Por
  • Javier López Clemente

Tiempos para una lírica sin emoción

Los protagonistas de la obra 'Malos tiempos para la lírica', en su presentación en el Teatro Principal de Zaragoza.
Los protagonistas de la obra 'Malos tiempos para la lírica', en su presentación en el Teatro Principal de Zaragoza.
EP

Que la función tenga el título de uno de los poemas de Bertolt Brecht parecía una buena pista, el faro que recuerda hacia dónde ir: un teatro consecuente con el momento histórico, el empeño por divertir y la generación de sensaciones que conduzcan a una toma de conciencia. 

Nada de esto ocurre en ‘Malos tiempos para la lírica’.

El conflicto se plantea mediante un choque generacional situado fuera de la realidad. Es poco probable que una cantante reguetonera con cinco premios Grammy recupere sus habilidades musicales regresando al mal llamado género chico. En el libro ‘Un siglo de zarzuela’, del director de orquesta José Luis Temes, se da por muerto este estilo por falta de nuevos estrenos y escasa aceptación popular desde mediados del siglo XX. 

El intento para que la peripecia sea divertida naufraga por dos motivos: los personajes se dibujan en la banalidad de situaciones repetitivas y el cliché de expresiones verbales que, ancladas en el intento por denunciar algunos lugares comunes, impiden lo que el programa de mano define como «los aspectos sociológicos o psicológicos que pueda exponer el argumento» Aquí no hay argumentos, tan solo el exceso de una dirección de actores que confunde los gritos y la gesticulación con la comedia. En medio de tanto despropósito es imposible plantear un espacio de polémica o debate con musculatura intelectual sobre la idea que sobrevuela el escenario: la pretensión de enfrentar una cultura del pasado con el mundo actual.

Afortunadamente algunos pasajes de la función cumplen con una de las características estructurales que Temes asigna a la zarzuela: «Las ilustraciones musicales se articulan en números aislados», y ahí, aunque el buen hacer de María Rey-Joly y Antonio Comas es evidente, el entramado dramático impide cualquier conexión emocional.

'malos tiempos para la lírica' **
Producción:Klemark y Teatros del Canal.
Dirección:Albert Boadella.
Reparto:María Rey-Joly y Antonio Comas.
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