Lichis: “Lo más interesante de un viaje es el trayecto, cuando desconectas de todo”

El músico presenta este viernes su disco 'Modo avión' en La Casa del Loco (22.30).

Lichis
Lichis: “Lo más interesante de un viaje es el trayecto, cuando desconectas de todo”
Laura Uranga

Miguel Ángel Hernando 'Lichis' (Barcelona, 1970) presenta este viernes en La Casa del Loco (22.30) su álbum 'Modo avión', mezclado en Nueva York por Joe Blaney productor de discos de The Clash, The Ramones, Prince o Tom Waits. Lichis se embarca en un viaje en solitario en el que deja atrás anteriores proyectos como La Cabra Mecánica y se adentra en los sonidos del rock y country americano.


-Tras La Cabra Mecánica y La Pandilla Voladora ha decidido emprender un nuevo rumbo, esta vez en solitario...

-Esto empezó cuando decidí dejar La Cabra Mecánica, allá por 2007. Me había mudado a Barcelona allí monté un estudio de grabación. Estaba trabajando como productor, no me apetecía seguir mucho con la historia, compaginaba eso con los últimos bolos de La Cabra Mecánica y con un trío de blues que había montado, ahondando en el repertorio de la Chess Records -Howlin' Wolf, Willy Dixon- y los clásicos de la música country americana. Lo último que hice con La Cabra Mecánica fue telonear la gira de Fito y Fitipaldis. Luego vino lo de La Pandilla Voladora que, en principio, surgió como una idea para hacer un disco pero terminó por convertirse en una fiesta de grandes éxitos para pasarlo bien y ya está. El camino empezó por entonces, salpicado con esos encuentros puntuales con La Cabra Mecánica.


-La letra de una de sus canciones decía 'Mata más el tabaco que los aviones'. 'Modo avión' es su nuevo disco y uno de sus temas es 'Horas de vuelo'. ¿Qué tiene usted con los aviones?

-'Modo avión' es una alegoría sobre el viaje. Llevo desde los 18 años trabajando en la música, primero como bajista en un montón de grupos, luego con La Cabra Mecánica y otros proyectos. La mayor parte de mi vida, desde entonces hasta ahora, la he pasado viajando. La parte más interesante del viaje es el trayecto, ese momento en el desconectas de todo, tanto en la ida como en la vuelta, valoras quién eres y hacia dónde vas, o qué experiencias nuevas has tenido y cómo te transforman cuando vuelves. Viajo mucho en transporte público, suelo apagar el móvil y voy con mi libreta, apuntando. Es un momento creativo importante donde quizá se toman todas las decisiones y se ordenan las ideas.


-¿Cómo fue grabar en Nueva York con Joe Blaney?

-Al principio la idea era grabar con Ricky Falkner, un productor al que admiro mucho y un músico increíble. Le conocí en el estudio de Barcelona. Barajando fechas, vimos que no nos cuadraban para coincidir y planteamos la oportunidad de mezclar con Joe Blaney en Nueva York. Hablé con él y me comentó que durante el invierno estarían allí los músicos que quería para el disco (Marc Ribot, Jim Campilongo, Andy Hess, Pete Thomas...). Y en quince días me planté en Nueva York. Supongo que en cuanto llegas a esa ciudad y ves todo tan grande, las nevadas a lo grande, los americanos lo hacen todo a lo bestia..., enseguida se te quita el miedo, te metes a ello y ya está. Fue en el avión de vuelta cuando me dije: madre de Dios la que se ha liado aquí.


-En el disco participan músicos como Andy Hess (Black Crowes), Pete Thomas (Elvis Costello & The Attractios), Jerry Marotta (Peter Gabriel)...

-La relación con ellos fue muy buena. Grabábamos en directo, yo con la acústica, cantando, y ellos tocando. La verdad es que se implicaron mucho. Hacíamos cinco o diez tomas de cada tema, las escuchaba y decía: yo creo que esto ya está. Y eran ellos los que me sugerían que se podía hacer mejor. Realizamos 15 o 20 tomas de cada canción y, en algunas, incluso empleamos dos días enteros de grabación buscando que quedara una tocata fresca y compacta. A nivel musical y humano fue una experiencia increíble.


-¿Tenía claro desde el principio el sonido que quería para 'Modo avión' o fue surgiendo en el estudio?

-Aluciné porque respetaron mucho lo que había en las maquetas. Cuando llegué allí Joe Blaney me dijo: “¿De verdad quieres volver a grabar esto? Está muy bien así”. Respetaron todas las estructuras y todos los arreglos. Los esquemas de tocata eran sencillos y les permitía a los músicos improvisar más en su forma de interpretar que sobre la estructura de la canción o sobre los arreglos. Y eso fue lo que hicieron. Como Andy Hess con el bajo, que en cada toma hacía una cosa diferente y mejor... Entendieron la esencia de lo que yo ya traía y le dieron una pequeña vuelta insertando la personalidad de cada músico.


