Matías Uribe: "Oír a Santiago Auserón explicarse con tanta inteligencia y sabiduría fue un placer infinito"

El crítico musical de HERALDO publica ‘La voz impresa de la Movida’, imagen en movimiento de una época a través de 75 entrevistas

Radio Futura en sus inicios, con los zaragozanos hermanos Auserón al frente, Luis (segundo por la izquierda) y Santiago (delante).
Radio Futura, con los zaragozanos hermanos Auserón al frente, Luis (segundo por la izquierda) y Santiago (delante).
H. A.

Matías Uribe supera largamente el medio siglo de ejercicio periodístico en el ámbito de la crítica musical y el análisis de la evolución de la música popular en las últimas décadas. Como voz autorizada de HERALDO DE ARAGÓN en el segmento musical, sus radiografías de las diferentes épocas y tendencias, tanto en el entorno local como en el nacional e internacional, son material privilegiado de consulta para todos aquellos interesados en conocer los entresijos de este sector. 

La famosa y tan manoseada Movida madrileña sacudió conciencias y esquemas en los 80; tan denostada como subida a los altares, esta corriente estética y artística se entiende un poco mejor por boca de sus protagonistas principales. Uribe compila 75 entrevistas realizadas en HERALDO que constituyen el mejor mapa de aproximación posible a aquella forma de entender la expresión artística.

Respuestas para todas las preguntas

Con este libro se abre una ventana a otros tiempos, pero las cuestiones abordadas siguen vigentes en una inmensa mayoría. ¿Qué criterio ha aplicado para elegir estas 75 entrevistas?

El criterio maximalista de insertar todas las entrevistas disponibles que hice, sin reparar en calidades, interés, nombres u otras circunstancias. Quería mostrar el abanico completo de grupos y artistas a los que entrevisté y después, a través de las introducciones de cada entrevista, ir hilando el fenómeno de La Movida, su desarrollo y conclusiones, amén de ubicarlas y mostrar, digamos, la cáscara de cómo se produjeron, amén de alguna anécdota que otra.

¿Hay alguna que se ha quedado fuera de la selección por los pelos, y con dolor por su parte?

No, ninguna. Están todas, que son muchas, por lo que alguien me dice soy el periodista español que más entrevistas publicó en papel impreso de aquel fenómeno. Nuestro querido HERALDO fue el culpable por admitirlas. Aunque me faltó una de la más curiosas y laboriosas que tengo en mente, que fue la que hice a Poch, ya disueltos Derribos Arias. ¡Tres noches! Empezó en el KWM y siguió durante dos noches más en la discoteca Roller’s. No había manera de hilar con él dos minutos seguidos de conversación, se iba, volvía, contestaba alocadamente, y luego me emplazaba para la noche siguiente... 

¿Cómo se maneja algo así?

El caso es que ni él perdía la paciencia ni la compostura, y yo menos. Era un ser entrañable, aunque aún no sabía la enfermedad que padecía. Como no hubo manera de arrancarle dos respuestas seguidas con relación a las preguntas y con cierta coherencia, opté finalmente por transcribir en bruto lo que había grabado mi casete y así salió en el periódico. La estoy viendo, pero lamentablemente la página no ha aparecido en mi archivo, por más que he buscado.

¿A qué entrevistados recuerda con especial cariño?

En general a todos, porque, pese a encontrarme con músicos y artistas con fama, en algunos casos, de ‘huesos duros’, pongamos Ilegales, Alaska, Eduardo Benavente, Decibelios, Loquillo o el mismo Bernardo Bonezzi, siempre recibí atención exquisita y mucha cordialidad. Bien es verdad que las entrevistas con Radio Futura las recuerdo con mucho agrado. Oír a Santiago Auserón explicarse con tanta inteligencia y sabiduría, hablando de Deleuze y de su tiempo en la Sorbona o de su visión de la música del momento y de su grupo, fue un placer infinito. Las de Loquillo también fueron muy jugosas y atractivas, y sin pelos en la lengua. ¡Menudo pico tenía, y sigue teniendo, el ‘pajarito’!

¿Y al contrario?

