entrevista

Pecker: "Me hace feliz crear canciones, igual que escribir poemas"

El músico Raúl Usieto, Pecker, (Huesca, 1973) publica ‘Peso pluma’, un trabajo compuesto por nueve temas que ve la luz gracias a una campaña de ‘crowdfunding’

El cantante oscense Raul Usieto, Pecker, acaba de publicar un nuevo trabajo discográfico.
El cantante oscense Raul Usieto, Pecker, acaba de publicar un nuevo trabajo discográfico.
EDUARDO NAVE

La composición de las canciones de ‘Peso pluma’ comenzó en un momento complicado...

Cuando terminó la gira de ‘El incendio perfecto’ no tenía previsto escribir más canciones. Estaba un poco desencantado, no tenía ganas de seguir por esa línea y me apetecía invertir mi tiempo en otras cosas. Sin embargo, cuando llegó la pandemia y nos encerraron, en el primer confinamiento duro, casi como una terapia, tuve necesidad de expresarme y la mejor manera que tengo para hacerlo es a través de las canciones. Allí fue cuando empecé a escribir y surgieron canciones como ‘Azul plomo’, en la que colabora Víctor Cabezuelo, de Rufus T. Firefly, y ‘A los ojos, radiante’, que también habla de ese momento posterior en el que ya habíamos salido, pero las cosas estaban muy complicadas y apetecía explicar todo eso.

¿Es el mejor álbum de su carrera, como ha afirmado?

Supongo que eso lo decimos todos cada vez que acabamos un disco (risas). Pero realmente lo siento así. Luego pasa una cosa que ya me ocurrió también con ‘El incendio perfecto’ y es que estaba acostumbrado a que en los anteriores elepés yo grababa todos los instrumentos, producía, mezclaba… y entonces acababa siempre con una sobresaturación alucinante. Sin embargo, en esta caso, como en ‘El incendio perfecto’, he trabajado con otros músicos, con un productor y con una persona que ha mezclado el disco. Es algo nuevo para mí. Lo digo casi como un oyente más y me parece maravilloso.

¿Qué músicos le han acompañado en esta aventura?

Desde el principio, ha estado como alentador Ramiro Nieto (Zahara, The Right Ons, Sidecars...), batería, corista y sobre todo productor y técnico de grabación y mezcla. Ramiro me fue pinchando para que siguiera escribiendo y haciendo más canciones. Después reclutamos a Víctor Cabezuelo para los teclados, y como ya estaba metido me hacía mucha ilusión que cantara también un tema. Luego implicamos a Víctor Pescador, guitarra de la banda de Ángel Stanich, y a Manola, Chema Moreno (bajista de Nena Daconte)… concluyendo con Jacobo Naya, de La M.O.D.A., que es quien ha masterizado el disco. En fin, un montón de gente que ha trabajado, que se ha implicado y ha dado lo mejor de sí para ponerlo en estas canciones.

También hay una colaboración desde el otro lado del charco, la del mexicano Pehuenche...

Conocí a Pehuenche cuando fui a tocar al festival South by Southwest en Austin (Texas). Compartimos escenario, nos hicimos muy amigos y resulta que teníamos amigos comunes porque él, precisamente, es el guitarra en Latinoamérica de Carlos Sadness, quien hizo la portada de mi disco ‘Suite’. Desde entonces nació una amistad y nos declaramos admiración mutua. Me parece que tiene una voz maravillosa. Es alguien a quien recomiendo, una persona que ha recuperado el folclore mexicano desde la modernidad absoluta.

El videoclip de ‘El viaje de Lone Star’ está grabado con un teléfono móvil ¿Qué papel juega este dispositivo en su proceso creativo?

En el videoclip de ‘Diente de león’, también hay una unión entre imágenes que están rodadas en 35 mm en cine, en el año 94 con otras actuales grabadas con el móvil. Cuando escribo una canción o se me ocurre una melodía, lo primero que hago es grabarme notas de voz. Para mí es una herramienta fundamental. El libro de poesía que publiqué hace un mes y medio, ‘Un vuelo sin la mecánica adecuada’ (Pregunta), lo escribí íntegramente con el móvil.

Usted trabajó como fotógrafo e iba para cineasta. ¿Cuándo se cruzó la música en su camino?

Realmente, me metí en la fotografía y en la música de manera simultánea, aunque no profesionalmente. Por impulso de esas cosas que a uno le apetece hacer cuando es un chaval, hice un curso de fotografía a los 14 años y simultáneamente estaba armando un grupo de música, Excedentes de Cupo, con unos amigos. Pero me fui a estudiar fotografía a Valencia, y luego a Madrid. Un día me reencontré con un amigo de la banda que había tenido en Huesca y me dijo que tenía que hacer canciones. Me lié otra vez a componer, empecé a grabar y conseguí fichar primero por Warner Chapel y luego por Warner Music, que en ese momento era DRO. Ahí ya vi que me empezaba a ir bien con la música y decidí dejar la fotografía.

¿Cómo se presenta este año en cuanto a conciertos?

Se presenta incierto. Vamos a ir viendo. Creo que estoy en muy buen momento. Está empezando a bullir todo esto, la música sale ahora al mundo, la está recibiendo la gente con muchas ganas y está sonando en la radio. Es lo que ahora importa. A partir de ahí tienen que empezar a pasar cosas y ojalá que sean todas bonitas. Ya hace unos años que me he colado en un sitio donde entiendo que todo lo que venga será bienvenido y ya está. Y lo que no, pues no habrá venido. Me hace feliz crear canciones, igual que me hace feliz escribir poemas.

¿Continuará su camino literario?

Sí. Es algo que me ha producido mucha satisfacción y que quiero retomar en cuanto pueda.

Una lucha por defender canciones desde la fragilidad

El nuevo disco de Pecker lleva por título ‘Peso pluma’ y es el segundo autoeditado de su discografía tras ‘El incendio perfecto’ (2018). En palabras del cantante oscense, este elepé «hace referencia a la categoría del boxeo, pero para mi en realidad tiene una interpretación propia. Lo relaciono con esa lucha desde la fragilidad. Eso lo convierto en una metáfora de mi vida, mi lucha por seguir haciendo canciones porque es lo que me hace feliz desde este lugar frágil y pequeño en el que me encuentro, desde este pequeño rincón de nuestro país que es Huesca».

Los nueve cortes del álbum abordan experiencias de viajes o reflexiones personales sobre la pandemia o el amor.

Sobre esta segunda aventura en el campo de la autogestión, Pecker destaca que «el trato directo de la persona que hace la música con la gente que la quiera escuchar o que cree en este proyecto es magia pura».

El artista actuará el 1 de febrero, en la sala Siroco de Madrid, y el 3 en La Lata de Bombillas, en Zaragoza. ‘Peso pluma’ solo se vende en sus conciertos y en la web pecker.es.

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