Elena Lucia, 'la chica de las lámparas' que ilumina el corazón de Zaragoza

"Me voy de sitios mal iluminados", dice esta bilbilitana, licenciada en Bellas Artes y decoradora, que crea originales lámparas desde su coqueto estudio-boutique de la calle de Santa Isabel.

Elenna Lucia y sus lámparas, en su taller de la calle de Santa Isabel.
Elena Lucia y sus lámparas, en su taller de la calle de Santa Isabel.
Francisco Jiménez

Elena Lucia ha abierto un espacio de luz en la calle de Santa Isabel. Literalmente. Porque esta bilbilitana, licenciada en Bellas Artes y decoradora de profesión, regenta desde hace unos meses un coqueto taller donde da rienda suelta a su creatividad a través de las lámparas. El espacio es profundo y acogedor y funciona casi como una sala de exposiciones en las que sus lámparas resultan esculturas.

Su taller -al que muchos viandantes se asoman por la curiosidad que les produce lo bonito que es- ya da idea de una manera de hacer que tiene que ver con los materiales naturales y los aires mediterráneos.

En este entorno, Lucia -a la que llaman "la chica de la lámparas"- genera mundos que no consisten solo en diseñar las formas de cada lámpara, sino en componer todo un juego de luces que de lugar a atmósferas adecuadas y agradables. "Me voy de sitios mal iluminados", llega a decir Elena para subrayar la importancia de este elemento de la decoración, que si bien entra por los ojos como otros no resulta a veces tan evidente para la mayoría.

"Cada lámpara, cada elemento de iluminación tiene su lugar", explica Lucia. A su juicio, "no todo vale: por muy bonita que sea una lámpara, si es el espacio no es el adecuado no resultará". Así, su trabajo es cuestión de formas, pero también de tipos de luz. Las hay cálidas (más bajas y acogedoras), neutras (las que suelen iluminar cocinas o baños), frías...

También es importante su visión profesional a la hora de emplazar la pieza, los mismo en las lámparas de pie como en las que se cuelgan del techo: "No siempre hay que ponerla lámpara en el centro de la estancia. A veces piden estar en un rincón; cada una y de acuerdo al entorno, tiene su lugar adecuado".

Elena trabaja mucho para particulares, pero donde da rienda suelta a su creatividad es para grandes estancias de hoteles y para tiendas, donde ya acumula mucha experiencia: "Allí me emociono, no pongo límites", admite.

Cuenta que la moda es una de sus principales fuentes de inspiración. En este sentido, a veces sus tulipas funcionan con pamelas o tocados, hasta el punto de que utiliza los mismos materiales que se usan en sombrerería, como el chinamay. Pero las lamparas de Lucia se reconocen por otros muchos como los flecos o las plumas. Suele recurrir también a rafias naturales, mimbres, papeles pintados o todo tipo de tejidos, incluidos retales, porque si de algo está también orgullosa es de la parte de su negocio que se dedica a reciclar. "Lo hago con lámparas antiguas o directamente viejas que me encuentro, pero si algún cliente tiene una lámpara a la que le quiere dar un nuevo aire también doy ese servicio".

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