LETRAS ARAGONESAS. OCIO Y CULTURA

Severino Pallaruelo: "Me gusta hablar del alma de la gente, de lo que temen, sienten y quieren"

El escritor de Sabiñánigo rinde homenaje a 'Las mil y una noches' con su libro 'Veintiuna noches' (Xordica) que presentó en el Paraninfo

Presentación de 'Veintiuna noches' en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza.
Presentación de 'Veintiuna noches' en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza: Miguel Mena, Severino Pallaruelo y Chusé Raúl Usón.
A. C. /Heraldo.

El Aula Magna del Paraninfo de la Universidad de Zaragoza se llenaba ayer para oír a dos escritores: Miguel Mena y Severino Pallaruelo. Los dos prolongaron una conversación que iniciaban algunos meses atrás cuando Severino (Sabiñánigo, 1954) le enviaba a su amigo el original de su libro ‘Veintiuna ncohes’, que publica el sello Xordica. A los dos los acompañó el editor Chusé Raúl Usón.

Miguel seleccionó 21 epígrafes o asuntos que aparecían en un libro de cuentos que también puede ser una novela, y que tiene algunas referencias claras: ‘Las mil y una noches’ y los relatos de ‘El Decamerón’. Miguel Mena recordaría casi al final del diálogo que por el libro pululaban escritores como Marcel Proust y Rosalía de Castro, entre otros.

La primera referencia fue el título. “Evidentemente quería ligarlo a ese libro fascinante de ‘Las mil y una noches’. Me gustaba mucho ese procedimiento de encadenar cuentos. El otro día, en Huesca, el director teatral Paco Paricio me habló de la existencia, en la tradición hindú, de colecciones de 21 relatos. Sinceramente no lo sabía. O si lo supe alguna vez lo he olvidado”, dijo Severino Pallaruelo, que no quiso poner nombre al escenario donde sucede el diálogo entre dos personajes que no se conocen y que poco a poco, diría Miguel Mena, se mueven entre “la atracción, el pudor y las confidencias”. 

“La historia sucede en un hospital de una pequeña ciudad, con ventanas a las montañas. Me pareció que no era necesario ponerle nombre, algo que también he hecho con los dos protagonistas: cuenta en primera persona un hombre de unos 60 años y es Yo. Y la mujer que lo escucha y con la que conversa es ella. Me parece suficiente. Con el paso del tiempo, si empleo nombres a veces me olvido. Y tiendo a ponerles matices, características. Eso me resulta suficiente”, apuntó Pallaruelo con algo de humor, que no faltó durante la charla. Miguel Mena intuye que la pequeña ciudad podría ser Huesca o Barbastro. Pallaruelo indicó que iba bien, "aunque ha habido gente que me ha dicho otros sitios". 

Portada del libro de Xordica.
Portada del libro de Xordica.
Heraldo.es

Los dos personajes tienen alrededor de 60 años, que “es una edad para reflexionar y una edad en la que sueles cuidar de tus mayores, como sucede aquí. Aquí son importantes los personajes secundarios: por un lado, los dos enfermos, un tío del hombre y una hermano de la mujer, y por algunos más que figuran en los relatos que se cuentan, que no tienen mucho que ver los ‘tiones’. He elegido esa edad también porque a los 60 años aún tenemos ilusiones”. A esos personajes se suma también el personal sanitario, que entra y sale: médicos, enfermeras, cuidadores, celadores, etc.

Miguel Mena le recordó al autor de ‘Veintiuna noches’, la importancia de las montañas y del mundo rural, y aludió al adagio: “Pueblo pequeño, infierno grande”. “Las montañas son importantes en el libro, así como el mundo rural. Con todo, las montañas no son las protagonistas, forman parte de un escenario que es el que mejor conozco, pero a mí gusta hablar de la gente, de sus almas, de lo que temen, de lo que sienten , de lo quieren, de lo que buscan. Las montañas son el decorado de las acciones de los personajes”, asumió Pallaruelo y reconoció que habla de “un mundo rural que fue el suyo y que ya ha desaparecido. Los dos comparten el pasado y se entienden. Se da una complicidad muy particular entre ellos”. Otro tema importante, para Miguel Mena, hijo de carpintero y ebanista, y para Severino Pallaruelo, hijo y nieto de leñadores, es la presencia de la madera.

Severino Pallaruelo aceptó que en el libro hay una carga de melancolía y también hay muchos amores difíciles. “Es cierto. El libro está repleto de melancolía, pero de una melancolía vista como algo positivo y muy creativo. Y sí, hay amores difíciles, dramáticos, amores que no se han consumado, amores que se retardan, abandonos, historias de hombres más bien seductores que evocan a las mujeres que han amado. Y hay también una carga inequívoca del peso de la Guerra Civil, que viene de nuestros padres”. Y por haber hay, junto a la rudeza, instantes de sensibilidad y de delicadeza.

Severino Pallaruelo es el gran cantor del Pirineo.
Severino Pallaruelo es el gran cantor del Pirineo.
José Miguel Marco.
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