Fueron 50 horas repartidas entre tres días, hace ahora (casi) 100 años. La primera y única visita de Albert Einstein a Zaragoza tiene desde este viernes 10 de marzo una exposición conmemorativa, detallada y muy interesante en el Paraninfo de la Universidad, repartida en dos espacios: la Biblioteca (sala Jorge Cocci) y el museo de Ciencias Naturales (planta sótano, sala Odón de Buen). La muestra ‘Einstein & la ciencia aragonesa' permanecerá abierta hasta el próximo 1 de junio, en horario de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 de lunes a viernes. Los sábados, la expo abrirá una hora más tarde, a las 11.00, con el mismo horario de entre semana el resto del día.

En 1923, con 44 años de edad (los cumplió durante su visita) Einstein no tenía todavía el pelo totalmente blanco, ni se había hecho su famosa fotografía con la lengua fuera. Sí era ya un científico de inmenso prestigio, galardonado con el Nobel de Física en 1921. El genio teutón emigraría a Estados Unidos en 1932, y acabaría allá sus días como estadounidense en 1955. En Zaragoza tenía amigos y allegados: se carteaba con algunos de ellos, documentos que pueden admirarse en la exposición gracias a la generosidad de los familiares respectivos.

Presentación de la exposición sobre Einstein en el Paraninfo

La vicerrectora de Cultura y Proyección de la Universidad de Zaragoza, Yolanda Polo, ha actuado de anfitriona en la presentación, acompañada del coordinador de la muestra, Pedro Miana; el director del museo, Iñaki Canudo; el catedrático de Teoría de la Señal y Comunicaciones, Ignacio Garcés, y la concejal de Economía del Ayuntamiento de Zaragoza, Carmen Herrarte, quien se congratuló de la estrecha colaboración municipal con la entidad académica. En esta ocasión, ese intercambio entre el Cabildo y la institución académica se traduce en el simpático avatar interactivo de Einstein que recibe a los visitantes del Paraninfo en la entrada principal, una creación de la firma Imascono.

La exposición ha seguido criterios muy eficaces a la hora de conquistar a sus visitantes. En primer lugar, la exhaustiva labor documental se ha volcado en varios espacios, y agradece la contemplación serena (hay mucha información) sin llegar a apabullar. En segundo lugar, divide y vence: repaso cronológico y detalles colaterales en el museo de Ciencias Naturales, invitando tácitamente a disfrutar de ese espacio con la colocación del espacio Einstein al final del todo, y bibliografía selecta (con toma a tierra aragonesa a través de los allegados locales del científico) en la biblioteca, que ya es de por sí un espacio de indudable atractivo.

Docentes dando cátedra

El repaso a la muestra gozó ayer de una explicación docente de primer orden, empezando por el propio Miana, doctor en matemáticas. La doctora en química e investigadora Josefina Pérez se aplicó igualmente en la tarea junto a la también doctora (en física) Belén Villacampa, ambas docentes titulares de la universidad. En el espacio inferior destacaron la cronología detallada de la visita de Einstein a España en 1923, que comenzó en Madrid y siguió en Zaragoza del 12 al 14 de marzo, para concluir luego en Barcelona.

Ambas explicaron también los contenidos de las vitrinas expuestas, con aparatos científicos de la época y recuerdo a las escasas alumnas de ciencias en el curso vigente durante la visita del alemán, amén de citar una docena de personas fundamentales en el contexto glosado, desde el investigador Antonio de Gregorio Rocasolano a Jerónimo Vecino o el monegrino Casimiro Lana Sarrate, de cuya correspondencia con Einstein se aportan pruebas mecanografiadas. El Instituto Goya también se ha significado en el apoyo a la muestra, cediendo el uso de objetos y registros de singular valor emocional.