Por ilógico que parezca, hay películas apenas promocionadas por sus máximos interesados. Resulta chocante que Disney descuide y mueva poco un estreno cinematográfico, aunque no se trate de uno estratégico. ‘Mundo extraño’ ha llegado ‘olvidada’ de partida y apunta a sumarse a esas producciones de segunda línea en cuanto a presencia y recorrido en el imaginario asociado a la compañía. Su historia, correcta pero sin magia, no es de las que perduran, cierto, si bien merece mayor atención por los espectaculares diseños de los escenarios, la imaginación desplegada en la recreación fantástica (con atractivo giro incluido) y lo que esta plasmación evoca en términos de aventura. La sugerencia que ejerce el tratamiento visual se activa de inicio por los rasgos de la animación cuando la obra de Don Hall, detrás de ‘Big Hero 6’, ‘Vaiana’ y ‘Raya y el último dragón’, describe los orígenes exploradores de la familia.

El revestimiento y la temática se conjugan con el énfasis en la canalización emocional. Las relaciones paternofiliales rigen la narración, y por duplicado al mostrar la del personaje central con su padre, desaparecido 25 años atrás, así como la que mantiene con su hijo adolescente. El relato habla del choque de perspectivas, de la identidad frente al legado y de que los padres se parecen a los suyos más de lo que les gustaría y tienden a caer en los mismos errores, esos que se prometieron no cometer.

Los roces entre los adultos están mejor desarrollados que la situación con el menor. No obstante, en el retrato del chico destaca el significativo detalle de su homosexualidad, expresada de manera abierta y lo que más ha trascendido del filme. Agrada comprobar la naturalidad al respecto de los padres y del abuelo, pero de la cuestión no convence que acontezca en un cauce más familiar que juvenil. El reflejo de la diversidad a la que atiende Disney se extiende a la amplia representación racial.