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El cineasta Eduardo de la Cruz proyecta en Huesca cuatro episodios de 'Aragón inesperado'
Este proyecto de la productora Donde van las nubes abordará, con expertos, los reptiles, los árboles, las flores y los glaciares
Eduardo de la Cruz es un madrileño que se ha sentido fascinado especialmente por el Alto Aragón. Como cineasta, al principio solo y luego con Amalia Sesma, de guionista, documentalista y operadora de cámara, ha hecho muchos documentales sobre fotógrafos como Ricardo Compairé y los hermanos Viñuales, sobre Ainielle y 'La lluvia amarilla', José Beulas y artistas aragonesas, o sobre Ordesa. El miércoles 1 de febrero, en el Centro Cultural de Ibercaja en Huesca (Plaza Conde Guara, 1; a las 19.30), presenta un nuevo proyecto: ‘Aragón inesperado’, que consta de cuatro episodios que se proyectarán a lo largo de cuatro semanas, cada miércoles.
El cineasta recuerda algunas ideas generales de este trabajo que ha dado lugar a la recogida de imágenes impresionantes: “La idea central es revelar lo sorprendente y lo inesperado que podemos encontrar en la naturaleza y los territorios de Aragón. Tocamos temáticas poco conocidas. Las cámaras y las personas que nos acompañan, es decir los invitados, aportan una base de conocimiento que sirve para divulgar la riqueza y el patrimonio natural que guardan los bosques y nuestros paisajes. Nos adentramos en la naturaleza aragonesa desde perspectivas apenas tratadas, para comprender mejor sus procesos y mecanismos”, resume el director madrileño que se ha radicado en tierras aragonesas.
Eduardo de la Cruz dice que “hay una cantidad de cosas cotidianas que no conocemos y que tememos y que son fascinantes”, insiste. Por ejemplo, las serpientes. El primer capítulo se titula ‘Nuestros incomprendidos reptiles’, y junto a la proyección hay una ponencia de Déborah Pinto, de la que Eduardo de la Cruz habla maravillas. Le interesó mucho su forma de tratar a las serpientes y a las víboras. De las 15 especies que habitan en el territorio nacional, la productora Donde van las Nubes, de Sesma y De la Cruz, filmaron 12 en los ambientes propicios de Aragón, desde “la serpiente de Esculapio, que adorna el símbolo de las farmacias, hasta la temida víbora áspid o la más grande culebra bastarda -señala-. Estos animales son muy beneficiosos para la agricultura y el campo, son especies protegidas. Contribuyen a mantener el equilibrio de las poblaciones de roedores e insectos”. Déborah Pinto, divulgadora científica, en el documental y de viva voz, nos acerca a ellas.
Árboles, flores (orquídeas) y glaciares
La segunda cita, siempre con documental o ponencia o diálogo, tendrá lugar el 8 de febrero y será sobre ‘La vida en los árboles’, con la presencia de Enrique Murria, entomólogo, y Miguel Ortega, divulgador científico. “El bosque y los árboles son el refugio de infinidad de animales que tienen aquí su hábitat. El árbol y quién lo habita son uno solo: un equilibrio armónico que debemos entender”, apunta De la Cruz, que recuerda una frase del sabio Joaquín Araújo: “Los escritores tienen una gran deuda con los bosques, pues ellos han hecho posible la publicación de todos los libros”.
La tercera sesión, ‘La seducción de las flores’ (15 de febrero), contará con otros dos grandes escritores, o poetas de la naturaleza, como el citado Joaquín Araújo y José Miguel Navarro. Entre las flores de las que tratan figuran las orquídeas. Dicen De la Cruz y Sesma: “Las orquídeas de Aragón, por ejemplo, imitan a ciertas abejas para ser polinizadas, es una estrategia de seducción de las flores más evolucionadas de nuestro planeta tierra”. Y añade algo más, lo que podría ser una alianza del naturalista y el realizador cinematográfico: “Este audiovisual recoge la asombrosa variedad de las poco conocidas orquídeas del territorio aragonés, de colores y texturas sorprendentes… Explica su mecanismo de variación morfológica muy avanzado y su íntima relación con los insectos que esparcen su polen”.
La cuarta y última sesión estará dedicada a ‘El valle de hielo’ (22 de febrero), y los invitados son Eduardo Martínez de Pisón y Ánchel Belmonte, y se abordará, en bellas imágenes, “la desaparición de los glaciares, que nos está dejando un planeta sin hielo”. Los realizadores agregan algo más, porque en este trabajo como se ve no solo hay belleza y conocimiento de la vida animal, sino fragmentos de historia y de ecología: “La cordillera de los Pirineos, ha sufrido de manera muy acusada la pérdida de glaciares, que declarados en el año 1990 monumentos naturales. Por ello se prevé que para el año 2050 ya no quedarán glaciares en el Pirineo -dicen Eduardo de la Cruz y Amalia Sesma-. Nuestro audiovisual trata de visibilizar cómo era hace miles de años ese paisaje. Recorremos el Valle de Tena, aguas arriba del río Gállego, buscando esas huellas de su época glacial y se efectúa un largo viaje desde las altas cumbres del entorno del balneario de Panticosa hasta acariciar la localidad de Sabiñánigo, casi 40 kilómetros más abajo...”.
