"El diccionario de la Academia es un 'best seller' electrónico"

José Manuel Blecua, director de la RAE.
El filólogo zaragozano recibe el galardón cuando está a punto de cumplir cuatro años al frente de la institución

José Manuel Blecua dirige la RAE desde diciembre de 2010.
"El diccionario de la Academia es un 'best seller' electrónico"
Ángel díaz/EFE

El premio HERALDO no es uno más en su trayectoria. 

En absoluto. Es un inmenso honor recibirlo, y también hacerlo junto a Guillermo Fatás. HERALDO es el primer periódico que leí, el primero que publicó un artículo mío, cuando yo apenas tenía 20 años, el que publicó las crónicas del viaje de mi padre a Estados Unidos... Me recuerdo buscando los artículos de Borau, Pérez Gállego o Gay. 


Muy pronto cumplirá cuatro años al frente de la Real Academia. 

Han pasado rápidos. He tenido mucha fortuna porque en este tiempo ha habido algunos hitos, como la celebración del tercer centenario de la institución. Y otros van a llegar muy pronto, como la presentación del nuevo diccionario, que tendrá lugar el 17 de octubre con la presidencia de los Reyes. El trabajo es tan absorbente que he tenido que dejar prácticamente todo por la Academia. Ami casa de Barcelona hace un siglo que no voy.


¿Cómo va a ser esa nueva edición del diccionario?

El diccionario es nuestra obra más representativa y ya es un éxito en internet:registramos entre 30 y 40 millones de consultas al mes. Es un ‘best seller’ electrónico. En su edición en papel va a tener muchas novedades. Hay 6.000 voces nuevas respecto a la edición anterior y 145.000 enmiendas de los artículos. 


La gran cantidad de entradas  nuevas, ¿es lo más destacado?

Es importante, sin duda, pero yo también le doy mucho valor a otras cosas. Gracias al CSIC de Barcelona se han puesto al día las voces relativas a las pesas y medidas; un grupo de ingenieros nos ha asesorado en los vocablos relativos a la nanotecnología, se han renovado los vocablos del mundo del automóvil  y la mecánica... La informática nos ha servido para ver qué palabras quitar y cuáles incluir: se han suprimido voces que llevaban muchas décadas en desuso. Quizá sea esta edición del diccionario la que tiene más novedades respecto a la anterior. 


Así que internet le ha venido bien a la Academia. Hay quienes piensan que las nuevas tecnologías, y el lenguaje que se usa en ellas, son una amenaza para la lengua. 

En absoluto. Las nuevas tecnologías no son ni para bien ni para mal; solo nos hacen diferentes. Cuando se inventó el telegrama hubo muchos que pensaron que el nuevo invento se iba a cargar la sintaxis. Prácticamente ya se ha dejado de usar el telegrama y no ha sido así. Los jóvenes de hoy leen y escriben más que los de hace unos años. Otra cosa es que lo hagan mejor, porque los informes PISAseñalan que la comprensión de los textos es más dificultosa. A la Academia las nuevas tecnologías le han ido muy bien, y no lo digo solo por la difusión y consultas que tiene nuestro diccionario. Lo digo también por nuestro trabajo. Imagínese lo que era hace un siglo consultar con las academias americanas acerca de una palabra nueva. Lo hacían por carta y tenían que esperar y esperar hasta que llegaba la respuesta. Ahora, desde que se propuso la entrada en el diccionario de la acepción de la palabra ‘tableta’, referida al aparato electrónico, hasta que se aprobó, apenas pasaron 24 horas.  


¿Cuáles son los principales retos de la Academia hoy?

Tiene retos complejos. Uno de los principales es completar las bases de datos. El ‘Diccionario histórico’, por ejemplo, solo se va a publicar en internet, así que necesita unas bases de datos muy completas. Otro de los retos es mejorar las condiciones de trabajo en colaboración con las academias americanas. Tenemos que conseguir que varias instituciones puedan trabajar simultáneamente en el mismo documento.