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Manu Chao agota las entradas para su concierto en Zaragoza

El recital del cantautor hispano-francés se celebrará el próximo domingo 4 de junio en la sala Oasis. 

El cantautor hispano-francés Manu Chao.
El cantautor hispano-francés Manu Chao.
Heraldo.es

Tal y como era de prever, Manu Chao ha agotado las entradas para el concierto que ofrecerá el próximo domingo 4 de junio en la sala Oasis de Zaragoza, que supondrá su retorno a la ciudad tras más de dos décadas de ausencia. 

El autor de 'Clandestino' visitará el emblemático espacio de la calle Boggiero con un recital en acústico en el que combinará sus grandes éxitos de siempre con sus canciones de ahora. 

Así presenta Chao su 'show': "El chapulín solo. Lo peor de la rumba, Canciones de rompe y rasca, rolas musicarias; manu a manu solo con guitarra, acompañado de Lucky Salvadori (guitarrita) y Miguel Rumbao (percusión). Aguántame rumba ¡Aguantanamera! Lo peor de la noche te la viene a estresar. ¡Temas nuevos y de siempre! NO solo en china hay futuro! Mundos al revés, equivocadas vidas, vecinas del patio y malegrías, despedidas clandestinas, calles y más calles, bodas y banquetes, entierros y malas vidas".

Su actuación pondrá fin a 22 años de ausencia en la capital aragonesa, cuya última comparecencia se produjo el 23 de septiembre de 2001 en el pabellón Príncipe Felipe ante 7.000 espectadores para la presentación del disco 'Próxima estación: Esperanza'.

Adquirió el rango de 'mítico' su concierto al frente de su banda Mano Negra en diciembre de 1994 en la hoy desaparecida sala Dezivio. Poco más de medio millar de afortunados pudieron conseguir una de las entradas a la venta. Algunos hicieron cola, incluso, desde la madrugada.

Tres años antes, el 2 de marzo de 1991, se produjo la primera incursión de Manu Chao y Mano Negra. Acaeció en la plaza de toros de Zaragoza ante unas 2.000 personas. El periodista de HERALDO Matías Uribe plasmó la intensidad del concierto: "El cantante Manu, director de orquesta tan extrovertida, es una bola de sudor y entrega desde el primer instante, los teclados apoyan con rotundidad y la sección de metal pese a la baja del trombonista está en su papel correctamente. Así las cosas, la patachanka, singular denominativo inventado por el grupo para su explosiva mezcla de estilos, arde en escena como una tea inagotable. No hay instantes de flaqueza, nunca baja el ritmo de comunicabilidad y energía. Son dos horas de música rotunda y caliente en una de las mejores propuestas en directo que hoy puedan verse por los escenarios internacionales del rock".

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