El Guggenheim Bilbao muestra los años fundamentales en la obra de Joan Miró
La temporada de 2023 se completará con otras siete muestras dedicadas a artista de la talla de Picasso, Kokoschka y Yayoi Kusama, entre otros.
El Museo Guggenheim Bilbao muestra las obras realizadas por el artista catalán Joan Miró durante sus estancias en París entre los años 1920 y 1945, un periodo "fundamental" en su obra en el que cimentaría el lenguaje de signos que le proporcionaría prestigio y reconocimiento internacional.
La exposición temporal, titulada "Joan Miró. La realidad absoluta. París, 1920-1945" y que se podrá visitar desde mañana hasta el 28 de mayo, abre la temporada de 2023 del Guggenheim Bilbao, que se completará con otras siete muestras dedicadas a artista de la talla de Kokoschka, Picasso y la japonesa Yayoi Kusama, entre otros.
La exposición de Miró reúne alrededor de 82 obras realizadas entre 1920 y 1945, cuando viajó varias veces a París, una ciudad y un periodo "fundamentales" en la vida y la obra artística de Miró, según ha destacado el director general del Guggenheim Bilbao, Juan Ignacio Vidarte, en la presentación de la muestra a los medios.
Vidarte ha destacado también que Miró es un artista "fundamental" en las colecciones de la Fundación norteamericana y cuya obra había sido exhibida en exposiciones colectivas hechas antes en Bilbao pero al que nunca se le había dedicado una exposición en solitario en la capital vizcaína.
París, etapa fundamental
El comisario de la muestra, Enrique Juncosa, un estudioso de la obra de Miró, ha destacado también la importancia del periodo artístico que abarca la muestra de Bilbao, ya que es cuando "surge y se consolida el lenguaje de signos que configuraría el estilo pictórico tan personal del artista catalán".
Juncosa ha recordado que, hacia 1915, Miró "ya tenía obra interesante" y aunque le interesaba mucho el cubismo y el fauvismo trabajaba sobre todo el retrato, las naturalezas muertas y los paisajes, y que, una vez ya en París, hacia 1923-24, su lenguaje pictórico ya cambia de lo que se había dado en llamar "realismo mágico" a lo que se denominaron después las "pinturas oníricas".
Este viraje, que supuso una transformación "muy radical" en lo que había sido su obra hasta entonces, estuvo influenciado por su relación con la poesía "muy radical" que se hacía en Francia en aquel momento y por libros que hablaban de la lógica del hombre primitivo y las teorías freudianas sobre los sueños y sus interpretaciones.
Pinturas oníricas
En la exposición de Bilbao se ha logrado reunir "un grupo muy grande de estas obras 'oníricas', ya que fueron fundamentales para la historia del arte moderno y también para la carrera de Joan Miró", ha destacado Juncosa.
"Fue un momento especialmente prolífico de su obra, ya que, a lo largo de su carrera, que hizo a caballo entre Montroig, París, Barcelona y Mallorca, hubo momentos en los que pintó mucho y otros en los que pintó menos".
Las obras que realizó en la década de los años 20 remiten al mundo de "las visiones, de los sueños e, incluso, de las alucinaciones que, según dijo después, le provocaban largas temporadas de ayuno".
Los años 30 y 40
"En la década de los años 30, cuando ya pinta menos, su obra se convierte en más expresionista, los personajes son más monstruosos, y es cuando hace las pinturas sobre masonita que son cuadros como muy agresivos en los que utiliza materiales muy radicales como alquitrán, arena, etc".
"De esta forma en esta exposición se aprecia toda la evolución de la obra de Miró, desde el principio hasta que llega al lenguaje de signos del final", ha explicado.
"Miró pinta sus constelaciones en los años 40 y 41 y luego estuvo un tiempo sin pintar hasta que se llega a sus obras de mediados de los 40, que son ya más parecidas a las que luego le proporcionarían un sello personal y reconocible y que son las que nos vienen a la cabeza cuando pensamos en un Miró", ha concluido.
