El libro electrónico dobla su presencia en Aragón

El e-book sigue ganando terreno en el mercado editorial mientras la piratería se mantiene como mayor preocupación.

E-book
El libro electrónico dobla su presencia en Aragón
José Miguel Marco

Dos de cada diez hogares aragoneses cuentan con un lector de libros electrónicos, más conocido como e-book, entre su equipamiento, según los últimos datos recogidos por el Observatorio Aragonés de la Sociedad de la Información (OASI).


En 2013, más de un 22% de las viviendas de Aragón contaba con, al menos, un dispositivo de este tipo; cifra que supone un aumento del doble con respecto a los datos publicados en 2012 en la Encuesta sobre el uso de Internet en Aragón.


El OASI incluyó el libro digital en sus estudios en 2010, cuando tan solo estaba presente en una de cada cien residencias en la Comunidad. Desde entonces el crecimiento no ha cesado. En cuanto a su distribución, en la capital aragonesa se condensan el 26% de libros electrónicos. Si atendemos a su reparto por provincias, es en Zaragoza donde la penetración de estos dispositivos es mayor, con un 36% del total de hogares, seguida por Huesca (34%) y Teruel (30%).


Esta revolución tecnológica ha influido también a los intermediarios: los vendedores. “Las grandes cadenas tenemos integrada la venta de libros digitales pero las librerías tradicionales todavía no han dado el salto y eso influye de manera directa en su facturación. Aquellas que no den el salto van a tener serias dificultades para mantenerse”, afirma Hermelo Delgado, miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Librerías de Aragón.


Desde el gremio apuntan a que, por el momento, el papel sigue dominando el mercado, pero que la tendencia sigue cambiando. Delgado, que es director de la Casa del Libro de Zaragoza, asegura que la distribución atiende a la edad del comprador: “Tenemos desde gente joven que solo lee en digital, a la que se decanta todavía por el papel, de 50 años en adelante. Entre los 30 y los 50 está más repartido. Si extrapolamos estos datos, en el futuro el peso del formato digital será cada vez mayor”.


Sin embargo, este aumento del número de dispositivos no se ha visto reflejado en la cifra de ventas. “De cada 8 o 9 aparatos comprados en España, tan solo dos realizan descargas legales de contenidos digitales”, asegura Delgado, que señala como posibles causas de este aumento hacia la estandarización del producto: “Hace 5 años un e-book costaba más de 300 euros, ahora podemos encontrarlo desde 80”. Sin embargo, el librero asegura que el gran problema del sector es, sin duda, la piratería. 

El talón de Aquiles de la era digital

Frente a las continuas caídas de las ventas editoriales –Aragón registró en 2013 el mayor retroceso de toda España tras perder un 34,8% de títulos respecto al año anterior- la nueva era de las pantallas se abre como una alternativa, todavía sin regular en la que la piratería se ha convertido en el enemigo número uno del incipiente sector de la edición digital.


El 84% de los contenidos adquiridos en España el pasado año fue pirata, según el Observatorio de Piratería y Hábitos de Consumo de Contenidos Digitales. Desde el gremio apuntan como posibles medidas hacia un abaratamiento de los contenidos –tan solo un 40% más barato que el libro en papel- y una reducción del IVA –actualmente al 21% en vez de al 4 que soporta el papel-, aunque sin duda, lo más urgente es un aumento de la vigilancia y un mayor control.


Sin embargo, desde la Asociación de Editores Aragoneses, aseguran que la presencia del libro electrónico todavía no es significativa y afirman esperar la Ley Antipiratería “como agua de mayo”. “La normativa frenará mucho las descargas ilegales y repercutirá en un crecimiento del sector. Es necesaria una reorientación del mercado”, afirma Joaquín Casanova, también presidente del Consejo de Administración de la Librería Central y de la Comisión Permanente del Libro, (COPELI).


Casanova, que lleva más de 50 años dedicado al sector del libro impreso, apunta hacia la futura convivencia de ambos soportes: “Está demostrado que la capacidad de inmersión es mucho mayor en el papel, y que el libro electrónico es más perjudicial para la salud, sobre todo para la vista. Además, se pierden incentivos como el factor emotivo, no puedes lucir tu biblioteca, ni te pueden dedicar el libro; sin contar con que si se te acaba la pila y se acaba la lectura, un libro jamás te deja tirado", conlcuye.