Ramón y Cajal, Nobel de cómic

Jordi Bayarri se mete en la piel de Ramón y Cajal para divulgar la ciencia a través del cómic.

Empeñado en divulgar la ciencia entre los niños a través del cómic, el ilustrador Jordi Bayarri se mete de lleno en la piel de Ramón y Cajal porque, tras abordar la vida de Darwin, Galileo Galilei, Newton y Marie Curie, cree que "¡ya tocaba un español!" a incluir en la "Colección Científicos".


En "Ramón y Cajal, una vida al microscopio", quinta entrega de este que proyecto que nació en 2008 con motivo del 200 aniversario del nacimiento de Charles Darwin, el ilustrador valenciano vuelve a poner al cómic al servicio de la ciencia para convertirla en una materia accesible y digerible para los más jóvenes, un reto "muy satisfactorio" como autor aunque a veces se hace "un poco difícil".


"Hay conceptos que muchas veces no entiendo ni yo. Cuando iba al colegio la Física y las Matemáticas se me hacían un mundo, pero precisamente por eso me esfuerzo en explicar las cosas lo más claro que se pueda", explica Bayarri.


Para dar vida a Santiago Ramón y Cajal (1952-1934) Bayarri ha vuelto a trabajar con Tayra Lanuza, investigadora del CSIC en el Instituto de Historia de la Medicina y doctora en Historia de la Ciencia, quien es la encargada de la documentación de cada personaje.


"Intentamos que el tebeo, aunque sea divulgativo, sea también un tebeo que siga un recorrido, que sea una narración sobre todo basada en las imágenes para que los chavales, cuando se lo lean, lo encuentren divertido. Si se aburren tampoco conseguimos que se lo lean, y éste es el objetivo de la serie", cuenta. Y para conseguir esta meta, "fuerzan" la historia para que la narración sea "más llevadera".


"Quizá -detalla- sí que me invento situaciones que igual no existieron tal cual, pero que lo que se cuenta sí que es lo que fue. Muchas veces las conversaciones del científico con alguien que aparecen en el cómic en realidad no fueron conversaciones reales, sino son pasajes sacados de textos de cartas, artículos o libros".


En el caso del histólogo navarro, premio Nobel de Medicina en 1906, pasar su vida a la viñeta ha sido un trabajo donde su infancia ha tenido gran protagonismo ya que, como confiesa el dibujante, se trata de una etapa que daría "para hacer tres o cuatro tebeos".


"El Ramón y Cajal de niño era un gamberro. El tío era un trasto e hizo de todo, por eso ha sido complicado seleccionar qué cosas tenemos que contar. Incluimos, por ejemplo, que cuando era niño construyó en su pueblo un cañón de madera y hojalata, o cosas por el estilo. Sólo con su infancia ya hay para contar, pero cuando se hace mayor y empieza a investigar hay cosas muy interesantes", añade. Aunque el cómic "ya está hecho", Bayarri, ha acudido al micromecenazgo para poder editarlo y sacarlo a la venta en tiendas físicas.


"Se nos ocurrió que una manera muy bonita de sacarlo sería conseguir que los lectores interesados fueran los que con sus aportaciones nos ayudaran a publicarlo, y a cambio les enviamos el tebeo y unos artículos accesorios", explica sobre esta financiación que, para que de sus frutos deben alcanzar la cifra de 5.000 euros.


"Hacemos el tebeo porque nos gusta, nos interesa y tenemos mucha fe en el proyecto de 'Colección Científicos', pero necesitamos ese respaldo económico", puntualiza.


Una vez que consigan esta cantidad, "que es posible", y una vez que todos los mecenas reciban su ejemplar y sus "recompensas"; el tebeo llegará a las librerías, como ha sucedido con las otras cuatro entregas de la "Colección Científicos".