música y cine. ocio y cultura

Antonio Perales, el cartelista cinéfilo y melómano que halló en Azaila su refugio

El coleccionista cordobés, que trabajó y se formó en Barcelona, vive en la localidad del Bajo Aragón con su impresionante colección de recuerdos

Antonio Perales en la habitación-recibidor donde tiene sus tesoros de Los Beatles.
Antonio Perales en la habitación-recibidor donde tiene sus tesoros de Los Beatles.
A. C. /Heraldo.

El invierno se ha presentado en Azaila con frío y con un cielo limpio de nubes. Antonio Perales Doblas (Córdoba, 1947) sale a la calle con su perra Luna, bien abrigado. Es quizá el habitante más especial de una localidad tranquila, famosa por su poblado celtibérico en el Cabezo de Alcalá y su Centro de Interpretación. 

En cuanto entramos en su casa, donde vive hace un cuarto de siglo, ya empiezan a entenderse sus peculiaridades: de su pasión por Los Beatles y de su existencia ha escrito Pablo Ferrer en Heraldo.es hace año y medio. Desde entonces, parte de la decoración ha variado. Antonio reordena sus materiales.

La habitación de entrada es un como un santuario de los cuatro de Liverpool. Antonio tiene de todo: discografía, bibliografía, fotografías, objetos de todo tipo, muñecos, hasta mantelería y cubertería alusiva a aquellos cantantes que estremecieron el mundo con sus canciones melódicas. Recuerda que ha viajado mucho por España y poco por el mundo, y que los vio en Barcelona en 1965, en la Monumental. “Una amiga fotógrafa les hizo una foto en el hotel, antes o después de la actuación. Pedí que me dejasen posar con ellos, no me autorizaron, pero luego ella me tomó en el mismo sitio. Al cabo de pocos días me regaló un fotomontaje en el que yo estoy en medio de Los Beatles”.

“Adoro el flamenco y tengo muchos discos. En todos los formatos: álbum, EP y single. Es una antigua pasión. Mis gustos son muy eclécticos”

La música es una de sus pasiones. “Adoro el flamenco y tengo muchos discos. En todos los formatos: álbum, EP y single. Es una antigua pasión. Mis gustos son muy eclécticos”, dice, mitómano, como es. Y así, como si se retratase a través de sus posesiones, muestra un disco de José Guardiola y diversos materiales vinculados con Marisol, revistas, fotos, vinilos. “Me interesan muchas cosas. La copla, por ejemplo, la canción romántica, el rock progresivo. A José Guardiola le tengo un cariño inmenso. Tengo todos sus discos y alguno dedicado, como puede ver. Y lo mismo sucede con Marisol, la conocí y me firmó algunos de sus discos. Me gustaba mucho y también Rocío Dúrcal”.

Antonio, cartelista y dibujante, ha hecho este retrato de Luis Buñuel, inspirado en Tullio Pericoli.
Antonio, cartelista y dibujante, ha hecho este retrato de Luis Buñuel, inspirado en Tullio Pericoli.
Antonio Perales/HA

Antonio parecer haber tenido siete vidas. O algunas más. Nació en Córdoba en una familia de catorce hermanos, que se trasladaría a Pont de Suert. Allí, con apenas ochos años, descubrió el misterio del cine: la oscuridad de las salas, la fuerza de las películas, la belleza de los intérpretes y otras muchas cosas en los dos cines del pueblo, uno de ellos del cura. “A los ocho años empecé a coleccionar programas y guías de mano, y desde entonces no he parado”. En carpetas gigantes tiene programas de mano y guías, de formato reducido, cientos y cientos, algunos miles. Pasamos de su voluminosa discoteca de 10.000 piezas más o menos, dice, adornada aquí y allá con carteles de películas, a la estancia del cine, de unos doce o catorce metros cuadrados.

“Lo que más me gustado en mi vida ha sido ser camarero”. Ante la sorpresa del reportero -que ha viajado acompañado con Paco Serrano, exalcalde de Mas de las Matas (Teruel) durante doce años, amigo de Perales-, matiza de inmediato: “He hecho muchas cosas en mi vida, muchas, pero ese trabajo es un lugar increíble para observar la vida, pero sobre todo me daba tiempo para mí y para mis cosas. He trabajado muchos años en el Rincón del Artista en Barcelona. He sido esencialmente dibujante y cartelista. Como ve aquí con estos dibujos de Audrey Hepburn, William Holden o Marilyn Monroe, entre otras. Audrey Hepburn es mi actriz favorita”.

Abre una carpeta y enseña como un proyecto de libro hecho por él. “Mírelo bien. Estamos en su centenario. Cómo me gustaba: era pura elegancia y belleza. Aquí están sus mejores fotos: las que he ido comprando o me han llegado de diversos modos, algunos carteles, pero también he recortado las que le dedicaron diversas revistas. He sido obsesivo. Aquí está todo su mundo”, dice.

