Las olvidadas pinturas de la gran cúpula del Pilar cumplen hoy 150 años

En 1772, hace 250 años, se celebró con gran ceremonia la consagración de la Santa Capilla actual. Cien años después -hace siglo y medio exacto-, un equipo de cinco artistas aragoneses pintó la cúpula central del Pilar.

La cúpula mayor del Pilar.
La cúpula mayor del Pilar.
H.A.

Esas arduas tareas, descritas en un librito de 1872 por el clérigo Gerardo Mullé, se pagaron en parte con el joyero del templo. Se aprobó un tema único: la Trinidad coronando a María como reina de todos los santos, y se repartió en ocho estampas de siete metros de altura. El asunto requería pintar muchas figuras, y así se hizo, con gran presencia de los aragoneses. Se hicieron al óleo, pues ningún pintor local dominaba el fresco, más difícil. Dirigió los trabajos Bernardino Montañés, del que Cristina Rubio (Fundación Ibercaja) recordó hace poco su maestría de acuarelista. Montañés entregó bocetos muy definidos, que se reproducen aquí, a tres pintores aragoneses: Mariano Pescador, León Abadías -en cuya academia dibujó el joven Cajal- y Francisco Lana, quienes los pasaron al mural con gran fidelidad. A Marcelino Unceta, pintor de predilección en Zaragoza, Montañés le dio libertad de creación, todo un acierto.

La gran cúpula que marca el centro espacial de la actual basílica -que por entonces no lo era todavía: fue Pío XII quien le otorgó esa dignidad canónica- está sostenida por cuatro pechinas. El programa teológico ideado decidió situar en ella a los cuatro evangelistas, de quien depende lo principal del relato cristológico y mariológico. Luego se dirá a qué artificio se recurrió para que el primer templo de la cristiandad se hiciera presente en el primer templo mariano del mundo, que, según la piadosa y antigua leyenda, es el Pilar de Zaragoza.

1. María, Reina de Todos los Santos

‘Regina sanctorum omnium’, reza su letanía. Se añadía a otras ya pintadas en el Pilar: reina de los Patriarcas, de los Profetas, los Apóstoles, las Vírgenes, los Confesores y los Mártires. Montañés ideó una estampa devocional clásica (era su estilo), sencilla y descriptiva. La Trinidad corona a María y los ángeles la veneran arrodillados. El resto de las escenas se le supedita: todos los santos representados rinden homenaje a María, madre de Dios hecho hombre. Tal es el sentido de las otras siete representaciones,

Pinturas de la cúpula mayor del Pilar.
Pinturas de la cúpula mayor del Pilar.
H.A.

2. Santiago y los Convertidos

El apóstol, a quien una tradición escrita desde el siglo XIII sitúa en Zaragoza, contempla a María, acompañado de los únicos siete varones a quienes ha convertido a la nueva religión. Sus nombres legendarios son Torcuato, Segundo, Indalecio, Eufrasio, Cecilio, Hesiquio, Teodoro y Atanasio. Pintó la escena Francisco Lana.

Pinturas de la cúpula mayor del Pilar.
Pinturas de la cúpula mayor del Pilar.
H.A.

3. Mártires aragoneses

Unceta lució su talento escenográfico representando a los santos martirizados Lorenzo y Vicente, Pedro Arbués, Lamberto y, al fondo, el beato Luis Cancer (dominico barbastrense), Juan Lorenzo (franciscano, de Cetina), Pedro Martínez (jesuita turolense) y al franciscano Juan de Perusa, italiano, mártir en Valencia, hacia 1228, y que vivió en Teruel. Delante de todos, Domingo de Val, vestido al modo de los ‘infanticos’.

Pinturas de la cúpula mayor del Pilar.
Pinturas de la cúpula mayor del Pilar.
H.A.

4. Santos aragoneses

Mariano Pescador pintó el grupo de santos aragoneses varones, incluidos beatos y venerables, que no sufrieron martirio. Tienen especial protagonismo Calasanz, Juan de Atarés (con capucha) Voto y Félix, relacionados los tres con San Juan de la Peña, Pascual Bailón (arrodillado) y, en una nube, Jerónimo Alaviano (agustino turiasonense), el franciscano Pedro Selleras (de Torre los Negros) y los santos abades Íñigo, bilbilitano, y Victorián, itálico que dio nombre a un antiguo monasterio sobrarbense.

Pinturas de la cúpula mayor del Pilar.
Pinturas de la cúpula mayor del Pilar.
H.A.

5. Los Innumerables

Todavía se oye hablar en Zaragoza del martirio de Engracia ‘y los Innumerables Mártires’. Hoy se prefiere seguir al poeta romano Prudencio, que da los nombres de dieciocho, y cotejar el hallazgo de ciertas ‘Santas Masas’ con un relato similar localizado en la cristiandad norteafricana. Mariano Pescador singularizó a la santa -mucho tiempo patrona de Zaragoza-, a Lupercio (barbado) y a Frontonio, ataviado a la romana.

Pinturas de la cúpula mayor del Pilar.
Pinturas de la cúpula mayor del Pilar.
H.A.

