Ana Rojo: “El mejor juguete y el favorito de los niños son sus padres”

Cuarta generación de maestros. ¿Ha sentido en algún momento la presión?No, siempre digo que mi primera maestra fue mi abuela. Me enseñó a leer y a escribir y, a través de ella, me entró ese gusanillo por la educación, por querer ayudar a los niños. Mi padre y mi madre están más enfocados a adolescentes. 

Y ahora ha publicado su primer libro sobre neuroeducación.Cuando entré en el aula, me di cuenta que quería hacer algo distinto, quería saber mejor cómo funciona el cerebro de mis alumnos, cambiar las cosas desde la base. Entonces, hice un máster de neuroeducación y, después, me he seguido formando. La neuroeducación es la disciplina que nos enseña a conocer el cerebro y transmitirlo a través del proceso de enseñanza-aprendizaje y, sobre todo, hay que tener muy en cuenta la edad de los niños. Por ejemplo, a mis alumnos (1º de infantil) no les puedo dar tres órdenes a la vez, hay que ir una cosa detrás de otra. Hay que adaptarse a ellos. 

¿Cómo es un día en la clase de Ana?Es un día lleno de sorpresas. Cuando estás con niños nunca sabes lo que va a pasar. Tras quitarse el abrigo y ponerse la bata, les dejo jugar un poco, en la mesa de provocaciones y con diferentes objetos para que ellos puedan manipular. Después celebramos la asamblea. Nos saludamos y nos preguntamos cómo estamos. Ellos con su foto y la carita de emociones lo van diciendo. Y yo les pregunto por qué, es importante que sepan entender sus emociones. En esta etapa es fundamental el juego, la imaginación y la creatividad. Sobre todo, que ellos sean los protagonistas del aprendizaje. 

¿En casa se le da suficiente importancia al juego?Algunas familias sí. Lo más importante es saber que el mejor juguete y favorito de los niños son sus padres. Necesitan que se sienten con él en el suelo, no 50 juguetes. 

Y en su libro propone una serie de actividades.He intentando hacer una selección de actividades con material que pueden tener los educadores pero también las familias en su casa. Es fundamental que tengan ese dossier, por ejemplo, para los días de frío en los que no se puede salir. También propongo otras. Me gusta mucho el ‘podcast’, que pueden grabar los niños de mayor edad sobre cómo han pasado las vacaciones. Y después se lo envían a los abuelos o los tíos. 

Cuando usted era alumna, ¿ya había hueco para neuroeducación?Algún estudio habría, pero realmente no se le daba esta importancia. Nosotros íbamos, nos sentábamos, escuchábamos. Había algún profesor más creativo, pero el alumno no eran tan protagonista. 

La nueva ley educativa, la Lomloe, sí que aborda el trabajo por competencias y las emociones.
El aspecto emocional es muy importante, especialmente ahora que están creciendo los casos de suicidio. Toda la prevención está en infantil. Es fundamental enseñar a los niños a manejar sus emociones, saber lo que sienten en cada momento y aprender a regularse. Además, luego las empresas quieren gente que sepa trabajar en equipo, resiliente, que se sepa enfrentarse a los problemas y resolverlo. Claro que es importante lo cognitivo, pero lo emocional, hoy en día, también. 

Tiene casi 5.000 seguidores en su cuenta de Instagram (@lasaventurasdelaprofe). ¿Cómo gestiona esta cuenta educativa?
No tenía pensado hacerla, pero una amiga me animó. Lo que hago es que cada día publico una cosa distinta: un cuento (lunes), un juego educativo (martes), películas (miércoles), una provocación que he hecho en clase (jueves)... y así sucesivamente. 

¿Qué sensaciones le llegan?Veo a la gente muy innovadora. El mundo educativo está avanzando.

¿Queda mucho aún por hacer?Todavía queda, sobre todo, en primaria, que sigue siendo más rígida y cuadriculada. Hay colegios que están haciendo proyectos maravillosos, pero en general tienen que introducir más juegos.