Noémi Pujol: "En Aragón hay mucha inmensidad, vacío, luz y viento"

La fotógrafa y pintora francesa expone en la sala Spectrum sus imágenes tomadas en la provincia de Huesca.

Noémi Pujol, en su exposición en la sala Spectrum.
Noémi Pujol, en su exposición en la sala Spectrum.
Marcos Cebrián

La galería Spectrum de Zaragoza está a punto de cerrar temporada y etapa, aunque de momento su responsable, Julio Álvarez, está programando exposiciones que buscan sorprender al aficionado a la fotografía. La última es 'Paredes para perderse', de la fotógrafa y pintora francesa Noémi Pujol, que nunca había expuesto individualmente en España y que ha desarrollado un proyecto muy especial en tierras aragonesas.

"Empecé a tomar fotografías en Aragón sin ninguna idea en concreto –relata–. Vagabundeaba por el oeste de la comarca de Huesca, por el Somontano y por la sierra de Guara. Me gustaban mucho esas zonas pero no sabía muy bien qué fotografiar. Y me di cuenta de que buena parte de mis paseos transcurría en las horas en las que allí se descansa y que las calles estaban vacías. Pensaba que me iba a encontrar con más personas en la calle y lo que veía eran escenarios vacíos. De pueblo en pueblo fui acumulando una serie de imágenes protagonizadas por las paredes, por los juegos de luz y de sombras. Y vi un nexo común".

Son imágenes tomadas con un sol fulgente, en mayo, junio, agosto, septiembre y principios de octubre. En unos días en los que la luz actuaba como «tatuadora efímera», que volvía «a dibujar los callejones de siempre con matices sorprendentes».

Noémi Pujol es pintora y fotógrafa y su infancia transcurrió entre África y Oceanía. Cursó estudios artísticos en París, y vive y trabaja entre Le Havre, Le Vigan y La Roque-Gageac.

«Hice cuatro viajes a Aragón de una semana de duración. Cuando terminaba cada uno, regresaba a casa y reponía fuerzas. Aragón ha sido un descubrimiento total para mí. Hay mucha inmensidad, vacío, luz y viento, y los pueblos tienen una dimensión muy humana. Hay ciertos puntos en común con las localidades que están del lado francés, como la presencia del pasado en las calles o la huella de la mano del hombre. Pero en Aragón es distinto. ‘Paredes para perderse’ ha supuesto una experiencia que no he encontrado en ningún otro sitio».

En el trabajo de Noémi Pujol hay un regusto artesanal, de fotografía de otros tiempos. Las imágenes que presenta en Zaragoza son todas en blanco y negro. «Son imágenes en las que han trabajado los filtros enre la luz y el negativo, que tienen también un componente pictórico porque positivo las imágenes sobre un papel que es casi un lienzo de algodón. Las positivo siempre yo, primero porque me siento más autónoma, pero también porque así puedo encontrar más fácilmente lo que cada imagen me cuenta. Una fotografía es, en realidad, un diálogo; es algo que ocurre, algo que ves y te hipnotiza».

La artista gestiona sin problemas sus dos facetas artísticas. «Pintar es un trabajo de interiores, pero hacer fotografías, no. La cámara te exige asomarte al mundo, y es el mundo, en su diversidad y riqueza, el que viene a tus ojos –relata–. La pintura es para mí una expresión necesaria, pero he de reconocer que trabajar fuera del estudio supone libertad. Las dos facetas se complementan entre ellas, y quizá la mejor prueba de ello sea la exposición de la galería Spectrum, donde las imágenes tienen varios planos, geometría, un concepto pictórico...».

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