Muere Pedro Esteban, el último representante aragonés de la época dorada de la alta costura

El modisto, que se forjó con Balenciaga y tuvo un 'atelier' en la Gran Vía de Zaragoza, ha fallecido a los 85 años.

El modisto aragonés Pedro Esteban, de 81 años, en el IACC Pablo Serrano.
El modisto aragonés Pedro Esteban, de 81 años, en el IACC Pablo Serrano.
Aránzazu Navarro

"Las clientas me admiraban por mi sencillez y mi silencio, que es lo que aprendimos en Casa Balenciaga: a ser silenciosos y siempre audaces". Así describía en 2017 Pedro Esteban sus tiempos de aprendizaje junto a uno de los más grandes, Cristóbal Balenciaga. Unas palabras del modisto aragonés, fallecido este lunes a los 86 años, que bien pueden servir como resumen de su filosofía de vida y de trabajo. Tras la muerte del turolense Pertegaz, con Esteban se va el último representante en Aragón de los tiempos dorados de la alta costura.

Nacido en Zaragoza pero ligado familiarmente a Alhama de Aragón, localidad con la que tuvo una relación de por vida, Esteban, tras estudiar en el colegio Joaquín Costa, hizo sus primeros pinitos como sastre, hasta que de la mano del escritor y crítico de cine Manuel Rotellar se mudó a Barcelona, donde comenzó su carrera en la moda. De Rotellar decía: "Él me educó correctamente para ser modista. Lo primero que tuve que hacer es aprender a ser sastre. Lo hice en dos años para ir a Barcelona y empezar como modista, porque en Zaragoza no admitían un chico modista".

Pero fue su paso por el taller de Balenciaga en París lo que le marcó de por vida. Conocido como "el convento de la avenida Jorge V", en aquel lugar un ejército de petites mains y de modistos giraba en torno a la mujer, literal y metafóricamente ("éramos nosotros los que nos movíamos alrededor de la clienta en las pruebas", rememoraba Esteban en una charla junto al modista e historiador de la moda Enrique Lafuente).

Su colaboración con Balenciaga continuó en Barcelona, donde trabajó en Eisa, nombre de las sucursales fuera de Prís del modisto de Guetaria. Allí desarrolló su talento para la construcción de vestidos a medida, tanto de los cuerpos como de los caracteres de las clientas. "Las entrevistas previas con la persona que encargaba un vestido podían durar hasta media hora", recuerda. Les decía: "¿Quiere usted un vestido de llevar, de colgar o de hacer armario?".

Sus éxitos en la moda internacional no le alejaron sin embargo de su tierra natal. Aquí regresó en el año 63 y abrió un 'atelier' en la Gran Vía de Zaragoza que permaneció abierto hasta los 90.

Aragón siempre le inspiró. Hasta tal punto, que uno de los hitos más recordados de Pedro Esteban es su colección basada en los trajes regionales aragoneses que se presentó con un gran espectáculo en el Palacio de Sástago de Zaragoza. Aquel día, uno de los más importantes de su carrera, desfilaron para él las que fueron dos de sus modelos fetiches, además de amigas muy queridas Ángela Romeo y Marian Lasheras.

Actualmente, pueden admirarse algunas de sus creaciones en el Museo Balenciaga de Guetaria.

"La moda no es frivolidad. Es sencillez y armonía. Para ser modista hay que tener, principalmente, el sentido de saber captar a la clienta que te hace el encargo", decía Estaban sobre su manera de entender la moda. Y añadía: "La moda siempre fue arte, pero para minorías. Me refiero a la tarea de construirla, porque yo se cortar, coser, sé probar y darle glamur a cada persona".

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