La fotógrafa Paulina Aleshkina pone ante su lente a 25 mujeres del cine aragonés

La moscovita, afincada en Zaragoza desde 2009, se ha encargado de este despliegue de imágenes en la XXV Muestra Internacional de Cine Realizado Por Mujeres en Zaragoza

Autorretrato de la fotógrafa.
Autorretrato de la fotógrafa.
Paulina Aleshkina

En los últimos días, Zaragoza se ha llenado de imponentes retratos femeninos; enmarcados en mupis, con el blanco y negro por bandera, 25 mujeres que forman parte activa del mundo del cine en Aragón llaman la atención de los viandantes. Algunas miran de frente; otras optan por el soslayo, y también las hay que dirigen sus ojos al tendido. Las elecciones de pose y gesto son naturales, pero no casuales; responden a una sesión reposada, que atiende a la personalidad de cada una y la inmortaliza con mimo. 

Las retratadas son las 25 caras de la XXV Muestra Internacional de Cine Realizado Por Mujeres en Zaragoza, que comenzó su programación el pasado viernes y continúa desde este miércoles 9 hasta el próximo domingo en clave de corto, documental y ficción. De miércoles a viernes hay actividad en el Centro de Historias, el viernes también se llega a la Filmoteca de Zaragoza (que repetirá el domingo en el cierre) y el sábado se cuenta con el Caixafórum.

La responsable de este magnífico barrido de imágenes es Paulina Aleshkina, fotógrafa moscovita afincada en Zaragoza desde 2009. “Antes de Semana Santa vinieron a verme las organizadoras de la Muestra: conocía a Keka López porque trabajamos juntas en un proyecto, ella con vídeo y yo en foto. Me propusieron este reto y me encantó. Trabajaban con el blanco, el negro y el rojo como colores principales, y buscaban imágenes poco recargadas, así que optamos por el blanco y negro y el minimalismo para los retratos. Eso sí, no quería que fueran aburridas; además, al no ser modelos de profesión, pensé que las expresiones naturales eran el camino correcto”.

Aleshkina estudió Filosofía Pura e Historia del Arte en la Universidad Estatal de Moscú. “También me centré en estudiar varios idiomas, el español entre ellos. Trabajé como guía turística, mostrando museos a turistas hispanoparlantes en Moscú y San Petersburgo. Luego me puse a estudiar fotografía comercial; en 2007 visité Zaragoza por primera vez, y me gustó, así que empecé a plantarme la posibilidad de probar aquí. Llegué en 2009 para cursar un máster en la Universidad de Zaragoza, en Gestión de Políticas de Proyectos Culturales. Fueron dos años, luego hice prácticas y entré a la galería Spectrum Sotos, donde he impartido clases de fotografía durante 10 años”.

En 2021 comenzó con su propio estudio. “Este año, mi alumna Ana Arbonés me ofreció montar escuela en un local más amplio, me mudé a la calle Marina Española y ahí hemos abierto esta primavera la Escuela de Fotografía Creativa Aleshkina. Estos últimos años me he seguido formando en foto de moda y retrato; el cine también me apasiona, desde la universidad. Iba siempre al Museo del Cine de Moscú a sesiones de filmoteca”.

La fotógrafa ha trabajado bastante con la compañía de danza LaMov en Zaragoza, sobre todo en sus primeros años de estancia en la ciudad. “También con Che y Moche y luego con Leonora Lax, ayudante de dirección en Madrid, tras pasar por la Resad. Bueno, y Paula Rodríguez, bailarina destacada de LaMov, es modelo muchas veces en mis talleres de retrato”.

Crear un ambiente apropiado

Al hablar del proceso de trabajo en el encargo de la presente muestra fílmica. Aleshkina hace hincapié en la importancia de no correr. “Casi todas, al llegar al estudio, me decían que estaban un poco nerviosas porque suelen estar detrás de las cámaras; yo les decía que era importante que fueran ellas mismas al posar. Entiendo que una sesión de retrato debe ser un proceso largo; traté de contar al menos con una hora en cada retrato, y así fue salvo dos excepciones, porque tenían mucha prisa. Se relaja a la persona charlando, intercambias experiencias de trabajo y vivencias; mientras tanto, yo observo la gestualidad y hago alguna foto espontánea, se la muestro… creo que han salido contentas por el proceso, me lo han dicho con cariño. De hecho, con más de una ya hemos pautado sesiones individuales”.

De cada sesión, Aleshkina escogía personalmente 15 ó 20 fotos que le convencían, y las enviaba a las retratadas para que ellas eligiesen sus favoritas, aquellas con las que se identificasen. “Me mandaban cuatro o cinco de media, y luego me reunía con las diseñadoras para elegir la definitiva. Estoy muy agradecida por esta oportunidad; además, nos divertimos un montón, son mujeres increíbles. Encontrar en Zaragoza tantas mujeres con este tipo de energía creativa, en diferentes funciones dentro del cine, ha sido un placer. Además, he descubierto unas cuantas personas magníficas más allá del trabajo, que ya se van a quedar en mi vida”.

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