El Ballet Fit desembarca en Zaragoza

Lidia Martínez ha hecho de esta disciplina la palanca para enfrentarse a una tragedia personal. Estas son las claves de esta manera de ejercitarse nueva en Aragón.

Lidia Martínez, en una clase de Ballet Fit.
Lidia Martínez, en una clase de Ballet Fit.
Guillermo Mestre

"El Ballet Fit llegó a mi vida en el peor momento, pero también fue mi salvación". Lidia Martínez es desde hace poco una de las tres únicas instructoras de esta disciplina muy nueva en Aragón. Su historia con ella va íntimamente asociada al dramático giro que dio su vida cuando hace ocho meses murió su marido, Alberto, de forma repentina a los 42 años. Exfutbolista, preparador físico y entrenador personal, el deporte era algo más que una profesión para él, trascendía al plano familiar, era un nexo de unión y un estilo de vida que ahora Lidia quiere convertir en una antorcha encendida que mantenga vivo su legado.

"El deporte era una parte fundamental en nuestra vida, en mi vida con él. El verano en que murió lo empezamos levantándonos temprano, dejando a los niños con los abuelos y yéndonos a entrenar, era nuestro momento". "El 21 de agosto de 2022, cuando fallece, a mí se me paraliza el mundo y dejo de hacer deporte, no tengo ganas de nada". "Al cabo de unas semanas mi cuerpo empezó a pedirme hacer ejercicio; era él tirándome de la oreja, pero el mero hecho de ponerme las zapatillas me resultaba insoportable porque mis últimos entrenamientos fueron con él, era mi vida con él"».

Entonces Lidia recibió un mail del lugar donde solía entrenar, informándole de una nueva actividad. El Ballet Fit.

A la zaragozana le sonaba de haber visto a famosas practicándolo (Rossy de Palma, Eugenia Silva, Raquel Sánchez-Silva...). Sacó fuerzas de flaqueza y al cabo de poco tiempo se plantó en el centro, Sabah, pionero en esta práctica en Zaragoza. Allí se puso a las órdenes de las instructoras Lis Cayón, junto con Azahara, entonces las únicas con título para impartir Ballet Fit en Aragón, a las que Lidia está profundamente agradecida. En el Ballet Fit encontró una forma de ejercitarse nueva, que no dominaba y en la que por lo tanto tenía que concentrarse lo suficiente para lograr evadirse mínimanente de su tragedia. Si bien "en la primera clase al final me eché a llorar porque sentí que Alberto había estado ahí conmigo".

Qué es el Ballet Fit

Tanto se ha involucrado Lidia que ahora ella también es instructora. Desde hace unas semanas da sus propias clases en AP Trainer Studio, una sala dentro de las instalaciones de Fútbol Indoor, en Cuarte de Huerva. Para la instructora el lugar tiene un significado muy especial: fue un proyecto que su marido dejó inacabado. A Lidia se le "partía el alma de ver la sala cerrada porque era sus última ilusión". El Ballet Fit ha sido la palanca para continuar con su tarea: reabrirla y llenarla de gente haciendo ejercicio.

Pero, ¿qué es exactamente el Ballet Fit y qué tiene para enganchar tanto?

Lo primero que hay que decir es que el Ballet Fit es una marca registrada y creada en 2017 por la bailarina Gloria Morales, quien la diseñó "para todos los sexos, edades y condiciones físicas". No requiere experiencia ni conocimientos previos de danza clásica. Tampoco "tener un nivel físico alto, es un entrenamiento sin impacto y con el peso del cuerpo". Es decir, no se utilizan aparatos o herramientas, a excepción de la barra. Al ser marca registrada, se trabaja de acuerdo a unos protocolos concretos, por lo que a día de hoy ser instructor o instructora de Ballet Fit pasa por un curso previo y una certificación que solo pueden otorgar sus responsables.

"A mí me ha resultado muy sanador, pero a nivel físico he notado también un cambio bestial, he tonificado muchísimo mi musculatura pese a que hago otras disciplinas como ‘crossfit’ o pilates, pero los resultados con Ballet Fit no los había sentido nunca, asegura Lidia. "Se trata de entrenar con la elegancia de una bailarina pero con lo más accesible del ballet".

Cómo son las clases de Ballet Fit

Una clase de Ballet Fit dura en torno a una hora comienza con una parte de barra "muy exigente" –explica Lidia–, luego hay otra de cardio, "mas de sudar", otra de suelo, en la que se trabajan abdominal o glúteo, y termina con relajación y ‘mindfulness’. "Para mí lo tiene todo", defiende Lidia.

"En la barra se trabaja sobre todo lo que tiene que ver con el ballet: la postura corporal, las de los pies (primera o segunda, no más porque pueden ser lesivas para una persona de a pie), todo adaptado a las circunstancias de los alumnos, hay niveles".

El objetivo es "fortalecer a la vez que alargar". Entre los beneficios que Lidia desgrana están la postura corporal, la flexibilidad, la coordinación o la definición muscular, para lo que no hace falta coger peso. "No hay más que ver los brazos de una bailarina».

Y todo con una ‘playlist’ que mezcla cortes de música clásica con ‘hits’ actuales y ochenteros.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión