Pedro Botero celebrará medio siglo de carrera en el rock tocando con Megadeth

La banda de Casetas regresa el próximo verano al festival metalero Leyendas del Rock, que se celebrará entre el 9 y el 12 de agosto en Villena (Alicante)

Rubén Bartolomé y Nano Pérez, de Pedro Botero, en El Pozal de Casetas, este viernes 10 de febrero.
Rubén Bartolomé y Nano Pérez, de Pedro Botero, en El Pozal de Casetas, este viernes 10 de febrero.
Francisco Jiménez

Rubén Bartolomé es el cantante de Pedro Botero, enseña del rock en Casetas, decana nacional de los sonidos más duros que este 2023 celebra 50 años de existencia desde el primer guitarrazo. No es un número cualquiera. “Julio Castejón, de Asfalto, publicó hace unos días que lo dejaban, que no iban a arrastrarse por los escenarios, así que quizá si somos la banda española de rock en activo con un inicio más antiguo; hemos tenido parones, pero dejarlo de verdad nunca lo hemos dejado”.

El próximo mes de agosto, esa celebración se materializará con una presencia en el festival Leyendas del Rock de Villena (Alicante), en el que ya han participado con anterioridad, y cuyo cartel encabezan Megadeth, Napalm Death, Gigatron, Sepultura y Arch Enemy. Los abonos (del 9 al 12 de agosto) cuestan 130 euros más gastos en anticipada y 150 en taquilla.

La banda casetera tiene su sede en el bar El Pozal. Desde ahí han echsdo a volar muchos sueños nuevos en la última etapa del grupo; la formación actual tiene a Rubén en voz y guitarra, Nano Pérez en bajo y voces, Alberto Escribano en la batería y Cesarito Royo en la guitarra. “La pandemia fue un parón, justo cuando habíamos cogido una buena marcha, pero la verdad es que tenemos buenas sensaciones y muchas ganas”, explica Rubén. “Esos ratos de ensayo en el local son una gozada”.

Infantes del metal

El vocalista de la banda se integró en ella a los 12 años, en 1975. “Mi hermano Abel había empezado dos años antes con Antonio Aguín y Dámaso Casans. Entrar fue increíble, aunque me echaba mis lloros cuando fallaba notas y me corregía; luego entró nuestro hermano Chirri y el grupo fue cogiendo fuerza, también llegó Charlie Colás. En España no había mucho rock y nada de metal; recuerdo un concierto en el 76 en la plaza de toros de Alcañiz junto a Labordeta y otros cantautores, nos presentaban como los. de Casetas, los del rock duro”

Para un metalero de corazón, Pedro Botero es santo y seña. “Somos gente normal, del barrio, currantes, pero es verdad que te sigues sorprendiendo a veces por el trato que te dan en muchos puntos de España… yo trabajo en una fábrica de persianas de Tauste, hago cientos de kilómetros al día con la furgoneta, y todavía pasa que me reconocen, que si una foto, un autógrafo; la gente es muy agradable. También se me quedó marcado un concierto en Esplús, al lado de Binéfar, en el 88; llegamos con la furgo tras un viaje que entonces se hacía largo y medio pueblo andaba con camisetas conmemorativas nuestras; fue increíble”.

Rubén Bartolomé, admirador confeso de Ronnie James Dio y Dave Grohl, no se olvida de nombrar a quienes quedaron en el camino. “Mi hermano Abel nos dejó en 2013 tras un infarto. También quiero recordar a Agusín Oset, bajista de Casetas con raíces venezolanas con el que tuvimos de críos la banda Latido”.

Carne de escenario

Pedro Botero ya actuó en el Leyendas del Rock en 2007, edición celebrada en Mazarrón (Murcia). “En esa época estaban conmigo Miguel Isac, Arrazola, Senda Romero y Richi Martínez de refuerzo en los teclados -recuerda Rubén- y la cosa marchó bien. Luego volvimos en 2016, sacamos el disco ‘17&50’ con Leo -el dueño de El Pozal de Casetas, argamasa e impulsor de la última fase de la banda- y ahí andamos, contra viento y marea. Sin arrastrarnos por loslç eescenario”. 

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