El esperado estreno de la compañía LaMov con su nuevo espectáculo 'Julietas y Romeos' llegó el 17 de diciembre al Palacio de Congresos de la Expo. Un numeroso público no quiso perderse una cita con el interés añadido de que la orquesta Katharsis Ensemble se subiera también a la escena e interpretara, en vivo y en directo, la música de este ballet. Lástima la mala visibilidad que ofrece este patio de butacas, dicho sea de paso.

LaMov ha crecido en número y son 13 componentes los que bailaron. Esto, sumado a los músicos a la vista, daba buena cuenta de la importancia que la compañía le ha otorgado al estreno, cuyo argumento estaba claro: el amor y el recuerdo a Romeo y Julieta. Y bailaron y bailaron y bailaron… no pararon de bailar. Parece ridículo el comentario, pero hoy en día es un lujo ante tantas composición de estilo contemporáneo en las que lo que menos se ve es eso: danza.

Trabajaron, como digo, una barbaridad: multitud de pasos a dos, a tres, movimientos de grupos, adagios, allegros con mucha energía… se vieron grandes aciertos de ambos coreógrafos: el director de la compañía, Víctor Jiménez y el coreógrafo invitado, Francisco Lorenzo. Sobre el escenario pasó de todo, no quedó tiempo para el aburrimiento: volvimos a ver a Montescos y Capuletos peleándose en la plaza y viajamos hasta esa brillante Italia de época.

La versión musical tiene grandes momentos. Está bien pensada por Carlos Ocaña y ofrece desde tramos contemporáneos creados por Jorge Sarnago, hasta las piezas clásicas de Prokofiev y Berlioz, pasando por una 'Casta Diva' o 'I Capuleti e i Montecchi' de Bellini. Sobre la luminotecnia, a pesar de ser bonita, resulta un poco pobre. Y al vestuario se le podría añadir algo de encanto. Pero en suma, se trata de una buena obra, llena de danza. Víctor Jiménez y Francisco Lorenzo no se han equivocado. Les deseamos grandes éxitos por el mundo.