música
El grupo zaragozano White Coven sube el listón musical con su segundo disco
Tras una exitosa presentación del álbum en el Centro Cívico Delicias, el septeto anhela hacer una gira en 2023.
Hace nueve días el Centro Cívico Delicias de Zaragoza se llenó hasta la bandera para asistir a la presentación de ‘White Coven’, el segundo álbum –de título homónimo– de este septeto zaragozano que practica un rock punzante y vibrante, de inconfundible aroma americano. 300 personas corearon las nuevas y las viejas canciones de una banda consistente y compacta, una apisonadora sonora que nunca defrauda.
"Lo vivido en Delicias fue la suma de un recuerdo lejano y la visión de lo que está por venir, la suma de un público tan numeroso y entregado como el de nuestro último gran concierto en 2018 y el nuevo disco a punto de ser escuchado allá dónde podamos llevarlo y hacerlo llegar en 2023", explica un todavía emocionado Juan Cervera (guitarra). El combo lo completan Sara Lapiedra (voz), Mario Gutiérrez (guitarra rítmica), R. David Bueicheku (guitarra), Carlos Viejo (bajo), Daniel Penón (batería y percusión) y Josete Meléndez (teclados).
Un concierto que tuvo mucho de reencuentro y celebración, en el que se reforzaron con la violinista Noelia Gracia y con los coros de Jesús Bravo, Eva Lago y Sara Sanromán. La ocasión bien lo merecía. El túnel que han supuesto los dos años de pandemia quedó atrás durante casi dos horas. "Ha sido un tiempo desilusionante y estimulante a partes casi iguales. Tras la grabación de nuestro anterior elepé, ‘Overseas’, todos buscábamos crecer como músicos, defendiendo nuestros temas en directo, pero no pudo ser, de modo que nos centramos en retomar la estela de la composición y la grabación. Al final hemos crecido igualmente y encima con un trabajo nuevo y potente, y, por insospechado que parezca, estamos igual o más determinados a seguir que antes de la pandemia. A veces, saber coger la ola en puntos críticos e impredecibles como este supone la diferencia entre aguantar y poder surcar su cresta o derrumbarse", asevera Cervera.
Lejos de derrumbarse por la decepción de no poder defender en vivo su disco de estreno, volcaron sus anhelos y esfuerzos en este ‘White Coven’ que acaba de ver la luz. "La pandemia fue un catalizador en su desarrollo y consumación. Hablamos de canciones ya esbozadas allá por 2016 y 2017 que ya tenían un sitio en nuestro directo y aguardaban pacientemente su turno para el estudio. Y aunque la llegada del coronavirus supuso la extinción de la gira que por entonces preparábamos, también supuso un claro impulso para terminar estos temas, pasar página y centrarnos en nuestra carrera futura, ahora presente", expone.
En tres etapas
La gestación del álbum se dividió en varias etapas en 2021. La primera, en julio con Richi Martínez a los mandos en el estudio zaragozano Kikos. La segunda, durante dos semanas en verano en los EC Estudios de Lugo de la mano del sello discográfico actual de la banda, Sons Galiza, con Miguel Barrero dirigiendo la grabación y la mezcla. El proceso culminó en otoño en la capital aragonesa.
El resultado final ha satisfecho al grupo. Tanto, que el título lleva su propio nombre. "Este trabajo encarna una voz propia, una dirección clara en nuestro sonido y en qué es lo que tenemos que aportar", valora Cervera. Un fascinante viaje de siete canciones con el campo base en el rock y con incursiones en el blues, la sicodelia, el soul y el progresivo.
Ahora toca propagar estos himnos por cuantos enclaves sea posible. Un desafío que no resulta nada sencillo. "Las bandas nos enfrentamos a incontables dificultades, sobre todo económicas. Empezando por los desplazamientos, dietas y alojamientos de cada uno, las altas de cada músico sin una certeza de facturación clara... Hay que organizarse bien y asumir cierta frustración inicial en cualquier proceso, y también tener claro que sin músicos no hay música en directo", concluye.
