Por
  • Luis Alfonso Bes

Muy pujante comienzo de ciclo

Michael Barenboim y Elena Bashkirova
Michael Barenboim y Elena Bashkirova
HA

Sobresalió por encima del resto del programa. Cuando Michael Barenboim tomó su viola y atacó la ‘Sonata Arpeggione’, de F. Schubert, parecía otro músico, contrastando con su faceta de violinista mostrada en la primera parte del concierto. Y nada que objetar de su técnica violinística pero es que fue con la viola con la que mostró toda su profundidad interpretativa, bien acompañado por una imperiosa Elena Bashkirova, pianista y madre de Michael. Originalmente compuesta para el ‘arpeggione’ -básicamente una guitarra tañida con arco, hoy ya extinta- , esta obra de Schubert fue la más ambiciosa de todo el programa. Así, el dúo se explayó con brillantez en sus cambios de modo mayor a menor, armonías altamente cromáticas y texturas elegantes, desgranando cascadas de corcheas y semicorcheas sobre los acordes inexorables del piano. Presenciamos portamentos efectistas así como una recreación hermosa de la canción sin palabras del adagio.

MICHAEL BARENBOIM Y ELENA BASHKIROVA ****
Programa‘Sonatina en la menor, opus 137, nº 2, D 385’ y ‘Sonata D 821, Arpeggione’, de F. Schubert; ‘Sonata nº 1 en la menor para violín y piano, opus 105’ y ‘Märchenbilder para viola y piano opus 113’, de R. Schumann.

También, para viola y piano, el dúo Barenboim-Bashkirova interpretó ‘Märchenbilder'‘, de Schumann, inspirada en retratos de cuentos de hadas, que sonó bien dotada de dulzura y encanto; en ocasiones triste y armoniosa y otras enfática y pujante.

El concierto inaugural del ciclo de Grandes Solistas había comenzado con ‘Sonatina nº 2, para violín y piano’, de Schubert. En ella Michael Barenboim, hijo del gran pianista y director hoy retirado Daniel Barenboim, lució técnica firme de arco con sonido homogéneo en esas notas largas, con el rumbo interpretativo bien marcado por Bashkirova al timón pianístico. Y similares rasgos artísticos vimos en ‘Sonata nº 1 para violín y piano’, de Schumann, si bien en algún momento se echó en falta un pizca más de calor expresivo. Como bis, el dúo ofreció el andante de la ‘Sonata nº 1 para clarinete’, versión para viola, de Brahms.

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