La aventura africana de un músico aragonés

El zaragozano Jesús Jerez es guitarrista, saxo y cantante. Estuvo de gira por Marruecos y Túnez, participó en películas de Hollywood y ha hecho de la música su sueño.

-
La aventura africana de un músico aragonés

Jesús Jerez (Zaragoza, 1944) se abraza a la música como la mejor terapia. Hace dos años falleció su mujer, Candy, que fue cantante y modelo, y aún percibe su ausencia, la fugacidad de la mejor compañía y la intensidad de un dolor oscuro, penetrante, insoportable a menudo. Ha construido un estudio pequeño, que es su paraíso y el mejor alivio: allí, con sus pentagramas y sus atriles, con diversos saxos y la guitarra, vuelve a sentirse virtuoso, intérprete, soñador de sonidos. A veces, los vecinos le piden que abra la ventana y que deje escapar los pájaros de fuego de algunas melodías de los años 80. Y luego, en los fines de semana, en el Ragtime, se atreve a tocar y a cantar entre amigos, porque él fue instrumentista y vocalista de varios grupos: Los Dover, Los Sapetti, que tomaban el nombre de su fundador Luis Sapetti, y Página 6. Con ellos dio la vuelta al mundo: estuvo en Marruecos y en Túnez, vio muy de cerca al actor Stewart Granger, y a un sinfín de actores, fue telonero de Los Rollings Stones, «que me parecieron ya muy estirados a mediados de los 60», y conversó con Barbara Hutton, que le musitó al oído en su palacete de Sidi Hosni aquello de «me gusta mucho la música española». Hutton, inmensamente rica, era generosa en sus afectos: a un amante árabe de entonces le regaló una flota de taxis.


La historia de Jesús Jerez empieza en la CAF (Compañía Auxiliar de Ferrocarriles). Allí logró su primer empleo, que compaginaba con la música. Le gustaba desde los diez años y solía entretener a sus compañeros con canciones. Uno de ellos le sugirió: «Oye, ¿por qué no vas a probar a la radio?». Lo hizo y cantó dos temas en la emisión  ‘Plataforma de estrellas’ de Radio Zaragoza. Probó en varias ocasiones más y en otra, en el extinto Teatro Argensola, lo oyó el batería Ricardo Trívez y le dijo si le apetecería cantar con orquesta en Pigalle. De Pigalle a Marruecos y Túnez

En aquella sala de fiestas de la calle Costa, «de ambiente muy selecto», sucedían muchas cosas: oyó a Tony Ronald y los Krooner’s, vio a la cantante Carmen de Lirio, de inolvidables ojos claros, y se quedó asombrado de la elasticidad y de la belleza de las bailarinas de cabaré y de ballet. De ahí lo invitaron a cantar en el Cosmos: en aquel instante, estábamos en torno a 1960, soñaba con hacer carrera de intérprete. La vida avanzaba a ritmo de vértigo: allí conoció a Mary Carmen y sus muñecos, «le ofrecieron en el Cosmos su primer contrato», dice, y el mismísimo Raphael se interesó por él e intentó ayudarle a grabar un disco.


La vida de Jesús Jerez parece pautada por el azar. Cuando se enteraron de su edad, un policía de la Brigada Social lo expulsó de allí y lo mandó unas horas a la cárcel. Nada más salir, gracias a un amigo de su familia, se cruzó con el pianista Fernando López. Hablaron y este le comentó que Luis Sapetti tenía un buen contrato para irse a tocar a Marruecos. «¿Te gustaría venir?», oyó Jesús. Sinn apenas tiempo para decidir, contestó afirmativamente, y allá se fue  en 1963 con su repertorio de canción italiana, con ecos de Domenico Modugno, Al Bano y las melodías del Festival de San Remo. Y otros temas, claro. El cuarteto se llamaría Los Sapetti y estuvo tres años en Marruecos. Duró hasta 1971 y lo integraron Mario Martínez (bajo), Jesús Jerez (voz, guitarra y saxo), Fernando López (piano) y Luis Sapetti (batería), y alguna vez Candy (voz), su futura mujer. «Nos instalamos en Tánger y desde allí organizábamos giras o pequeños conciertos en otras ciudades como Tetuán, Casablanca o Larache. Además, tocábamos en los grandes hoteles en sesiones de baile. En el Oriental Palace, en el Casino o en Hotel Ritz de Tánger, donde coincidimos con Los Rollings». 


Allí, Jesús Jerez vivió una historia de amor: conoció a la joven Irene, que era una dama de compañía de la hermana del rey Hassan II, de origen español. «Ella se enamoró de mí y quiso que nos comprometiéramos, pero pensé que aún era demasiado joven. Ante mi negativa, tomó sutiles represalias, pero supe rehacer mi vida».


Poco después, Los Sapetti serían contratados en Túnez. Y en otros lugares de Francia o España. Aquellos años hubo muchos viajes, salas de conciertos, ensayos, nuevas canciones. Cuando se disolvió el grupo, Jesús Jerez decidió fundar otro: Página 6, «que sonaba francamente bien. De categoría. No exagero. Inauguramos salas de fiestas y discotecas en muchos lugares: en Castro Urdiales, en Logroño, en Vitoria, en Madrid, en Salinas (Asturias). Renovábamos nuestro repertorio, facturábamos muy bien». El elenco, de seis músicos, estuvo formado, entre otros, por Luis Gimeno (trompeta), Gonzalo Sevilla (bajo y voz), Fernando López y Roberto Guiral (piano), Joso de Miguel (bajo), Javier Sebastián (batería), Jesús Alós y José Luis García (saxofones) y Jesús Jerez (saxo, guitarra y voz). 


«En 1989 me sentí agotado y me pareció que era oportuno parar. Habíamos tocado con Montserrat Caballé en Perelada, con Los Brincos, Mary Trini, José Guardiola, Diango, Rudi Ventura, Basilio, Nino Bravo, Donna Hightower, Joaquín Sabina y Celia Cruz, que me impresionó. O Antonio Machín, que era majo y simpático de verdad. La lista es larga. Página 6 fue una orquesta modélica en cuanto a seriedad y calidad», dice. Y nos despide con un bolero: ‘Piensa en mí’ de Agustín Lara para María Félix.