LETRAS ARAGONAS. OCIO Y CULTURA

Marisa Arguis cuenta tres siglos de Zaragoza a través de tres mujeres

La conservadora del Museo de Bellas Artes da el paso a la ficción con ‘La ciudad efímera’ (Imperium), que sucede en 1808, 1908 y 2018

Marisa Arguis debuta en la novela con una narración que mezcla arte, historia y misterio.
Marisa Arguis debuta en la novela con una narración que mezcla arte, historia y misterio.
A. C. /Heraldo.

Marisa Arguis Rey (Zaragoza, 1968) mira hacia atrás y se ve siempre escribiendo: de su especialidad, el arte, y de ficciones. Es conservadora del Museo de Zaragoza, “un espacio que posee unas obras espléndidas, poco conocidas, de todas las épocas, pero muy especialmente del siglo XIX”, dice, y es especialista en arte altomedieval español y arte aragonés de la baja Edad Media, pero ha firmado artículos en revistas y textos en catálogos de muchos asuntos hasta el período de Goya o la aparición de la pintura costumbrista aragonesa.

Desde hace más de dos años, decidió someter su estilo y su imaginación a un desafío: escribir una novela: ‘La ciudad efímera’ (Imperium), que se presentaba hace unos días y ya agotaba la primera edición. “El primer año lo dediqué por completo a la redacción, y me salió un texto largo, bastante largo, que he podado; y el segundo año, lo dediqué a ajustar, pulir, a corregir la novela para que pudiera ser legible y más fluida”, dice.

Ella, como otros autores de novela histórica, cree que “a través de los personajes y los mecanismos de ficción, la historia entra mejor. Y eso me ha pasado: me he sumergido en varios períodos fascinantes: el año 1808, cuando se produjo la guerra de Los Sitios; el año 1908, cuando se celebró la Exposición Hispano-Francesa, y el año 2018, ahí rompo un poco la centuria redonda porque me sentía más libre y tenía más perspectiva para analizar qué había ocurrido en la Exposición Internacional de Zaragoza de 2008”, señala.

El libro empieza cuando una de las mujeres del libro, María, al volver a su casa, porque la quiere vender, repasa unos papeles y encuentra algo que la intrigará y que la llevará a viajar en el tiempo, desde 2018 hasta 1908 y 1808. “Ese detalle se produce algunas veces en mi trabajo: de repente ves algo curioso, lo desentrañas, sigues el rastro y te lleva a no sabes muy bien dónde. Y eso sucede aquí: esos papeles o legajos abren una espiral importante en la ficción”. Marisa explica que el 1808 aparece un poco menos, que no es una novela sobre los Sitios, aunque andan por ahí y se vive la paradoja de los afrancesados y el desdoblamiento de la población.

“Salvo la Caridad, la Escuela de Artes y el Museo de Bellas Artes de Zaragoza, todo lo demás era efímero…”, dice Marisa Arguis. Con esos edificios podría estar vinculado ese misterio que conecta dos siglos en Zaragoza

“En cambio, el 1908 es muy importante. La novela está contada a través de tres mujeres: María, en el siglo XXI, casada con Fabio, que la abandona un día sin que ella sepa la razones; Mariana, que es clave, y que vive una bella historia de amor con Juanito, que es un poco crítico con la Exposición Hispano-Francesa, y Paz, cuyo nombre ya es un símbolo en sí mismo”, explica la autora, y se sumerge en ese período para aclarar algunos puntos y matices de esta de “amores, secretos inconfesables y misterio sin resolver” que se alarga en el tiempo más allá de dos siglos. 210 años, en realidad. En el libro, hay una frase que explica el aspecto general de la acción: “Qué golpes da la vida y qué giros inesperados”.

Marisa Arguis ha empleado dos años en la redacción de la novela.
Marisa Arguis ha empleado dos años en la redacción de la novela.
Miguel Royo.

“A ver. Según mi punto de vista y lo que he investigado nada fue tan positivo como lo presentaron sus promotores en 1908. En España y en Zaragoza se vivía una etapa especialmente crítica y convulsa, con mucha miseria por todas partes. Y la prosperidad y la modernidad que se había prometido no llegó a darse del todo, a pesar del empuje de grandes personajes como el prócer Basilio Paraíso, que fue clave y muy positivo y estuvo a punto de abandonar, el arquitecto municipal Ricardo Magdalena y otro arquitecto como Félix Navarro”. También recuerda la importancia de escultores como Carlos Palao o Agustín Querol, que hizo el grupo escultórico de la plaza de los Sitios.

Marisa se dirige, en sus explicaciones de su novela, hacia ahí, la plaza de Los Sitios, y aquel recinto de edificios efímeros. “Salvo la Caridad, la Escuela de Artes y el Museo de Bellas Artes de Zaragoza, todo lo demás era efímero…”. Con esos edificios podría estar vinculado ese misterio que conecta dos siglos en Zaragoza.

“La Exposición Internacional de 2008 ha sido clave en la ciudad. Ha acelerado la llegada de infraestructuras, pero nos hemos quedado a medio camino en algunos aspectos. La mirada de mis protagonistas es más bien crítica. Nos faltan muchas cosas. Y ahí hay que seguir avanzando: en edificios ambiciosos para el arte, la fotografía, la música, el cine…”, dice.

Marisa Arguis llevaba muchos años escribiendo y aquí aborda una intriga con un desenlace imprevisto.
Marisa Arguis llevaba muchos años escribiendo y aquí aborda una intriga con un desenlace imprevisto.
Miguel Royo.

Marisa Arguis Rey dice que le apasionan autores como George Orwell y Stephen King, en sus citas se ve que frecuenta a Jacques Lacan, y que también es lectora de María Dueñas. Antes de salir al ruedo de la literatura, mandó su original a varios historiadores y escritores, que le hincaron el diente, y ahora, con los nervios y todo del estreno, está un poco más tranquila. Y, por supuesto, más segura. La segunda edición en breve estará en la calle.

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