La restauración de las ermitas de Ruesta y Sigués gana el Trofeo Ricardo Magdalena

El jurado ha concedido dos accésits a la rehabilitación de un edificio y la reforma interior de una vivienda en Zaragoza.

La ermita de San Juan de Ruesta
La ermita de San Juan de Ruesta
Sebastián Arquitectos

La Institución Fernando el Católico (IFC) ha concedido el XLIII Trofeo Ricardo Magdalena a la restauración de ermitas en el Camino de Santiago, Camino Francés, a su paso por Aragón, en Ruesta y Sigüés, «por ser una intervención valiente y coherente en el ámbito del patrimonio arquitectónico, bien encajada en su sitio y sucesora de otras también muy bien resueltas por sus autores», según el fallo del jurado, que fue dado a conocer ayer por la tarde.

Se trata de un proyecto del arquitecto Sergio Sebastián Franco en tres ermitas. Dos de ellas están en el núcleo despoblado de Ruesta. la de Santiago o San Jacobo y la de San Juan. Y la tercera, también de San Juan, está en el término municipal de Sigüés.

En la ermita de Santiago se realizó una restauración «muy técnica. Se ha hecho una puerta especial, de metal, con forma de vieira, que permite que los peregrinos, al entrar, aclimaten la vista a la oscuridad del interior», añadió.

En el caso del templo de San Juan de Ruesta, había desaparecido el 60% del volumen de su nave tras un hundimiento parcial que se produjo en 2001. «Hemos reconstruido ese volumen, que tenía que ser muy compacto porque era lo que definía aquella arquitectura», apuntó.

Acerca de la intervención en la ermita de San Juan de Sigüés, Sebastián señaló que el trabajo se centró «en la restauración de un suelo de canto rodado de mediados del XVI que estaba hecho con piedras del río Esca. «Con el paso del tiempo se fue perdiendo y se había construido un altar de cemento encima. Lo eliminamos y propusimos un altar en cobre y acero para que tocara el suelo lo mínimo posible».

Sergio Sebastián recordó que «la arquitectura, hoy en día, es una aventura colectiva», y subrayó que esta rehabilitación ha sido posible gracias a la labor de «equipos pluridisciplinares donde hay, además de arquitectos, arqueólogos, historiadores, restauradores, y por supuesto un promotor, que en esta caso es la CHE, y que ha apostado firmemente por este proyecto».

El acuerdo de concesión del premio fue adoptado por unanimidad de los miembros del jurado, quienes también decidieron de manera unánime conceder dos accésits. Uno, a la reforma interior de una vivienda para un cinéfilo, en la calle de Estébanes, 9, en Zaragoza, «por su evidente interés al intervenir con coherencia en los espacios interiores urbanos, del que son muestra sus aportaciones de este año», obra de Alejandro Lezcano Maestre y su estudio Cronotopos Arquitectura.

El otro accésit ha sido para la rehabilitación integral de un edificio para vivienda unifamiliar, en la calle de Jorge Ibort, 17, en Zaragoza, «por su acuerdo entre la sensibilidad de la solución apor- tada y la capacidad de adaptación a las necesidades específicas del usuario» y que lleva la firma de Ignacio Grávalos Lacambra, de Grávalos Dimonte Arquitectos.

Diploma al mérito

Finalmente, y también por unanimidad, se acordó conceder el Diploma al Mérito en la Arquitectura a la memoria del arquitecto Don Luis Borobio Navarro, «ejemplo de dedicación docente a lo largo de su vida y de la sensibilidad demostrada en sus dibujos y sus escritos».

El jurado del Trofeo Ricardo Magdalena, convocado por la Cátedra de Arquitectura de la Institución Fernando el Católico, estuvo presidido por Carlos Forcadell, director de la IFC, y formado por Enrique Diego Barrado, como arquitecto invitado; Ángel Muñoz Barrado, miembro de la Junta de la Demarcación del Colegio de Arquitectos en Zaragoza; y José Laborda Yneva, director de la Cátedra de Arquitectura de la IFC. Intervino como secretario, con voz y voto, el arquitecto Aurelio Vallespín Muniesa.

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