narrativa. ocio y cultura

Octavio Gómez Milián: "¿Quién hubiera sido yo si me hubiera quedado en Zaragoza?"

El poeta, narrador y periodista musical de HERALDO y '20 minutos' ha ganado el premio Isabel de Portugal de narrativa con ‘El imperio de las luces’

Octavio Gómez Milián ensaya diversos géneros y expresa su pasión por la cultura popular.
Octavio Gómez Milián ensaya diversos géneros y expresa su pasión por la cultura popular.
Archivo Heraldo /Asier Alcorta.

Octavio Gómez Milián es, ante todo, un melómano que escribe o un poeta que oye música y la comenta. Y es, también, un mitómano: venera a escritores y músicos -pensemos en Ismael Grasa, en Fernando Sanmartín, en Gabriel Sopeña; en los finados Javier Carnicer, Ángel Guinda y Félix Romeo, al que evoca, recopila y glosa a diario allá donde puede– y es un gran aficionado al ciclismo. Tarde o temprano, acabará publicando un libro, de reportajes o de ficción, sobre el ciclismo.

Acaba de ganar el premio de narrativa Isabel de Portugal, que convoca la Diputación de Zaragoza y dota con 5.000 euros, con el libro de relatos: ‘El imperio de las luces’. “Ha sido un poco sorpresa que este libro sea el premiado, había presentado una novela, ‘Interino’, que al final saldrá con Libros del Gato Negro, y un poemario ‘Motel Pandora’, que espero que salga con PUZ, en la colección La Gruta de las Palabras. Este, el ganador inesperado, había sido un libro personal, muy íntimo. Me ha hecho una especial ilusión”. Así arranca el escritor y profesor.

"He leído mucho a Mariano Gistaín y en esa parte de autoficción se ha convertido en un personaje en dos de los cuentos. He vuelto a leer a Félix Romeo, claro, siempre”

A Octavio le gusta usar el presente refiriéndose al aquí y ahora o al pasado. Dice: “Los primeros bocetos los empiezo a escribir cuando apruebo las oposiciones y nace nuestro hijo Román. Más que escribir, tomo notas después de mucho tiempo solo estudiando matemáticas y leyendo tebeos, que era para lo que me daba la cabeza. Entonces, creo que fue un momento de verdadera locura de lectura, 30 libros en un verano, la revista ‘Letras Libres’, baloncesto, ciclismo... En 2020 en Garray, después de que mi padre se curara de la enfermedad que tuvo durante la pandemia, empecé a tomar más notas y más estructura”.

Letraherido constante, le gusta recorrer los pasos ajenos, reencontrarse con los libros o con los viajes de otros escritores. Así lo expresa: “Estuve dos veces por Soria, pasé por los pueblos de la franja entre Castilla y Aragón. Y una de las cosas que sostiene el libro es la obsesión por Peter Handke y el viaje de Félix Romeo e Ismael Grasa que hicieron a Soria siguiendo su estela, viaje que salió en un ‘Letras Libres’. Quería estar cerca de mi tierra, de donde vivo, de Ateca y del frío de Soria. Este libro ha ido creciendo y se ahora se llama ‘Apeadero’. En realidad, voy a subtitularlo ‘El imperio de las luces (cuentos de un apeadero)’, por los viajes en el tren regional, de Zaragoza hasta Arcos de Jalón”. La literatura, en el caso de Octavio Gómez Milián, también es una costilla o el pulmón de la vida. Y hay en él, como se acaba de ver, algo machadiano.

Octavio Gómez Milián, hiperactivo siempre, tiene varios libros inéditos.
Octavio Gómez Milián, hiperactivo siempre, tiene varios libros inéditos.
Manuel Forega.

“¿Las influencias de este libro? Para terminarlo -empiezo por el final- me ha ayudado un libro que me recomendó la escritora y crítica literaria Aloma Rodríguez y que me ha vuelto del revés, ‘Malaventura’ de Fernando Navarro, publicado por el sello Impedimenta. También leí los dos únicos premios nacionales de narrativa otorgados a libros de relatos, ‘Los conspiradores’ de Daniel Sueiro, y ‘El viento se acuesta al atardecer’ de José Luis Martín Abril, porque yo quería leer relato español, relato de los cincuenta, de los sesenta...”, explica Octavio Gómez Milián.

