"El premio supone mucho ánimo en una carrera tan dura como la de la lírica"

RUTH INIESTA, La soprano zaragozana ganó el sábado en la Mozart el tercer premio (ex aequo con la francesa Anaïs Constans) del Concurso Internacional de Canto Montserrat Caballé entre más de 300 participantes

Ruth Iniesta, en la final del concurso Montserrat Caballé.
"El premio supone mucho ánimo en una carrera tan dura como la de la lírica"
Oliver Duch

¿Hasta qué punto le va a cambiar la vida este galardón? 

Nunca se sabe el momento en el que un premio así puede llegar a cambiarnos la trayectoria profesional, pero, por su prestigio internacional, este siempre ayuda y seguro que te va a dar visibilidad. Me va muy bien ahora que estoy empezando. Y sobre todo supone mucho ánimo personal porque la lírica es una carrera muy dura en la que recibes muchos noes. Un reconocimiento de este tipo siempre anima y te da fuerzas para seguir cantando aunque estar en la final entre los 14 primeros ya fue en sí mismo un premio.  


Prestigio y, además, recompensa de 1.500 euros. 

El dinero viene muy bien. En esta profesión más de la mitad de lo que ingresas lo tienes que reinvertir después en clases, audiciones, viajes... Si dejas de estudiar, llega un momento en el que ya no avanzas.


¿Tuvo ventaja por ‘jugar’ en casa?

No (risas), aunque a mí me ayudó a cantar muy tranquila el hecho de contar con el apoyo de la familia. El premio del público se lo dieron a la soprano Sara Blanch, que lo hizo estupendamente, por lo que está claro que el jurado no se  dejó llevar por localismos a la hora de elegir a los ganadores.


¿Por qué se decidió a participar?

Porque estoy en un momento vocal dulce, muy tranquila y segura de mis posibilidades, tras un año de estar trabajando con el tenor Juan Lomba, un profesor estupendo que me ha ayudado mucho


¿Qué recuerdo le deja su interpretación de ‘Je veux vivre’, de ‘Roméo et Juliette’ de Gounod, en la final.

Fue una final muy bonita, con muy buenas voces, en la que no hubo ningún participante al que se le pudiera reprochar su presencia en la final.


¿Desde cuándo se dedica de lleno a la música?

Terminé mis estudios en la Escuela Superior de Canto en Madrid en junio de 2013, pero desde que gané el premio a mejor intérprete de música española en el Jacinto Guerrero en 2011 ya solo me dedico a cantar.

Ahora vive en Madrid.


Aquí es donde me están saliendo la mayoría de los trabajos. Es una pena que, a pesar de los esfuerzos de la Asociación Aragonesa de la Ópera, no se mueva mucho en Zaragoza lo lírico. 


Se inició profesionalmente en el mundo del musical, con participación en algunos como ‘We Will Rock You’, ‘Hoy no me puedo levantar’ o ‘Los miserables’, pero ahora ha optado por el camino de la ópera y la zarzuela. ¿Por qué?

No reniego del musical, que me gusta mucho, pero me apetecía probar otra manera de estudiar y de cantar. En ópera y zarzuela estás continuamente aprendiendo material nuevo, investigando, perfeccionando... He descubierto que tengo voz para un repertorio nuevo, diferente y de momento ahí me he quedado.


¿La música da para vivir?

A mí, sorprendentemente, sí, pero porque estoy teniendo suerte y, además, se nota el trabajo que estoy haciendo. El cantante con talento y trabajador sí puede vivir de la música, aunque en España sea difícil porque atravesamos un momento complicado.


¿Cómo está su agenda de trabajo?

Afortunadamente, la tengo llena hasta final de febrero. Luego ya veremos. Ahora estoy con zarzuela en Cuenca, después voy al Real de Madrid... y entre medias el recital de Zaragoza del próximo noviembre en el Teatro Principal.


¿Cómo va a ser este concierto?

Será de zarzuela, con el barítono Luis Cansino y el tenor Alejandro González. Al piano, estará Aurelio Viribay. 


¿Cree que la lírica tiene la importancia que se merece? 

Siempre ha estado un poquito desterrada, y se ha pensado que era solo para una elite. Iniciativas como las de Ópera Aragón demuestran que no es así.  


Hay que salir de España para triunfar en la música.

Eso se suele decir, aunque personalmente a mí me va bien aquí. Fuera hay mucho más mercado. Por ejemplo, en Alemania, cada ciudad, por pequeña que sea, tiene su teatro de ópera y una compañía estable, por lo que siempre hay conciertos. En España no hay esta costumbre ni tradición.


En Zaragoza tampoco hay teatro de ópera.

En general, en España hay poquitos. Supongo que obedece a la ley de la oferta y la demanda. Lo que hace falta es más apoyo privado y de las administraciones públicas, como el Ayuntamiento de Zaragoza. Público interesado no falta.