música

Gabriel Sopeña: "Vivo una segunda juventud, más lúcida que la primera"

El cantautor zaragozano celebrará sus cuatro décadas de carrera con un concierto el próximo lunes en el Teatro Principal de la capital aragonesa. 

Gabriel Sopeña, en el barrio de Casablanca.
Gabriel Sopeña, en el barrio de Casablanca.
Toni Galán

El próximo lunes 3 de abril celebrará sus 40 años de carrera con un concierto en el Teatro Principal. ¿Qué ha preparado para tan especial ocasión?

Me hace una especial ilusión comenzar este año de recitales en mi tierra natal y, muy especialmente, en el Teatro Principal: nunca he cantado en él como solista, es la primera vez y estoy muy emocionado. Me acompaña mi grupo habitual de seis músicos, formidable, con Guillermo Mata como director. Haré un repaso largo y ancho de mi repertorio de 40 años y ofreceré por primera vez al público el libro 'Cantar 40: Cancionero completo (1983-2023)', editado por Pregunta Editorial, con prólogo del maestro Luis Alberto de Cuenca y edición comentada del gran Octavio Gómez-Milián. Puedo anticipar que solo habrá dos invitados de excepción, ambos inesperados.

¿Qué balance hace en lo musical de este periplo? 

Muy dulce y feliz: la madurez me da perspectiva y esta me invita a seguir aprendiendo como forma de vida. Vivo realmente una segunda juventud, más lúcida que la primera. Los amigos que han quedado atrás (hablo consternado todavía por la pérdida del maestro Inaki Fernández, hace apenas unos semanas) son el único borrón en una trayectoria que me ha permitido gozar del camino y seguir siendo un constante aprendiz, curioso y admirado. En términos más generales, creo que actualmente España rebosa talento y condiciones para exportar cultura: en este sentido, estamos incomparablemente mejor que hace cuarenta años. Harina de otro costal es cómo se gestiona -por decirlo de alguna manera- la cultura desde Madrid.

Lleva 40 años en activo en la música. ¿Abruma la cifra por todo lo vivido?

La cifra aconseja, más que abrumar. Si algo me ha enseñado la vida es que hay que celebrar cada día, cada segundo de estar vivos y dejarse de remilgos y de problemas imaginarios. No sé si llegaré a los 50 años como compositor e intérprete. Es aconsejable celebrar los 40, con fe, alegría y salud.

¿Qué capítulos han sido los más soleados y queridos de esta trayectoria?

Todos, sin excepción. Fueron luminosos los inicios, pero en la actualidad disfruto plena y conscientemente de cada momento de esta profesión.

¿Qué sinsabores se ha llevado de la música?

De la música, ninguno: jamás. De la industria musical, todos: siempre y sin excepción. Lo peor, sin duda, es que se haya convertido en mercancía un valor del alma, como lo es la canción popular; y la dictadura de un gusto uniformado, impuesta a golpe de radiofórmula, televisión y talonario.

Uno de los genios con los que ha coincidido en este camino fue Mauricio Aznar. ¿Cuál era la esencia del ADN de Mauricio?

La libertad absoluta de criterio, la inquebrantable fe en el ser humano, la imposibilidad de embridar su potencia de creación (que tantos problemas le causó con la mezquindad de los poderosos), la bondad, la generosidad, la firmeza de carácter, la suavidad de sus formas. Y, por encima de todo, su descomunal talento como músico, compositor y cantante: fue un hombre excepcional, de pensamiento universal e integrador; pero también un portento artístico: el más grande cantor que ha dado jamás Aragón. No hay un solo día que no lo evoque con ternura.

Está muy vinculado con la película 'La estrella azul', dirigida por Javier Macipe. ¿Qué sintió en el rodaje, qué emociones y recuerdos le vinieron?

Javier Macipe es, sin ambages, uno de los talentos más deslumbrantes de Aragón. Está llamado a ser uno de los mejores y más relevantes cineastas españoles de manera inmediata. Me recuerda en muchos aspectos a Mauricio; y, de hecho, en esta película, hay veces que me da la sensación de que Mauricio se reencarna en él. Es joven, fuerte, versátil, brillante, culto, elegante en su quehacer y muy firme en sus convicciones. Y, contra viento y marea, con muy pocas ayudas reales, ha sacado adelante una película maravillosa que no debemos perder de vista, pues estoy seguro de que será una sensación.

Gabriel Sopeña recibe de Javier Macipe el Premio de Especial de la Música Aragonesa.
Gabriel Sopeña recibe de Javier Macipe el Premio de Especial de la Música Aragonesa.
Verónica Lacasa

Además, su hija tocó el bajo en el rodaje que se desarrolló en febrero en el pabellón Príncipe Felipe. ¿Seguirá sus pasos musicales?

Lucía está encontrando su propio camino, sin necesidad alguna de seguir mis pasos. Es una persona muy valiosa, emprendedora y constante, y -además de mi amor incondicional de padre- la admiro por su capacidad de trabajo y su brillantez como músico y compositora: su universo personal de canciones con su dúo K+ T Da -con su compañero Koke- me encanta y me parece una propuesta de enorme calidad para su juventud.

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