Carme Elías: "Esta enfermedad terrible me tiene presa"

El alzhéimer, al que llama "mi amigo Al", empujó a la actriz a dejar la interpretación en 2019. La autora de 'Cuando ya no sea yo' vive ahora el presente y mira al futuro con valentía.

Carme Elías, con su 'Cuando no sea yo' entre sus brazos.
Carme Elías, con su 'Cuando no sea yo' entre sus brazos.
Jona Jaraba/Vocento

A Carme Elías sus años de profesión como actriz le ayudan a que su voz suene clara y segura al hablar de su libro 'Cuando ya no sea yo' (Planeta). En él, además de repasar su vida, mira de frente a un presente y a un futuro marcados por el alzhéimer, y lo hace con valentía, con ternura y hasta con un punto de ironía. Obligada a retirarse de la interpretación en 2019, ha escrito este libro para "darle voz a los que ya no la tienen, o a los que no la tendrán". Por esa misma razón, Carme se ha puesto en manos de la directora Claudia Pinto para que ruede su día a día. El documental se llamará 'Aquí, ahora'.

¿Cómo se encuentra aquí y ahora, Carme?

Bien. El trabajo con el libro me ha tenido muy entretenida, ocupada en algo que me gusta mucho, que es la palabra escrita y que, por mi profesión, siempre me ha acompañado. Estoy contenta de poder dar a conocer, desde mi perspectiva, lo terrible de esta enfermedad que me tiene presa.

Para escribir 'Cuando ya no sea yo' ha tenido que releer sus diarios. ¿Se ha reconocido en la Carme de hace tantos años?

La miro con mucho cariño: de allí vengo, esta he sido yo. Es una cosa muy rara, entre la ternura y el dolor. Pero tengo que reconocer lo valiente que fue esa niña que consiguió ir al Instituto del Teatro, que persiguió una vocación que no estaba en el ámbito familiar. De eso me siento contenta, orgullosa.

Cuando alcanzó el éxito profesional, ¿era tan satisfactorio como esperaba?

Viniendo de donde yo venía, el gran éxito fue poder adentrarme en este oficio. Le estoy agradecida a mi familia, porque me permitió hacer lo que yo quería. Cuando uno quiere hacer algo ha de quererlo hacer por encima de todo, y ahí es donde se abren las puertas.

"Disciplina, implicación y presencia consciente han sido mis directrices antes de actuar". Suena casi a sacerdocio, Carme. Pensaba que ser actriz era más divertido.

Es muy divertido [risas], pero tienes que tener el coco bien, que casi no es mi caso, e ir chupando de todas partes y abriéndote para mostrar todo lo que has trabajado y, así, poder entregarlo no como actuado, sino limpio.

Hablaba del Instituto del Teatro, lugar donde descubrió que el actor tenía que ser un instrumento de servicio público. Usted lo ha sido durante su carrera profesional y, ahora, lo vuelve a ser al contar su enfermedad.

No fue fácil tomar la decisión. Me lo estuve pensando bastante porque sabía que me enfrentaría a muchas cosas. Pero, de repente, me dije: si he sido actriz, si me he dedicado todo el tiempo a intentar mostrar cómo somos los seres humanos, cómo voy a ocultar esto. Hay que hablar de esta enfermedad todo lo posible para dar a conocer una cosa que queda muy escondida entre las familias, porque vas perdiendo la cabeza: yo digo que, cada día, el ratoncito pasa a comer su trocito de mi cerebrito. Dudé mucho en hacerlo público, porque no sabía si estaba preparada, pero al final, lo hicimos.

En el libro, al alzhéimer le llama Al.

Le llamo mi amigo Al, sí.

Con amigos así, para qué quiere enemigos.

Pero es muy práctico porque, cuando se mete conmigo, le digo "Haz el favor de dejarme en paz, que quiero ver una película y te voy a dejar en la habitación, así que chao, chao", y le hablo como a un amigo, sí.

Las mentiras piadosas

Es una enfermedad terrible para quien la sufre, pero también para las personas que están a su alrededor. Usted tiene a su lado a sus hermanos, y tampoco ha de ser fácil para ellos.

No, no lo es. Pero, como todavía soy muy consciente, casi deseo que no vengan. Que se ocupen de mí sí, pero que se relajen. Estoy muy agradecida a mi familia, que siempre ha estado muy unida. Sin ellos no podría seguir adelante.

Afirma que, en estos momentos, la mentira piadosa no le hace bien. Pero la verdad no siempre es fácil de digerir.

No, ni de digerir ni de practicar. Yo he sido muy fanática de la verdad también en el escenario. La verdad para mí es esencial, y es lo que necesito porque, en unos momentos tan complicados, para mí no saber la verdad es peor que saberla. Quiero estar al tanto de todo lo que me pasa, y así sé dónde voy yendo y dónde estoy en cada momento. Creo que es mejor.

Pero habrá gente que no quiera saber nada.

Sí, y lo respeto. Cada uno tiene sus necesidades, e incluso, cuando pides que te mientan, tú sabes que te están mintiendo. No lo juzgo en absoluto, sino todo lo contrario: cada uno tiene sus opciones, y lo bueno es que la gente de su alrededor las respete.

"Quiero, pido, exijo una muerte digna", escribe, y asegura que ya lo tiene todo planificado.

Sí, sí, sí. Mi familia, desde el principio, ha respetado todo lo que he deseado hacer, así que confío totalmente en ellos.

También nos exhorta a que "vivamos la vida con valentía, honestidad y mucho amor". Me da la sensación de que usted la ha vivido así.

Bueno, a ratos, pero en el camino he ido aprendiendo. Eso no viene gratis, no. Eso hay que elaborarlo. Pero tenemos que mirar de frente a la vida.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión