música

Pancho Varona: “Por Joaquín Sabina siento más perplejidad que dolor”

El madrileño, mano derecha del cantautor andaluz durante cuatro décadas, actúa este domingo en el Teatro de las Esquinas de Zaragoza.

Pancho Varona, en su hogar madrileño.
Pancho Varona, en su hogar madrileño.
Enrique Cidoncha

¿Cómo tiene el corazón?

Rojiblanco (por el Atlético de Madrid). Hablando en serio, lo tengo bien. En noviembre se me partió un poquito cuando de repente me quedé sin un trabajo maravilloso. Tuve la suerte de que eso me sucediera en México con Los Secretos al lado. Soy muy afortunado en la vida porque cuando me ocurre algo muy malo es en tan buena compañía. Recibí tanto cariño tras la decisión de Joaquín Sabina de despedirme que me ha hecho más fuerte de lo que era. La gente se ha portado extraordinariamente bien conmigo y estoy muy feliz.

¿Tiene la capacidad de abstraerse y centrarse en el presente y futuro?

Estoy supermotivado. Ahora que ya no voy de gira con Joaquín y ya no grabo discos con él, me apetece mostrar mis canciones. Estoy volviendo a componer. La situación me ha reactivado y he vuelto a facetas que tenía abandonadas.

Muchos no sabrán que, por ejemplo, junto a su hermana Gloria compusieron ‘No me importa nada’ el ‘hit’ de Luz Casal.

Y para Ana Belén compuse 15 canciones, también para Miguel Ríos, Ana Torroja, Christina Rosenvinge… He trabajado mucho, aunque obviamente la faceta más visible son los 40 años con Joaquín Sabina. He tenido una trayectoria musical bastante amplia.

¿El despido de Joaquín Sabina con un correo electrónico de unas pocas líneas tras cuatro décadas juntos es la mayor decepción de su existencia?

Duele y extraña. No pensaba que esto me pudiera suceder, y mucho menos de esa manera, habiendo teléfonos para llamar y habiendo ido yo a casa de Joaquín para vernos. No entiendo que esto pase en una relación como la nuestra, de 40 años, en la que hemos sido más que hermanos: socios, amigos, compañeros, jefe y subordinado. Hemos sido todo y todo lo hemos hecho muy bien. No entiendo cómo eso ha terminado así. No alcanzo a comprender por qué no se me ha dado una razón de peso que haga que acabe tanto lo profesional como lo personal. Es más la perplejidad que el dolor ahora mismo.

Sabina y Varona en 1999 en el pabellón Príncipe Felipe.
Sabina y Varona en 1999 en el pabellón Príncipe Felipe.
Guillermo Mestre

Compartió varias giras de Sabina y Serrat. Este último se ha retirado a los 79 años. Usted tiene 65. ¿Le gustaría prolongar tanto su carrera como el Nano?

Tengo un plan B previsto para cuando la carretera me diga que pare. Tengo mucho material guardado. Cuando el físico no me deje pegarme las palizas que me pego en el coche, me dedicaré a grabar en casa cosas que creo que merecen la pena. Ojalá aguante yo tanto como el maestro Serrat. Me dolió su marcha porque es un imprescindible. No hay carrera mejor aprovechada en el mundo que la de Serrat. Ha sido una decisión muy sensata, aunque lo echaremos mucho de menos.

En sus redes ha colgado fotografías junto a Serrat en las que se nota la admiración y respeto que le profesa.

Por supuesto. Serrat me provoca mucho respeto y mucha admiración. Yo me jactaba en las giras que hacía con Joaquín de que era la persona sobre el escenario que más admiraba a Serrat. Serrat llegó a mi vida cuando yo tenía 8 o 9 años. Lo asocio a mi madre, cuando cantaba conmigo ‘Cantares’ cuando era un niño. Serrat ha estado en mi vida casi desde que nací hasta el mes pasado. ¡Cómo no le voy a querer!

En enero publicó una carta a los Reyes en la que les pedía “un viaje largo y bonito por España y Latinoamérica”. ¿Le trajeron el regalo?

Sí, se me está cumpliendo. No paro de viajar. Acabo de estar en Mallorca, el domingo voy a Zaragoza. Estamos programando un viaje a México seguramente para mayo y otro a Argentina en junio. Y probablemente regrese a México en noviembre, además de todos los conciertos en España. Creo que los Reyes se han pasado con lo bueno.

Leí en una entrevista que se había hecho músico para poder viajar.

Y gratis (sonríe). De la mano de Joaquín he conocido toda Latino América, Estados Unidos, Inglaterra, Francia… Ser músico me ha permitido estar en países que no hubiera visitado de otra manera. Y los he conocido muy bien. He ido más a menudo a México que a ciudades que están a 100 kilómetros de mi casa en Madrid.

¿Es tan potente lo que siente en un escenario para que cuando otros se jubilan usted siga en la carretera?

Totalmente. Es una profesión muy bonita. El cariño de la gente es la droga más potente. Estoy deseando viajar para devolverle al público ese amor. Es una doble vertiente: el amor a la profesión y a la gente. Me siento muy bien tratado y quiero retribuirlo.

¿Qué se encontrarán los que acudan al Teatro de las Esquinas?

Iré solito con mi guitarra, que es la forma más directa de conectar. Voy a cantar y contar todo lo que pueda. Me gusta mucho charlar entre canción y canción, contar anécdotas. El público se ríe mucho porque yo soy muy payaso, aunque no lo parezca. Explico cosas divertidas que nos han pasado. Los espectadores se marchan habiendo escuchado canciones hermosas y situaciones muy cómicas. Será un placer reencontrarme con Zaragoza, una ciudad en la que di mi tercer concierto con Joaquín Sabina. Nos alojamos en el hotel Maza, en la plaza de España. Es una ciudad que relaciono a mis comienzos en la música, con toda esa euforia de juventud.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión