Bob Dylan, filias y fobias de un cascarrabias genial

Los Rolling y los Beatles no están en el canon del Nobel de Literatura, que publica 66 textos sobre canciones indispensables.

Bob Dylan, en una imagen de archivo.
Bob Dylan, en una imagen de archivo.
HECTOR MATA/EP

La simpatía no es una de las virtudes de Bob Dylan (Duluth, Minnesota, 81 años), el viejo y genial cascarrabias del folk-rock, que repasa su filias y fobias musicales en el primer libro que publica en 18 años el ganador del Nobel de Literatura en 2016. ‘Filosofía de la canción moderna’ (Anagrama) es una heterodoxa colección de 66 microensayos sobre otras tantas canciones que Robert Allen Zimmerman santifica o condena. Una selección con ausencias tan clamorosas como los Beatles o los Rolling Stones y con solo cuatro temas escritos o cantados por mujeres. Elogia además a ‘crooners’ como Bing Crosby, Frank Sinatra, Dean Martin o el italiano Domenico Modugno.

El pretencioso título da una equívoca idea de las intenciones del legendario poeta y cantante, ya que no hay casi ninguna canción moderna y el bardo de Duluth recurre a una filosofía bastante ‘sui generis’ en la que justifica el sexo de pago o apuesta por la poligamia. Con 81 años cumplidos, le importa un comino evidenciar su anacronismo musical y social, sabedor de que su genio le redime.

De los 66 temas comentados, casi la mitad (28) son de los años 50 del siglo pasado, cuando el adolescente Robert Zimmerman decidió cambiar de nombre tras descubrir el blues, el country, el rock, el folk y la poesía. Solo dos canciones fueron compuestas en este siglo por autores ya fallecidos: John Trudell y Warren Zevon.

Capricho

Ilustrado con retratos de artistas, carteles publicitarios, escenas de películas, viñetas de cómic y fotos icónicas de Dorothea Lange, William Klein o Weegee, Dylan dice haber trabajado en el libro durante más de una década. Pero no se molesta en explicar sus razones o criterios para elegir las canciones, si es que existe alguno distinto de su capricho.

La inmensa mayoría de los temas y autores son norteamericanos, ya eran hitos cuando Dylan se abría paso en la música. Entre sus favoritos no están ni los Beatles ni los Stones. Solo incluye a un grupo británico de los 60, The Who, a cuyo himno ‘My generation’ dedica un inusitado elogio: «Es una canción que duda de todo y que no le hace ningún favor a nadie». Es una de las cuatro canciones no estadounidenses del catálogo dylaniano. Las otras tres son dos británicas ‘Pump it up’, de Elvis Costello, y ‘London calling’, de The Clash, y la italiana ‘Volare’, de Domenico Modugno. «Hay algo sumamente liberador en escuchar una canción en un idioma que no entiendes», escribe Dylan sobre este clásico de la música melódica.

También brillan por su ausencia las mujeres. De las 66 canciones reseñadas solo cuatro son de intérpretes femeninas: ‘Gypsies, tramps & thieves’, de Cher; ‘Come on-a my house’, de Rosemary Clooney; ‘Come rain or come shine’, de Judy Garland, y ‘Don’t let me be misunderstood’, de Nina Simone.

Paradójicamente, elogia a ‘crooners’ como Bing Crosby, Frank Sinatra, Dean Martin, Perry Como o Vic Damone. Y considera a Bobby Darin «el más dúctil» de los cantantes de su época. «El tipo era todo el mundo, si es que era alguien», ironiza.

Es el primer libro de Dylan desde ‘Crónicas. Volumen 1’, en 2004, primera entrega de una autobiografía que no ha continuado. Desde que ganó el Nobel de Literatura en 2016, ha editado dos discos (‘Triplicate’, 2017 y ‘Rough and Rowdy Ways’, 2020), unas 40 canciones nuevas. Ha ofrecido cerca 540 conciertos y concedido un par de entrevistas.

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