Pues podría haber sido la tercera con Mecano, en 1983. Pero afortunadamente, se mostraron amables y colaborativos al máximo, especialmente Nacho Cano. Yo había hecho una dura crítica de su LP de debut en Disco-Actualidad y Ana Torroja cogió un gran rebote, hasta el punto de que en una actuación en Gallur se le acercó Cachi para grabarle una entrevista y después pasármela a mí para transcribirla en el periódico. “Ningún comentario, y menos pare ese”, soltó, cortando con enfado tremendo. Y le negó la entrevista. Sin embargo, al reencontrarme al trío en un restaurante para entrevistarlo ampliamente para el Semanal de HERALDO, la cosa corrió de forma muy cordial y razonable, especialmente con Nacho, con quien luego me fui de copas, convenciéndome de que con el nuevo disco iba a cambiar de opinión.

¿A quién le perdonó malos modos por razones de relevancia musical? ¿Hay que separar las cosas, o no siempre?

Ya digo, afortunadamente nunca me encontré con gente con malos modos o de maltrato a la prensa, por lo que nada o a nadie hubo que perdonar. Sí es cierto que el mayor encontronazo, alguna vez, lo tenía con mánagers, organizadores... La que recuerdo bien fue con el mánager de Duncan Dhu. Había entrevistado al trío donostiarra en 1985, cuando era completamente desconocido. Lo hice en Radio HERALDO a partir del doble álbum recopilatorio de DRO titulado ‘La única alternativa’, pero no lo consideré todavía relevante para dedicarle espacio en el periódico. 

No se lo tomó muy bien, claro.

Cuando, en 1986, ‘Cien mil gaviotas’ los hicieron volar a la fama, tras actuar en el Pabellón Francés de la Feria de Muestras, hasta los topes, quise entrevistarles. Se me interpuso el mánager y me exigió que la entrevista tenía que salir a página completa e impar, o de lo contrario no había entrevista. ¡A página completa e impar en aquel recordado HERALDO de tamaño sábana…! ¡Qué desfachatez! Me día la vuelta y jamás volví a encontrarme con Mikel Erentxun y compañía.

Se ha lanzado a la autoedición. ¿Habrá más entregas?

No ha sido un lanzamiento u opción caprichosa. Ha sido porque Amazon, pese a sus detractores, es muy cómodo para publicar un libro. No se entromete en contenidos ni en nombres de autores…, simplemente te ofrece la oportunidad de llegar al público de forma inmediata y muy cómoda. Tú subes tu manuscrito a la plataforma, siguiendo su normativa de impresión, y al cabo de dos o tres días tienes el libro en la calle, haciendo también Amazon la comercialización y envío. 

Los números cantan.

Evitas meterte en la jungla de editoriales, distribuidores, libreros, presentaciones y ese ofensivo 8% o 10% que, como mucho, ofrecen las editoriales al autor, mientras que Amazon se decanta por el 40% como poco. Así que yo, personalmente, no estoy con ganas de entrar en ese circuito. Escribo por placer, no por fama, ni dinero, ni petulancia. Y si a alguien le interesa lo que escribo, pues estupendo. Por supuesto, habrá más entregas. De hecho, ya estoy metido en una nueva.

Ya sea por charlas en primera persona o escuchadas a otros, ¿que artista de la última hornada le parece más hábil ante las preguntas de los medios?

Honestamente leo muy pocas entrevistas de última hornada. El panorama es tan paupérrimo y tan poco atractivo para mí que muy pocos me despiertan la curiosidad. En los últimos tiempos, Morgan, Joana Serrat, The Vinylos, Tory Sparks, Orovega, Grace Potter… Pero no me rompo la crisma por entrevistar o leer una entrevista con Rosalía, C. Tangana, Kase.O, DJ’s… y demás tropa. No me interesan en absoluto. Hay músicas más inteligentes, creativas, sensibles y emocionales que estas de hoy. Vivimos en la época más perniciosa para la música pop de toda la historia.

¿Cuánta culpa de quien pregunta hay en una entrevista sin sal?

Mucha, infinita. El periodismo musical está en un grado de degradación más que preocupante. Se acumulan las preguntas tópicas, facilonas, la rapidez, el todo vale. Y luego, los textos acríticos y el desconocimiento. No hay exigencia artística para que un grupo pase a las páginas de un diario de primer nivel e incluso a una revista especializada. No me extraña que cerrase 'Rock de Lux'. Yo me di de baja hace unos años, aburrido y ofendido. Había portadas con artistas de una mediocridad insultante. Primaba la novedad, el snobismo, lo superficial… 

¿Qué echa más de menos en ese contexto?

