centenario de su nacimiento

Doce grandes voces de la jota evocan al maestro absoluto Jesús Gracia Tenas

El Ayuntamiento de Lécera y la Fundación Caja Rural rindieron un gran homenaje al cantante y estudioso de 170 tonadas en el antiguo Casino.

Homenaje a Jesús Gracia en el antiguo Casino de Zaragoza.
Homenaje a Jesús Gracia en el antiguo Casino de Zaragoza.
José Antonio Artigas

 Jesús Gracia Tenas (Lécera, 1922-Zaragoza, 2005) ha sido uno de los grandes estandartes de la jota cantada en Aragón, un estudioso, un investigador, un intérprete, un coleccionista, un divulgador y un maestro de grandes joteros. Nueve de ellos se reunían el jueves en el Casino Mercantil, sede de la Fundación Caja Rural de Aragón, que dirige con mano maestra y plural José Antonio Artigas, en un diálogo donde lo recordaban: sus métodos, el santuario de su casa, compartida por Piedad Gil, su esposa, sus discos, su pulcritud, su instinto de perfeccionismo, su elegancia y también su exigencia constante, con niños, jóvenes y más veteranos. Y la pasión sin duda.

“Se tomaba la jota muy en serio, con la máxima dignidad y la máxima entrega”, fue casi una de las conclusiones, aunque todos tenían detalles personales: María Teresa Pomar lo conoció en Belchite; a María Pilar Sanz la felicitó ya en 1969 por su premio Ordinario; Rosana Borao casi no pudo hablar de la emoción y de los recuerdos al evocar sus clases. Lo glosaron y retrataron -tras la primera conversación de José Luis Melero Rivas y Evaristo Solsona, que desglosaron el pasado 9 de noviembre su existencia y su trayectoria y las grabaciones de ‘Antología de la jota cantada’- Fernando de la Natividad, José Luis Gimeno, Rosana Borao, Sara Comín y María Pilar Sanz, en una primera tanda. Y Vicente Olivares, Nacho del Río, Beatriz Bernad y María Teresa Pomar. Algunos se emocionaron, y las lágrimas acudieron a sus brillantes ojos, como sucedió con Beatriz Bernad o Sara Comín.

Homenaje a Jesús Gracia.
Homenaje a Jesús Gracia.
José Antonio Artigas

Vicente Olivares, cuando se le pidió que elogiase y definiese la jota en estos momentos en que se está intentando que sea nombrada Patrimonio de la Humanidad, dio un giro a su intervención y desmintió que se llevase mal con Nacho del Río, que hubiese rivalidad y mala sangre entre ellos. Dijo que eran amigos y que existía una admiración recíproca de la mejor ley. Ilustró eso con una anécdota: cuando Jesús Gracia Tenas estaba en el hospital gravemente enfermo, ya en 2005, ambos lo fueron a ver. Jesús le pidió a Vicente que cogiese sus zapatillas; el maestro de Lécera se las puso y los dos, Nacho y Olivares, lo tomaron uno de cada brazo y salieron a andar un poco por los pasillos. Esa imagen gráfica valdría un potosí por su valor simbólico, pero así, dicha, grabada y revelada en el Casino que acogió a Albert Einstein o a Jacinto Benavente, entre muchos otros, no lo tiene menos. Si Jesús Gracia, como lo llama José Luis Melero en su primer libro de ficción, ilustrado por Elena Hormiga, es el “campeón de campeones”, ellos no le van a la zaga: son dos auténticos campeones de campeones: han ganado cinco premios Extraordinarios.

El acto se llenó a rebosar para homenajear a  Jesús Gracia
El acto se llenó a rebosar para homenajear a Jesús Gracia
José Antonio Artigas

Luego, con la memoria de Jesús Gracia tan viva y palpitante, con la rondalla de Javier Badules de fondo, cantaron Fernando de la Natividad, José Luis Gimeno, Rosana Borao, Beatriz Bernad, María Pilar Sanz, Nacho del Río, Vicente Olivares, María Teresa Pomar, el propio Javier Badules (que entonó con su pujanza habitual y profunda ‘En todo el río Martín’), Ángela Aured, Jesús Gimeno Burriel, Lorena Larrea, y bailaron Esther Gimeno y Adrián Tomás. Ahí es nada. Una jota cada uno, y con qué nivel. Una exhibición para paladares exigentes y para descubrir la fuerza de este canto que es tierra, memoria, identidad, campo y belleza. Además, Nacho del Río y Vicente Olivares cantaron a dúo durante el baile de Esther y Tomás, y se cerró una hermosa e intensa noche con una pieza interpretada por todos, a los que sumó Sara Comín, que fue la presentadora de las actuaciones. Ella, jotera en sus inicios, discípula de Jesús Gracia y luego de Nacho del Río, trabaja en la preparación de su primer disco de intérprete más inmersa en la canción de autor, el tango, la balada…, y aún estaba conmovida por la muerte de Pablo Milanés, del que hace versiones de sus canciones; por ejemplo, ‘Yolanda’.

Fue un recital realmente impresionante de voces indiscutibles, consolidadas, que aporta sociología sobre lo que emociona al público. Entre las sorpresas (para los neófitos hubo muchas), sin duda figura la joven Lorena Larrea, que firmó una actuación prodigiosa con su ‘La emoción que hay en la jota’ en una novela íntima, emocionante, de plenitud vocal, que cumplió a la perfección su cometido: el homenaje a un maestro incomparable que grabó “muchos discos (es el cantador con más grabaciones en la historia de la jota) y dejó impresionadas más de ciento setenta tonadas diferentes”, y la divulgación de la jota a viva y poderosa voz.

Pilar Bernad, concejala de Lécera, ejerció de maestra de ceremonias. Y entre los presentes, muchos, más de 200 personas, estuvieron los hijos de Jesús Gracia y Piedad Gil, Jesús y Piedad, y Pepe Melero y Evaristo Solsona que habían iniciado este homenaje, que aún tendrá dos actos más: el próximo jueves, 1, en el Paraninfo, se presentará el libro de Pepe Melero y Elena Hormiga, ‘Jesús Gracia, campeón de campeones’ (Campo de Belchite), con la presencia de Félix Teira y los cantantes Nacho del Río y Beatriz Bernad, acto que se repetirá el 4 de diciembre en Lécera. 

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión