Billetes comprados con meses de antelación, guías de viaje leídas yreleídas,  repelentes de mosquitos y cremas solares en la maleta, excursiones organizadas para que no haya problemas de falta de plazas... Esta es la previsión del plan de viaje de la mayoría de los viajeros que se embarcan en unas vacaciones de larga duración en un destino exótico. 

Unas gestiones que se suelen realizar con mucha antelación, y en las que no hay que olvidar la cita más importante e ineludible: la visita al Centro de Información y Vacunación a Viajeros Internacionales, donde se encargan de informar sobre las recomendaciones sanitarias necesarias para prevenir riesgos en la salud. Un detalle que algunos viajeros dejan caer en el olvido pensando que tienen tiempo suficiente para acudir. «Esta consulta debería realizarse, al menos, entre cuatro y ocho semanas antes de que se vaya a realizar un viaje de larga duración, por motivos laborales o de vacaciones. Hay algunos países donde es necesario vacunarse y, si las dosis no se inyectan en los plazos exigidos, es como si el usuario no se vacunara», apunta Francisco Sancho, director general de Salud Pública del Gobierno de Aragón. 

En estos centros, una de las consultas más demandadas es la que tiene que ver con cuestiones relacionadas con la medicación antipalúdica y con la vacunación voluntaria y obligatoria, dependiendo de los destinos. En este sentido, hay que recordar que estas instalaciones son los únicos centros autorizados en Aragón para la administración de la vacuna contra la fiebre amarilla y la expedición del correspondiente Certificado de Vacunación Internacional.

En el caso de la fiebre amarilla, en los últimos meses, en la Comunidad se han vacunado más de 900 personas en Zaragoza, 142 en Huesca y 55 en Teruel. Le siguen en importancia las vacunaciones para los casos de meningitis, con 312 vacunaciones en Zaragoza, 133 en Huesca y 20 en Teruel.

Un viaje seguro

Además, en estos centros se facilitan a los viajeros otras recomendaciones higiénico-sanitarias para que la escapada de sus sueños no se convierta en una gran desventura. Así, por ejemplo, se les dan pautas sobre el tipo de alimentos que se recomienda no ingerir, o sobre la importancia de tomar agua embotellada. 

Otros consejos tienen que ver con las enfermedades transmitidas por bañarse en ríos y lagos, así como las pautas para evitar las enfermedades transmitidas por animales, especialmente por insectos. 

«En los tres centros recibimos, anualmente, una media de 8.000 consultas, que son atendidas por médicos y enfermeros cualificados que se encargan de resolver cualquier duda, por pequeña que esta sea. Cuanta más información obtenga el viajero, más tranquilo emprenderá sus vacaciones», señala Francisco Sancho. 

Al margen de las recomendaciones que se aporten en estos centros, es importante que los viajeros afectados por una enfermedad crónica lleven consigo la medicación necesaria para todo el tiempo que dure el viaje. Y, sobre todo, prestar especial atención al grupo de bebés, niños pequeños, mujeres embarazadas, ancianos o personas con discapacidad, porque son los colectivos más sensibles.