la Plata en tres días y vuelta a Zaragoza por el Mediterráneo. Aunque casi nos gastamos todo el premio, mereció la pena.