Dos carteles de cine con Bette Davis y Rita Hayworth.
Dos carteles de cine con Bette Davis y Rita Hayworth. Atrás sus cajas de cartón para albergar fotos de actores o carteles de su productora más dilecta: 'Todo Fox', dice una de ellas.
A. C. /Heraldo.

Antonio Perales Doblas lo ha rastreado casi todo y recoge muchas de sus piezas en Los Encantes de Barcelona y en otros rastros. En el cuarto cinematográfico hay una importante colección de libros de todos los asuntos (Antonio enseña sus primeras ediciones ilustradas de Julio Verne), historia del cine, monografías de directores y actrices, algunos catálogos. Tiene muchas carpetas con títulos como ‘Grandes actores’, ‘Mis actores favoritos’, ‘Mis actrices’, y otros muchos encabezamientos.

"¡Jamás me he podido olvidar! Ese cuarto es la habitación de la niñez y los recuerdos donde tengo cosas que no pude tener de niño”

“Cuando me marché a Barcelona, con 20 años, quería ser actor. Estudié el método de Constantin Stanislavski, pero no me fue bien. Como siempre me había gustado dibujar y era un loco del cine, y tenía buena mano, empecé a hacer carteles de películas con Josep Soligó. Hice muchos, muchos. Recuerdo muy bien el proceso: yo dibujaba, otro coloreaba y otro ponía la rotulación, algo que nunca se me dio bien. Hice muchos carteles, y los sigo haciendo. Eso es algo que nunca he dejado de hacerlo”. Tiene carpetas grandes con anillas donde están los carteles: los originales y las variaciones que él ha hecho, a veces hasta seis para una película. “Soy un fanático de la Fox, es decir de la Twentieth Century Fox. Especialmente del año 1935. Lo tengo todo, incluso lo que no se estrenó en España”, advierte. En casa de Antonio Perales no te cansas de mirar: una pieza te lleva a otra. Es fácil emborracharse de imágenes, de películas o de recuerdos, y él encadena anécdotas, revistas, parece haber conocido a medio mundo. De repente, dice: “Entre las españolas mi favorita es Concha Velasco. He hecho varias exposiciones temáticas con estos materiales, por temas, en Híjar o Alcañiz, y aquí, claro”, recuerda.

En una estantería hay una colección de fotos de gran formato. “Aún no están ordenadas, pero son estupendas. Mire, qué retrato tan impresionante de Gina Lollobrigida”. Y se fija en Julián Mateos, actor y productor que sale mucho, en Dominique Sanda, una de las protagonistas de ‘Novecento’, en actrices francesas. De generoso formato, en varias de ellas sale el nombre de Emilio Pérez de Rozas, un fotógrafo muy conocido; por atrás, se ve que han sido usadas en prensa o en revistas, "Todo este lote de varios cientos de instantáneas me lo vendieron de golpe. He sido cartelista, y soy pintor y dibujante también, por eso hago tantos collages para programas de mano o para carteles. He hecho más de 6.000 y aquí están”. Hace programas, carteles, collages, memes.

La habitación del retorno a la niñez: héroes, tebeos, muñecos, libros troquelados. Una estancia para recuperar al niño que fue.
La habitación del retorno a la niñez: héroes pintados en tejas, carteles, tebeos, muñecos, libros troquelados. Una estancia para recuperar al niño que fue.
A. C. /Heraldo.

La casa de Antonio, que comparte con su compañero Antonio, tiene más que ver. En las paredes de la biblioteca hay una colección de sus dibujos y pinturas. En otra habitación tiene un poco de todo: colecciones de vasos de cerveza, de recipientes de yogures, de naipes, de servilleteros. Como escribiera Pablo Ferrer, podría parecer que tiene el síndrome de Diógenes: en cada rincón hay una sorpresa. Y como si viajásemos en busca del tiempo perdido, nos lleva a la habitación más proustiana: la que concentra algunos recuerdos de su niñez. Allí hay muñecas de porcelana, libros troquelados, peluches y muchos muñecos de animales de Walt Disney y otras productoras. “Se preguntará usted qué es todo esto. Es como un viaje a mi niñez. Mi madre era asistenta, y salía de casa muy temprano. Nos llevaba con ella y esperábamos en la casa antes de ir al colegio. La señora nos dejaba libros infantiles para leer, tebeos, a veces eran álbumes troquelados. ¡Jamás me he podido olvidar! Ese cuarto es la habitación de la niñez y los recuerdos donde tengo cosas que no pude tener de niño”.

Como no podía ser de otra manera, allí también reina una multitud de objetos o los héroes de los tebeos pintados por él.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión