Por
  • Francisco Javier Aguirre

Seis segundos de silencio

La Orquesta Music Aeterna, que actuó el viernes 12 de mayo en Zaragoza.
La Orquesta Music Aeterna, que actuó el viernes 12 de mayo en Zaragoza.
Alexandra Muraveva

Con ser magnífico todo el concierto que ofreció la orquesta MusicAeterna el viernes día 12, hay que resaltar los seis segundos finales de silencio reverencial que su director, Teodor Currentzis, mantuvo en la sala Mozart tras concluir el último movimiento de la ‘Sinfonía nº 6 en Si menor, Op. 74’, de Chaikovski, la ‘Patética’.

La sesión había comenzado con una original puesta en escena para interpretar la ‘Metamorfosis’, de Richard Strauss, que ocupó la primera parte. Dos contrabajos, dos violonchelos y dos violas iniciaron la dramática composición que trata de reconstruir simbólicamente la histórica ópera de Múnich, destruida por un bombardeo en 1943.

Como si de un proceso arquitectónico se tratara, se fueron sumando sucesivamente al empeño dos violas y diez violines, más el tercer contrabajo y otros dos violonchelos, que ocupaban espacio, pero sin sonido. La singular escenografía, una vez cubiertos todos los atriles, dio paso a una no menos singular obra para orquesta de cámara que jugó a los contrastes tímbricos, rítmicos y armónicos con dimensiones fonéticas e intensidades expresivas bellamente matizadas por la gestualidad del director, integrado sin podio en la base del semicírculo formado por los intérpretes, como punto de referencia y convergencia de las fuentes melódicas, además de ser el catalizador de esta especie de meditación sonora que constituye la obra straussiana.

El tétrico solo de fagot, con que se inicia la ‘Patética’ de Chaikovski, anticipa el espíritu que alienta en esta pieza de estructura definida y orquestación compleja, que Currentzis acertó a desentrañar exigiendo de los músicos todas sus prestaciones, más el esfuerzo de permanecer en pie en todas las líneas, salvo los obligados a tocar sentados: los violonchelos y la tuba. La obra se interpretó con una profundidad inusitada en sus cuatro movimientos.

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