Cuando la creatividad es cosa de nombres

La cuenta de Instagram Masters of Naming recopila desde 2017 imágenes de comercios y marcas con denominaciones curiosas. Varias de ellas son aragonesas, como "Maños a la obra" o "Motortazo".

Cuando el humor es cosa de nombres
Cuando el humor es cosa de nombres
Masters of Naming

Cada vez es más habitual toparse con un comercio, ya sea un bar, una tienda o cualquier otro tipo de establecimiento cuyo rótulo salta a la vista, no solo por su diseño, sino también por su denominación. Muchas veces la creatividad a la hora de escoger el nombre de una empresa o una marca despierta las ideas más curiosas y divertidas. Desde hace cinco años, el diseñador barcelonés Miquel Caimary recopila miles de imágenes que muestras estas ingeniosas propuestas en la cuenta de Instagram Masters of Naming.

Unos cuantos ejemplos de cómo un negocio puede llamar la atención por su nombre proceden de Aragón, como Vietmañica Nails Studio, un estudio de manicura ubicado en la avenida de Goya con el paseo de Teruel de Zaragoza; el taller y tienda de motocicletas Motortazo, en Parque Venecia, también en la capital aragonesa, al igual que la lavandería Coladaxti (en la calle de Santa Isabel) o el bar Cardi (en Reina Fabiola). En esto de la hostelería también hubo hasta hace unos años en la ciudad del Ebro establecimientos con letreros como bar Tolo, Juan Sebastián Bar o el añorado refugio musical de la noche zaragozana, el bar Bacharach.

"Cuando llevaba algunos meses se me fue de las manos. Empecé con esta idea de recopilar nombres porque de alguna forma está relacionado con mi trabajo: la creatividad y el diseño. Primero comencé a colgar imágenes en mi cuenta personal, y cuando tenía 15 o 20 pensé que estaría bien reunirlos y hacer un proyecto solo de esto", recuerda Miquel Caimary.

Y así nació Masters of Naming en internet y en las redes sociales. Solo en Instagram cuenta con más de 88.000 seguidores y ha publicado hasta la fecha más de 7.000 entradas. "La verdad es que esto no me da dinero, sí algún cliente y alguna colaboración pagada, pero lo hago por amor al arte, porque me lo paso pipa y porque me encanta –cuenta el diseñador–. Pero es algo que se me fue de las manos, y lo que empezó como algo en ‘petit’ comité para echar unas risas con amigos y familia, ha trascendido de tal manera que cada día recibo más de 200 mensajes, de todas partes del mundo, con nuevas propuestas. Es una locura. Estoy muy agradecido a la comunidad que se ha creado y siempre me gusta mencionar a quien ha hecho la foto o a quien me la ha mandado. Qué menos, porque un 30 o un 40% lo puedo publicar yo, pero la gran mayoría me las pasa la gente".

Caimary comenta que empezó con nombres curiosos de negocios, comercios o productos, "pero al recibir tanto contenido y tan variado vi que se podía clasificar en eslóganes, ‘packaging’, logotipos... todo el universo relacionado con la creatividad y el diseño, siempre con un tono irónico".

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