Eugenia Tenenbaum: "Es fácil ser un genio cuando lo único que tienes que hacer es dedicarte a crear"

La historiadora del arte Eugenia Tenembaun pone en solfa la figura de Picasso explorando su parte más oscura a través del trato que dispensó a sus mujeres

Eugenia Tenenbaum, el martes, en Zaragoza, invitada por la Fundación CAI.
Eugenia Tenenbaum, el martes, en Zaragoza, invitada por la Fundación CAI.
Guillermo Mestre

Fernande Olivier, Eva Gouel, Olga Khokhlova, Dora Maar, Marie-Thérèse Walter, Françoise Gilot, Geneviève Laporte y Jacqueline Roque. Ocho mujeres que pasaron por la vida de Pablo Ruiz Picasso y que, en el 50 aniversario de la muerte del pintor, la historiadora del arte Eugenia Tenenbaum quiere reivindicar haciendo una enmienda a la totalidad de la figura artista. En ‘Las mujeres detrás de Picasso’, esta historiadora del arte con casi 100.000 seguidores en Instagram, pone en solfa los conceptos de genio y de musa. Con la ayuda de otras tantas ilustradoras profundiza en sus vidas y lo que supusieron a la hora de sostener la carrera del artista: como cuidadoras, amantes, creadoras... Lo hace con un tono que se aleja del puro manual para ir por derroteros literarios y hasta dramatúrgicos que repasan unos episodios de maltrato y misoginia hoy comprobados.

El libro se publica cuando se celebra el 50 aniversario de la muerte de Picasso.No es una casualidad. En realidad, es un encargo de la editorial, porque yo llevaba tiempo investigando al respecto. Querían un proyecto que pusiera en entredicho los conceptos del ‘genio’ y la ‘musa’. Es importante aprovechar estas efemérides para centrar la atención en problemas que hasta ahora, a mi parecer, no se han tratado como se debería.

¿Le gusta Picasso?Nunca me ha gustado artísticamente. Al final los gustos forman para de la subjetividad. Desde un discurso de la historia del arte clasista o elitista se intenta decir a la gente lo que le tiene que gustar y lo que no y se deja poco margen a la libertad de elección. Cuanto más he estudiado a Picasso y más me he familiarizado con él, menos me ha gustado, no solo como artista sino como persona. Como historiadora del arte no voy a negar la relevancia que ha tenido en el siglo XX. Lo que sí que voy a intentar es contextualizar e intentar aportar todo aquello que he ido aprendiendo y que me hubiera gustado saber.

¿No lo considera un genio?Como feminista e historiadora del arte pertenezco a una escuela en la que la perspectiva de género niega la existencia del genio, un concepto que veo como una construcción social y cultural, no como realidad material ni histórica

Tampoco hay genias, por tanto.Precisamente porque no hay genias hay que poner en entredicho que haya genios. No tanto porque no existan mujeres geniales, sino porque no se les haya concedido esa etiqueta que no aparece ni en el diccionario de la RAE, lo cual aporta bastantes luces sobre cuál es la situación. En el libro profundizo sobre hasta qué punto es fácil ser un genio cuando lo único que tienes que hacer es dedicarte a crear, porque todas tus necesidades y responsabilidades están cubiertas gracias a segundas y terceras personas que mayoritariamente son mujeres.

¿Dónde ponemos entonces el listón a la hora de determinar que un artista es superior?Hay una frase que me gusta mucho que explica que el arte, más allá de ser algo bello, es aquello que consensuadamente se decide que es arte. Algo parecido pasa con los artistas, de hecho, a lo largo de los siglos el valor que se la ha dado a determinadas obras o artistas ha dependido del contexto. Hoy en día todo el mundo conoce a Boticelli y su ‘Nacimiento de Venus’ , pero hasta el siglo XIX, cuando lo recuperaron los prerrafaelitas, nadie lo conocía. La noción de genio se va configurando con los siglos y va cambiando, lo que explica que no es algo monolítico sino cultural y social. Puede ser revisado.

¿Qué papel tienen en ese constructo los museos, los manuales o el mercado del arte?Al final todos son mecanismos de generación de opinión. Y de legitimación de determinados discursos, generalmente muy tradicionales y conservadores, que solo se fijan en la forma y no tanto en el contexto o las dimensiones sociológicas de las obras y los artistas. Los museos apenas se han preocupado recientemente por adquirir obra de arte femenina, ni por redirigir un discurso sumamente racista, misógino y homófobo en muchos casos hacia narrativas más justas, inclusivas y rigurosas. Lo mismo sucede con los temarios y manuales, que han excluido de manera sistemática a mujeres que han contribuido a la historia del arte, no solo como artistas sino como coleccionistas.

¿Por ejemplo?Son muchas. Es el caso de Peggy Guggenheim. Su papel en el arte del siglo XX es crucial para que conozcamos a los surrealistas o entendamos el arte contemporáneo como lo que es. Muchas carreras y corrientes artísticas se las debemos mayoritariamente a las mujeres, que coleccionaron obra o pagaron billetes para que los artistas escaparan de la guerra. Pero no están.

El papel de estas mujeres fue, por tanto, sobre todo logístico.
Son muchos papeles al mismo tiempo: logístico, de comisariado, de cuidado, de mecenazgo. Son muchos papeles, todos los del mundo. Y a algunas se les apropió su talento

En el caso de las mujeres de Picasso, ¿había algún patrón en cuanto a su personalidad?Es lo que ha pasado durante tantos siglos y lo que sigue pasando: que siempre se les pide responsabilidades a las mujeres por no haber salido de la situación de maltrato en lugar de pedírsela a ellos. La lectura no es cómo estas ocho mujeres, siendo tan diferentes en edad, en ideología, en prácticas artísticas o en trabajos terminaron siendo sometidas y maltratadas sino cómo es posible que tantas décadas después se siga poniendo en tela de juicio la existencia de la violencia de género.

Parece que algo se está abriendo la perspectiva. Exposiciones como la de Leonora Carrington en Madrid o la del Guggenheim, ‘Mujeres de las abstracción’.No es solo importa el hecho de que se recuperen los increíbles aportes que han hecho tantísimas artistas, sino también cómo se hace, cómo se habla de ellas y, sobre todo ,de ellos. Hasta que no se renueven los organigramas de los museos y los perfiles de los que toman las decisiones yo me inclino a pensar que todo esto será una maniobra de marketing.

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