Los frescos ‘bizantinos’ de la iglesia de San Miguel de Jánovas, unas pinturas de película

La decoración del templo, que cambió en 2001 por el rodaje de una película de Daniel Calparsoro, se ha mantenido y hoy da lugar a equívoco entre algunos visitantes.

Pinturas originales en el interior de la iglesia, en una fotografía del año 2000, y aspecto actual del interior del templo de Jánovas (derecha)
Pinturas originales en el interior de la iglesia, en una fotografía del año 2000, y aspecto actual del interior del templo de Jánovas (derecha)
Marta Puyol Ibort/P. Z. D

El pasado enero, un grupo de localizadores de rodajes –profesionales especializados en la búsqueda y gestión de espacios para grabar– de series como ‘Juego de tronos’, ‘The Crown’ o ‘Élite’ realizaron un viaje por Aragón para conocer el gran plató que ofrece la Comunidad (solo el pasado año la Aragón Film Commission atendió 36 filmaciones, entre películas, series y campañas publicitarias, que dejaron 4,8 millones, y que se desarrollaron en más de un centenar de localizaciones de 22 comarcas). Entre otros lugares, visitaron el antiguo recinto de la Expo de Zaragoza, la Estación Internacional de Canfranc, el túnel de Bielsa-Aragnouet, el Aeropuerto de Teruel, el pueblo viejo de Belchite, la carretera de Quinto a Codo y Jánovas.

En este último pueblo se sorprendieron al ver el interior de la iglesia de San Miguel, donde desde 2001 permanecen unas pinturas que nada tienen que ver con las originales de este templo levantado en el siglo XVI. De hecho, han originado cierta confusión entre algunos visitantes que han reflejado en internet su paso por este pueblo. Así, es fácil encontrar textos en páginas web que hablan de «pinturas murales de tradición bizantina en la iglesia de San Miguel de Jánovas». Sin duda, al entrar en el templo estos frescos llaman la atención, pero, ¿qué hacen allí?

«Cuando recibimos la visita de los localizadores de cine, les expliqué que esas pinturas se hicieron para el rodaje de la película ‘Guerreros’, de Daniel Calparsoro. Varios de ellos conocían al director, y comentaron que no deberían seguir allí porque, normalmente, tras una filmación se deja todo tal y como estaba antes de llegar. En aquel momento, como Jánovas pertenecía a Endesa y todavía se iba a hacer el pantano –hasta 2005 no se desestimó la construcción del embalse de Jánovas–, no preocupó tapar las pinturas originales y dejar las que se utilizaron para el filme», explica Óscar Espinosa, portavoz de la Fundación San Miguel, creada con el objetivo de recaudar fondos para la reconstrucción del templo.

«Vienen muchos visitantes, hacen fotos y creen que son las originales –prosigue–. Pero salta a la vista que son ortodoxas. Se ve enseguida por la fisonomía de las pinturas. Menos mal que muchos nos preguntan y los sacamos un poco del error».

Una aldea kosovar en el Pirineo

Espinosa no descarta la idea de colocar en el futuro una placa u otro tipo de señalización que indique el origen de estas pinturas. La cinta de Calparsoro, protagonizada por Eduardo Noriega, Eloy Azorín, Rubén Ochandiano y Carla Pérez, se grabó en Jánovas en junio del 2001 y aborda un drama bélico ambientado en Kosovo tras el bombardeo de la OTAN en 1999.

«Elegimos Jánovas por la iglesia. Le dimos un aspecto de templo ortodoxo, adosé un cuerpo y se pintaron unos santos. Luego montamos un andamio grande como parte del atrezo, como si el Ejército español estuviera reconstruyendo el lugar. Nos venía muy bien hacerlo en este pueblo vaciado, con casas destruidas a golpe de dinamita por las obras de construcción de un pantano», recuerda Juan Botella, director de arte de la película y ganador de dos premios Goya a la mejor dirección artística por ‘Belle epoque’ (1993) y 'La niña de tus ojos' (1999). Botella también rememora que el fotógrafo Joan Fontcuberta le pidió permiso «y se hizo unas fotos allí vestido de pope».

El director artístico apunta que hace más de veinte años llegar a Jánovas «era una odisea. Tuvimos que hacer un camino con grava para que entraran los camiones, y luego la gente de Jánovas quedó muy contenta de que les abriéramos las calles. Estaban llenas de maleza y pegamos una podada por allí impresionante».

Desde aquella producción, Juan Botella no había vuelto a trabajar en Aragón, pero este año ha regresado con motivo del rodaje en el Matarraña de la adaptación cinematográfica de ‘Un hípster en la España vacía’, basada en la novela de Daniel Gascón, que empezará a grabarse en los próximos meses bajo la dirección de Emilio Martínez Lázaro (‘Ocho apellidos vascos’, ‘El otro lado de la cama’). «Da gusto trabajar aquí, nos cuidan muy bien», afirma.

Al margen de las pinturas de inspiración ortodoxa que quedan en su interior, la iglesia se encuentra actualmente en mejor estado que en 2001. A finales de 2018, Endesa y el Ayuntamiento de Fiscal firmaron el traspaso de casi medio centenar de propiedades municipales tras un proceso de reversión de los bienes expropiados por la construcción del embalse. Entre las que pasaron a manos del Consistorio figuraban el puente colgante de Jánovas, el frontón o la iglesia de San Miguel.

Rehabilitación

El Ayuntamiento de Fiscal se hizo cargo de la iglesia y el templo fue rehabilitado en 2019 con fondos de Endesa. Tras varias reuniones con la compañía eléctrica, se iniciaron los trabajos en el edificio, que contaron con una inversión inicial de 50.000 euros. Se actuó en la consolidación de una de las paredes que estaba a punto de caerse, se reparó la cubierta y el campanario. Posteriormente, la Fundación San Miguel ha obtenido otros 10.000 euros a través de una donación particular que espera destinar a intervenir en el suelo.

La iglesia de San Miguel de Jánovas fue desacralizada en 1963, tras las expropiaciones que se llevaron a cabo por la construcción de un pantano que no llegó a hacerse. El paso del tiempo y el abandono forzoso aceleraron su deterioro, desaparecieron sus santos patrones y otros objetos de su interior. Su pórtico románico fue desmontado a mediados de los 60 y colocado en la localidad de Fiscal, en la plaza de la Iglesia.

«Lo siguiente que querríamos plantear desde la fundación sería devolverlo a su lugar, como hicimos con la campana, que estaba en Guaso», cuenta Espinosa. Los vecinos de esta cercana localidad salvaron la campana de la destrucción cuando el templo fue expropiado. Se la llevaron con un tractor y la guardaron hasta que por fin volvió a sonar en el campanario de la iglesia de Jánovas 50 años después, en 2019.

Otro de los elementos que la fundación desea recuperar es la pila bautismal: «Creemos que está en Benasque. Nos gustaría hablar con el dueño, explicarle la situación y negociar su vuelta a la iglesia», comenta Espinosa.

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