-Esa esencia ya tenía un aire americano...

-De hecho fue por eso por lo que hablamos con Ricky sobre la posibilidad de ir a mezclarlo fuera, porque es un disco de género, de música americana, y pensamos que lo mejor era hacerlo allí.


-Y se trajo también material audiovisual para el videoclip de 'Horas de vuelo'...

-Fue Dani, el batería en directo que viene conmigo, quien grabó con una pequeña cámara algunas imágenes, en plan turista, que luego utilizamos en el vídeo de 'Horas de vuelo' junto a otras del estudio.


-¿Cuesta despojarse de los éxitos del pasado en el repertorio de sus conciertos? ¿Le siguen pidiendo los 'hits' de La Cabra Mecánica?

-Siempre hay algún mal bebedor de cubatas que te pide 'La lista de la compra'. Pero no pasa nada. Hay una parte del repertorio de La Cabra Mecánica que tiene que ver con 'Modo avión' y que es el menos conocido. Pero no se puede negar que lo más conocido era la parte rumbera. En ese sentido, yo concebía la banda como muchos de los grupos que me gustaban: Beatles, Kinks... con álbumes muy eclécticos, que utilizaban temas que tenían que ver con la comedia musical inglesa o americana. De repente una canción era un medio bolero, otra un rocanrol.... La idea era un poco eso pero se focalizó la atención, porque quizá la moda pasaba por ahí, en las rumbas y en temas como 'La lista de la compra' o 'Felicidad'. En el fondo, lo que he hecho ahora ha sido tirar del otro hilo.


-Entre las colaboraciones del disco figuran Fernando Polaino y César Pop, en las letras...

-Hice una de las canciones con Fernando Polaino. Es la primera vez que escribo algo a medias con alguien. En otras cuatro canciones, que tenía medio hechas, vino a ayudarme César Pop, el letrista de Pereza. Estuvimos mucho tiempo encerrados dándole vueltas a las canciones. Por movidas personales, yo pasaba un momento en que no podía seguir tirando del carro. Me ayudó mucho en lo musical pero sobre todo en lo personal. Vino a casa, me colgó la guitarra y me dijo: “Venga, tío. '¡P'alante'! Toca!”. La verdad es que eso es de agradecer. Siempre había sido un proceso muy solitario, de corredor de fondo.


-¿En qué se ha inspirado a la hora de componer los temas de este álbum?

-Es mi primer disco autobiográfico. Cuenta experiencias personales duras y difíciles con las que creo que se puede identificar todo el mundo. Son canciones que hablan de crisis, de cambio, de ruptura y de volver a empezar una y otra vez. Socialmente, todos, en mayor o menor medida, vivimos ese momento en nuestros trabajos, en el nuevo concepto de familia... En el tema laboral, político, hay un cambio de referentes, un mundo nuevo. Estas letras hablan un poco de eso pasadas por mi propia experiencia. Supone un cambio en cuanto a La Cabra Mecánica, donde las letras eran más un relato costumbrista del mundo de la noche, del canalleo... Ahora mis letras son más sencillas y más concisas porque cuando quieres contar cosas con mucho grueso no hay que condimentar demasiado.


-En una de sus canciones colabora Leiva...

-Participó en la maqueta de 'Tics raros'. Cuando estaba en Nueva York, entre la sesiones maratonianas de cantar todo esto, las nevadas impresionantes y los dos paquetes de tabaco que me fumaba cada día por los nervios que tenía, perdí bastante voz y parte de los coros agudos no los podía reproducir. Llamé a Leiva que, a parte de ser un musicazo increíble, cuando canta por arriba tiene una cualidad en el tono que no llega a ser femenina pero casi. Es una mezcla muy curiosa y era imposible reproducir lo mismo. Le llamé y le dije que íbamos a coger sus voces de la maqueta. No puso ningún problema y las insertamos en el tema.


-¿Volverá a saltar el charco para presentar su disco?

-La cosa también está complicada. Hasta que aquí no tienes una repercusión grande es muy difícil. En la época de La Cabra Mecánica, desgraciadamente, no hubo un esfuerzo ni un trabajo por llegar a América. Tengo 45 años y si llego a hacer algo por allí ya estaré al borde de la jubilación. Me dicen que ahora se empieza a conocer La Cabra Mecánica en países como Colombia. Pero aquello es algo que no volveré a retomar ni aquí ni allí. Hay posibilidad de ir a Argentina y a México a finales de año. Me gustaría mucho intentarlo y también haremos algo por ir a Miami. Si surge, bien; y si no, pues nada. Seguiremos aquí.