6. Las mujeres santas de Aragón

Las mujeres objeto de culto o veneración las encargó Montañés a León Abadías. Fiel al boceto, pintó a las diez escogidas: Isabel, la infanta aragonesa hija de Pedro III y nacida en Zaragoza que fue reina en Portugal, donde no hay población mediana que carezca de una calle a su nombre. Las hermanas Nunila y Alodia, vírgenes oscenses, mártires del tiempo de Abderramán III. La monja María Valfagonia de Jesús, de Villaluenga (hoy Villalengua, Zaragoza), que besa el cordón de su hábito negro, junto a la terciaria franciscana Engracia, con un ramo de azucenas. Se ve, de blanco, a Teresa Gita Vidaura, religiosa bernarda, y tras ella a la famosa monja de Ágreda, concepcionista soriana (y diocesana turiasonense), famosa por su confianza con Felipe IV y por la biografía de María que esta le dictó milagrosamente. A su lado, la anciana Paciencia, oscense madre de san Lorenzo, según la tradición local. Sobre la primera nube, de blanco y junto a su ángel de la guarda al lado, Régula (según Mullé), virgen y mártir muerta supuestamente en Torrijo (de la Cañada), con su hermano Félix, en el siglo III. En primer plano, destacada, figuraría Orosia, princesa bohemia martirizada en Yebra y patrona de Jaca: pero el letrero la llama ‘Regula’, por lo que parece mejor intercambiar sus lugares.

Pinturas de la cúpula mayor del Pilar.
Pinturas de la cúpula mayor del Pilar.
H.A.

7. Los obispos

La Iglesia institucional, simbolizada en sus obispos, sirvió a Unceta para una composición dotada de volumen y fuerza. Todos mitrados y con báculo, en un fondo oscuro y desvaído figuran, en pie, a la izquierda del espectador, Atilano de Tarazona y Ramón de Barbastro; a la derecha, Prudencio, alavés y prelado turiasonense, y Orencio, hipotético oscense obispo de Auch (en la Galia). En primer término, Atanasio, Valero y Braulio. Atanasio, sin documentar, ha pasado por ser uno de los siete Convertidos (ver número 2), primer obispo de Zaragoza y redactor de la venida de María a Zaragoza. Hoy no se le considera personaje histórico. Mullé añade un octavo personaje (Félix, mencionado por Cipriano de Cartago en el siglo III), pero en el boceto hay solo siete mitrados.

Pinturas de la cúpula mayor del Pilar.
Pinturas de la cúpula mayor del Pilar.
H.A.

8. Primeros santos cristianos

La numeración que seguimos en esta sucinta guía no es jerárquica, sino topográfica: las escenas de más dignidad son las contiguas a la Coronación de María (asunto principal): la segunda lleva aquí el número 8 (la tercera es la ya descrita de Santiago). Sus protagonistas son los primeros santos cristianos, todos evangélicos: Juan Bautista, Pedro, Pablo, José, Joaquín y Ana. El Precursor, el primer papa, el apóstol de las naciones, el esposo de María y los padres de esta. Es el equivalente a los ocupantes de la primera fila en el teatro celeste del Paraíso.

Pinturas de la cúpula mayor del Pilar.
Pinturas de la cúpula mayor del Pilar.
H.A.

El Vaticano en Zaragoza A, B, C y D Los cuatro evangelistas de las pechinas son mera traslación intencionada de los mosaicos de la grandiosa cúpula de San Pedro del Vaticano. Fueron dibujados por C. Nebbia y G. Vecchi a finales del siglo XVI, por orden del papa Aldobrandini (Clemente VIII): Roma misma se vio así ingeniosamente incluida en el mayor templo zaragozano.

En las imágenes de la página siguiente pueden verse las respetuosas y correctas copias de las efigies de Mateo, Marcos, Lucas y Juan (A, B, C, D), distinguido cada uno con su atributo clásico. Respectivamente, el ángel, el león, el buey y el águila, conjunto cuádruple de formas (‘tetramorfos’, en griego) con el que se da cuenta de algún rasgo peculiar de cada uno de los autores: el ángel inspira la genealogía de Jesús, inicio del texto de Mateo; el león de Marcos evoca que comienza hablando del Bautista, cuya potente y noble voz es como la del gran felino; el buey de Lucas recuerda que su relato se inicia con el sacrificio de Zacarías; y el águila de Juan simboliza su cercanía uránica al Altísimo.

Pinturas de la cúpula mayor del Pilar.
Pinturas de la cúpula mayor del Pilar.
H.A.

Un plan muy completo

Puede comprobarse que el plan procuró atender a todo: territorios (Huesca, Teruel y Zaragoza), varones y mujeres, jerarquías canónicas y principales órdenes religiosas asentadas históricamente en Aragón. Provisto de una breve guía como la presente -no quiere ser otra cosa- que le ayude en las identificaciones, el visitante hará bien en examinar la cúpula, alta y sin iluminación artificial, provisto de binoculares. Así, si ya sabe lo que busca, tardará poco en encontrarlo.

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