narrativa. ocio y cultura
Alana S. Portero: existir fuera del contorno preciso
La escritora madrileña, que visita Zaragoza el miércoles, esclarece la crispación sobre la transexualidad con su primera novela: 'La mala costumbre'
Mucho antes de intuir siquiera el significado simbólico del armario, la protagonista de ‘La mala costumbre’ encontraba su refugio en el baño del piso familiar: esa habitación, la única con pestillo de toda la casa, le servía para sentirse cómoda en un cuerpo en el que había nacido pero que «no sabía habitar». Aupada en un taburete se maquillaba frente al espejo, siempre alerta para dejar todo en orden rápidamente si alguien llamaba a la puerta.
Siempre que oía a los mayores hablar de gente «como ella» era en términos despectivos –chistes, burlas, apelativos que mezclaban el insulto con la sorna para ridiculizar al nombrado– o con las mismas palabras con las que se referían a alguien enfermo. Y cuando oía a su madre presumir de sus dos hijos, dos «machotes», algo se le quebraba por dentro: «Desde que fui capaz de estructurar pensamiento quise contarle que yo no era enteramente yo. Que estaba confusa y estaba sufriendo».
Esa niña que bailaba coreografías de Madonna cuando estaba a solas, pero que en público impostaba su voz para hacerla varonil y aparentar una masculinidad que no tenía, aprendió a protegerse entrando en un estado de disociación que mantuvo gran parte de su vida y que Alana S. Portero (Madrid, 1978) cuenta con extraordinaria sensibilidad, una prosa bella llena de poesía y una gran dosis de ternura.
‘La mala costumbre’ es mucho más que el viaje de iniciación de una niña trans: es una novela sobre la construcción de la identidad en la que el entorno, la época y la clase social –una familia obrera en el madrileño barrio de San Blas de los años 80-90, tiempos en los que la heroína y el sida resultaban devastadores– son elementos importantes e indisociables que influyen directamente en el devenir de esta historia.
«Pinta tu aldea y pintarás el mundo», escribió Tolstoi, y la autora ha construido esa aldea con las calles de su barrio, la tienda «de las chicas» donde se compraba la ropa su madre, la acera donde se sentaba a ver pasar a la anciana con fama de bruja a la que apodaban ‘la Peluca’, la casa de su vecina Margarita, maravilloso personaje que llena las mejores páginas y que protagoniza los momentos más conmovedores de esta novela…
La niña del principio de la novela creció y el mundo se ensanchó: las primeras relaciones, tan tímidas y torpes como sólo lo son en la adolescencia; el descubrimiento de un barrio, Chueca, y del mítico Café Figueroa, donde por fin podía ser quien era sin esconderse; la noche en la que trataba de ocultarse para agotar las horas hasta que, como Cenicienta, tenía que cambiarse de ropa y quitarse los tacones de camino al barrio.
Para que ese mundo fuera de verdad más ancho resultaron fundamentales algunas mujeres como Eugenia la Moraíta, una prostituta maltratada por la vida que se convierte en referente imprescindible para avanzar en su aceptación y en su autoafirmación.
Esta novela, la primera de Alana S. Portero, sorprende por lo bien armada que está y por lo hermoso de la narración, que utiliza la primera persona para acercarse al lector y transmitir una honestidad y una verdad muy poderosas. «Nadie debería crecer pensando que, haga lo que haga, acabará por equivocarse de una manera fatal», afirma la protagonista: ‘La mala costumbre’ viene a arrojar luz en un momento de mucho ruido y crispación en el debate sobre la transexualidad.
Nada como ponerse en la piel de la protagonista, sentir con ella su dolor y sus frustraciones, descubrir de su mano la felicidad de sanar las heridas, para entender mejor un conflicto muy necesitado de sensatez, tolerancia y empatía.
NARRATIVA ESPAÑOLA
'La mala costumbre'. Alana S. Portero. Seix Barral. Barcelona, 2023. 252 páginas.