Y De forma general, se han esfumado las entrevistas elaboradas, con fondo y forma, documentadas, rigurosas. Personalmente, nunca realicé una entrevista a un artista con disco nuevo sin antes escuchar ese disco. No es arrogancia. Es un precepto moral y profesional que se ha perdido. Echo también mucho de menos las entrevistas-reportaje, esas entrevistas en las que se abandona el formato tradicional de pregunta-respuesta para pasar al relato casi novelístico, soportado en las declaraciones del entrevistado, al famoso ‘nuevo periodismo’ de Tom Wolfe, que parece haberse ido al sumidero por las prisas y otras taras de este tiempo.

Su clave para reconducir una charla que empieza mal es... 

Afortunadamente nadie me ha dado lugar a tener que reconducir una entrevista. Con cordialidad, educación, preparación y cierta perspicacia psicológica, se hace uno fácilmente con cualquier entrevistado. Y si no, al menos en mi caso, alguien inteligente del entorno del artista me ha echado una mano al percatarse de que las cosas no iban bien. Fue, por ejemplo, el caso de una entrevista con Gabinete Caligari, que empezó bien, pero descarriló al poco, por culpa del nivel de alcohol que Jaime Urrutia llevaba en sus venas. El mánager se dio cuenta de inmediato de que estaba respondiendo incoherentemente y muy hábilmente lo retiró de la conversación.

Subtitula el libro como ‘crónica subyacente’…

En efecto. Las 75 entrevistas no son, como aparentemente pueda parecer, una colección de época, como pueda ser una de cromos o de postales, sino que ellas mismas, a través de las declaraciones de los entrevistados y del contexto temporal en que se producen, van perfilando el retrato de aquella Movida. De manera que, al final, emerge la radiografía de aquel fenómeno tan relevante en la historia musical y social de la España de los 80: su emergencia, desarrollo, gloria y decadencia. Es mirar, escuchar y leer con delectación, pero también con ojo escrutador, porque, parafraseando al buen amigo y sabio Agustín Sánchez Vidal, hay una vida secreta en esas entrevistas, como la hay en los cuadros del Prado, tal y como Agustín ha detectado tan sagazmente en su último libro.

En el libro no ha recogido estrictamente las entrevistas; también hay aportes que se salen de ellas, como una carta de la misma madre de los hermanos Auserón, criticándole duramente…

Sí. Fue en el año 84, a raíz de su actuación en La Romareda durante las fiestas del Pilar. Una jornada intensa. Por la mañana entrevistaba a Santiago y a Enrique Sierra, los tres metidos en un habitáculo poco usual, en uno de los dos banquillos de entrenadores del estadio. Como escolares aplicados, jajaja. Y por la noche se armó el lío. El sonido era muy deficiente, la gente comenzó a gritar “¡no se oye”, “no se oye”!, por lo que hubo que suspender la actuación momentáneamente. Cuando el grupo volvió, Santiago se encaró con las primeras filas y comenzó un vocerío de insultos y de lanzamientos de latas de cerveza, que solo se aplacó cuando el sonido se arregló. Al día siguiente, la madre de los dos Auserones me envió una dura carta dando su versión… En fin, gajes del oficio y un curioso documento que he creído conveniente exhumar.

Está claro que ha sido un libro muy laborioso en la confección y selección de material.

Totalmente, aunque no lo parezca. He tenido que remover mi archivo, buscar las entrevistas, ordenarlas cronológicamente, transcribirlas, armar el fondo fotográfico a través de mi colección, sacar de la estantería todos los viejos vinilos de época, escanear, planear portada, diseño y maquetación… y pasar a la acción. Complicado para mí, pero lo cierto es que ha sido un trabajo muy placentero. Volver una vez más a La Movida es siempre un gran disfrute, y más en tiempos en que tan huérfanos estamos de canciones ingeniosas, adhesivas y atrevidas como lo fueron aquellas. Yo viví el momento, desde antes incluso de su inicio mismo, con mucho interés, expectativas y gozo, teniendo la suerte de hacerlo presencialmente al lado de sus protagonistas. Una época inolvidable.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión