Acaban de cumplirse treinta años de la muerte de Camarón, que tan huérfano dejó a Tomatito, su fiel escudero; por fortuna, el guitarrista almeriense fue capaz de reconducir su carrera, ya en solitario, para convertirse en uno de los nombres de referencia de la guitarra flamenca contemporánea. El lunes, en el Teatro Principal, José Fernández Torres volvió a acreditar tal condición, al tiempo que abría las puertas de la sucesión a su hijo, José del Tomate, un chaval de veintipocos años que parece ya sobradamente preparado para mantener bien alto el pabellón familiar.

Sobre el escenario, además de las guitarras de los dos Tomates, las percusiones de Israel Suárez 'Piraña' y las voces y palmas de Kiki Cortiñas y Saúl Quirós, sustituto del anunciado Morenito de Illora. Rondeñas y alegrías para empezar, y luego un excelente mano a mano entre padre e hijo con ese 'Two much' de Michel Camilo, que Tomatito dedicó a la memoria de Paco de Lucía. Siguiendo por bulerías, para luego quedarse solo el vástago rindiendo homenaje por zambra a su tío, Niño Miguel, antes de abordar con el quinteto al completo esa camaronera –y lorquiana- 'Leyenda del tiempo', que sigue provocando erizamiento de vellos.

La efervescencia siguió por rumbas de marcado cariz afrocubano, con un 'Piraña' en modo explosivo, con su cajón entablando fructífero diálogo con la guitarra de Tomatito. Quedaron para el final tangos y bulerías, manteniéndose siempre un alto nivel instrumental, con un Tomatito relajado y sonriente, dejando chispazos de gran brillo, y un público feliz que ovacionó largamente a los músicos. Paco de Lucía solo hay uno, pero de sus ubres artísticas se ha criado un largo número de estupendos guitarristas flamencos: Tomatito es de los más destacados.