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Tormentas solares, invasiones ovni y otras profecías disparatadas para 2023

¿Y si los mayas se equivocaron en diez años? Como es costumbre, a final de cada curso vuelven a surgir, sin base científica alguna, extravagantes augurios para el año entrante.

Un combo apocalíptico para las agoreras profecías de 2023.
Un combo apocalíptico para las agoreras profecías de 2023.
Krisis

Así como la gente sólo se acuerda de Santa Bárbara cuando truena, también podría decirse que solo cita a Nostradamus a finales de año. Es un clásico de estas fechas buscar profecías para los meses entrantes que, generalmente, pasan por asuntos tan alocados como la llegada de hordas de naves marcianas o el resurgir de los dinosaurios.

Hace exactamente diez años todos estábamos pendientes de si se cumpliría o no el fin de mundo anunciado por los mayas para 2012 y hoy hay incluso sesudos artículos que justifican que las estelas de Mesoamérica antigua pudieron equivocarse en diez años: vaya, que aún estamos a tiempo del apocalipsis y del fin de los días como hasta ahora los conocemos. De hecho, hay quienes sostienen que los vaivenes del planeta consecuencia del cambio climático son un primer efecto de aquello que predijeron los mayas. Quienes más saben de las culturas prehispánicas, no obstante, insisten en que el cambio de ciclo no implica nada destructivo, mientras que la Sociedad Española de Astronomía apunta que "los calendarios no son sino sistemas arbitrarios para dividir el tiempo" y que "un montón de culturas tienen historias del fin del mundo y en la historia de la Humanidad ni una sola de ellas ha acertado".

La mayor parte de las teorías que a continuación se repasarán no tienen base científica alguna y, es más, suelen repetirse año tras año ignorando algunos de los sucesos realmente sorpresivos y relevantes y que nadie vio venir. ¿Acaso a finales de 2019 alguien predijo la pandemia de covid? ¿No pasó tres cuartos de lo mismo al año siguiente con el asalto del Capitolio? Incluso la guerra de Ucrania, aunque había suficientes pistas de que las tensiones políticas podían acabar en tragedia, no figuró en los listados de profecías de 2022.

Opinión
'Nostradamus'
Pixabay

Es precisamente este asunto el más real del que nos ocupa y el que más preocupa a los geoestrategas y los líderes mundiales. Dado que la guerra se está prolongando más de lo que cabía esperar, hay cierto temor a que se enquiste y a que pueda evolucionar en un conflicto a mucha mayor escala. En 2022 ya ha habido momentos de gran incertidumbre (como cuando cayó un misil en la frontera de Polonia), pero los combates se han circunscrito al territorio ucraniano. El temor más común es que Putin enloquezca y eche mano de algún arma nuclear y, en consecuencia, se desate una Tercera Guerra Mundial que sería devastadora.

Si se quiere buscar una referencia en las cuartetas de Nostradamus es posible encontrarla, dado que el astrólogo francés, con sus versos tan genéricos y ambiguos, sitúa en 2023 una "gran guerra con pueblos muertos por maldad". No es necesario ahondar en que las interpretaciones que se dan de los textos de Nostradamus son siempre a posteriori y, además, consecuencia de malas traducciones. También para el año que viene dice el sabio que "por 40 años no se verá el arcoíris", cita en la que los ecologistas interpretan que se agravará el cambio climático y el recalentamiento del planeta: "La tierra seca se volverá más árida y habrá grandes inundaciones", apostilla agorero el astrólogo.

Las visiones de Baba Vanga

En los últimos tiempos, a la obra poética de Nostradamus (‘Centurias astrológicas', de 1555) le ha aparecido una dura competencia como son las visiones de Baba Vanga, una mujer de los Balcanes que -aseguran- fue capaz de anticipar la caída de la Unión Soviética, el ataque a las Torres Gemelas o el desastre de Chernobyl. Esta mujer era una poderosa psíquica y, aunque murió en 1996, dejó predicciones hasta el año 5079. ¿Qué depararán los destinos para 2023 según sus profecías? En un par de asuntos está de acuerdo con lo mencionado hasta ahora: algunos países ensayarán armas biológicas que provocarán muchas muertes (los hay que ya señalan el agente nervioso ‘novochock’ en manos de Putin) y una explosión de una planta nuclear llenará la Tierra de dolor y radiación. 

Baba Vanga, la vidente conocida como 'Nostradamus de los Balcanes'.
Baba Vanga, la vidente conocida como la 'Nostradamus de los Balcanes'.
Heraldo

También habla Baba Vanga de un cambio en la órbita del planeta que podría hacer que el nivel del mar aumentara de forma abrupta y cita también una suerte de apocalipsis digital: una gran tormenta solar (prevista para el 23 de abril) destruirá las comunicaciones por satélite e inhabilitará internet y las redes eléctrica. Este escenario ya ha sido objeto de ficciones sonoras como ‘El gran apagón’ y otras de las predicciones inmediatas de la médium, como la prohibición de nacimientos humanos naturales y el control gubernamental de la reproducción, también se han retratado en novelas y posteriores series como ‘El cuento de la criada’.

En lo que a nombres propios se refiere, aquellos que presumen haber anticipado en 2022 la muerte de Isabel II aseguran que el año entrante Joe Biden sufrirá problemas de salud, claro que no hace falta ser muy avispado para intuir que un hombre de 80 años puede sufrir más de un achaque… También dicen las runas y las cartas que un Papa dará un disgusto, pero no especifican si será el emérito Benedicto XVI o Francisco I.

DiCaprio en un fotograma de 'No mires arriba'
DiCaprio en un fotograma de 'No mires arriba'
R. C.

Mucho más concreto y más científico es el dato de que a comienzos de julio de 2023 pasará un gran asteroide relativamente cerca de la Tierra. Es conocido como AE1 y hace unos meses, cuando se detectó por primera vez, parecía una amenaza inminente, pero ahora se ha calculado que pasará a unos diez millones de kilómetros y no tendrá efectos en el planeta. La Agencia Estatal Europea lo está monitorizando en todo momento para evitar un “impacto potencial”, como también se especuló recientemente en el cine con la película ‘No mires arriba’.

La única profecía televisiva que falta por atribuirse al año entrante es la invasión ovni y/o zombie. Parece que los alienígenas no cotizan demasiado al alza en los próximos meses (a pesar de que en el 40 aniversario del estreno de E.T. se ha dicho que la película era una fórmula para ir preparando el desembarco ovni) y a los muertos vivientes se les espera para Halloween pero poco más. Por cierto, que el Gobierno español sigue sin plan ante una hipotética invasión de seres de ultratumba, a pesar de que en abril de 2017 instaron a que preparara uno. ¿Cómo?  Un diputado de Compromís, hastiado de que no se tramitaran sus consultas, quiso llamar la atención preguntando sobre los planes que tenía el Ejecutivo en caso de que llegaran muertos vivientes. La respuesta fue decepcionante: no hay un protocolo específico.

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