Confiesa de inmediato que a esos nombres se sumaron “el argentino Rodrigo Fresán, todo, sigo pensando que su ritmo en inmejorable. He leído mucho a Mariano Gistaín y en esa parte de autoficción se ha convertido en un personaje en dos de los cuentos. He vuelto a leer a Félix Romeo, claro, siempre”. Desde hace varias semanas, el columnista ha publicado varios textos sobre la condición de traductor del autor de 'Noche de los enamorados' y 'Amarillo'.

"Aunque 'El imperio de las luces' sea un libro de cuentos hay personajes que se repiten, que aparecen en varios de los relatos o que remiten a sucesos que han pasado en otro momento del libro. Una especie de libro de cuentos-río...”

A pesar de sus pasiones por el rock and roll, Octavio dice que “no hay nada de rock. No hay nada de drogas. Poco sexo. Un poco de tristeza o de existencialismo, de sustancias recetadas para pasar los días, el instituto, tu primer hijo, la duda constante. Houellebecq, Mariana Enríquez (mucho de la autora argentina, la parte de terror/realismo mágico, viene de sus lecturas)... los cuadros de Edward Hooper, las pinturas negras de Goya, la obra delcineasta Sergio Duce (hay un cuento que aumenta el universo de ficción de uno de sus cortos)”, informa el asiduo colaborador de Opinión de HERALDO y de ‘20 minutos’, la publicación que dirige Encarna Samitier, cuyos textos ofrecen siempre un entramado cultural muy transversal.

El ganador del premio Isabel de Portugal dice que ha trabajado mucho la autoficción en el blog de ‘20 minutos’, “haciendo de las noticias mis propias historias, acomodando esos detalles a mí mismo. Hay unos cuentos muy de la zona de Guadalajara, de leer a Camilo José Cela, de viajar cerca, de leer mucho a Umbral, Delibes, que encarnan la modernidad sin tener que ir a las grandes ciudades y que aparecen en fragmentos del blog”.

Al llegar aquí, Octavio encadena otras referencias que le han marcado: las biografías de Luis Ocaña, la Vuelta a España, el poeta y premio Nobel Vicente Aleixandre “tomando aire fresco en la Sierra de Madrid”. Y agrega más: “Un viaje que hice con mi compañera Ana al parador de Segovia, que aprovechamos para descender por las rampas donde Perico Delgado estuvo a punto de perder la Vuelta 1989 con Fabio Parra y al día siguiente fuimos a Nava de la Asunción, el pueblo de mis abuelos paternos, que también era originario Jaime Gil de Biedma”.

Como era de esperar de un autor torrencial, que escribe a lo ancho y sobre todo a lo largo, la lista de sensaciones sigue fluyendo como el agua del Ebro. En ‘El imperio de las luces’ también está presente “la huida de Zaragoza, la salida de una ciudad que amo. Jugar con los momentos temporales, con mi hijo, con mi hijo volviendo a Zaragoza, con mi padre enfermo, conmigo buscando un fantasma que ya no era yo en la ciudad. ¿Quién hubiera sido si me hubiera quedado en Zaragoza? Historias de mi familia... -insiste -. Aunque 'El imperio de las luces' sea un libro de cuentos hay personajes que se repiten, que aparecen en varios de los relatos o que remiten a sucesos que han pasado en otro momento del libro. Una especie de libro de cuentos-río...”

Octavio Gómez Milián en ese paraíso que es una librería.
Octavio Gómez Milián en ese paraíso que es una librería.
Jaime Oriz.

DOS FRAGMENTOS DE OCTAVIO EN ‘20 Minutos’

https://blogs.20minutos.es/motel-margot/2021/06/16/umbral-y-delibes-correspondencia-1960-2007/

https://blogs.20minutos.es/motel-margot/2020/12/05/madreperla-de-la-vida-o-como-atrapar-el-fuego-en-unas-hojas-de-papel-sobre-anatomia-de-un-dandy-vida-y-obra-de-francisco-umbral/

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